El Congreso de Laicos, que comienza este viernes en Madrid, tiene como objetivo la revitalización del laicado en nuestro país, para que sea consciente de la responsabilidad que tiene de llevar a todos los lugares donde está el mensaje de Jesús. Dos de las prioridades, según señala Isaac Martín, miembro de la Comisión Ejecutiva del congreso, son la formación permanente e integral y la presencia en la vida pública
El inicio del Congreso de Laicos coincide con una fiesta importante para los cristianos. Y no, no es el cada vez más comercial día de los enamorados. El 14 de febrero la Iglesia honra a los santos Cirilo y Metodio que son, además, patronos de Europa. Dos figuras que supieron hacerse presente en la cultura de su tiempo para anunciar a Jesucristo, una circunstancia a la que están llamados los laicos de hoy y que es, precisamente, uno de los pilares del citado congreso.
La idea la deslizó el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, durante la presentación ante los medios de comunicación del evento, que se desarrollará en el pabellón de cristal de la Casa de Campo de Madrid, y a la que asistirán más de 2.000 personas. «Cirilo y Metodio son ejemplo de salir a evangelizar a los pueblos eslavos y para ello realizan un trabajo cultural de primera magnitud: el alfabeto cirílico. ¿Seremos nosotros capaces de encontrar instrumentos culturales del tamaño que supone un alfabeto? ¿Qué plataformas e instrumentos podemos encontrar», apuntó el también obispo auxiliar de Valladolid.
Se trata, continuó Argüello, de que en este proceso –en el que se enmarca el Congreso de Laicos– se dé respuesta a las siguientes preguntas ya recogidas en el instrumento de trabajo: «¿Qué actitudes convertir? ¿Qué procesos activar? ¿Qué experiencias proponer?».
El congreso tiene como objetivo la revitalización del laicado en nuestro país, para que sea consciente de la responsabilidad que tiene de llevar a todos los lugares donde está el mensaje de Jesús. Y por ello, dos de las prioridades, según señaló Isaac Martín, miembro de la Comisión Ejecutiva del congreso, son la formación permanente e integral y la presencia en la vida pública.
Una presencia que cada vez es más minoritaria por el proceso de secularización que se vive en la sociedad occidental en general y la española en particular, y que Luis Argüello no dudó en reconocer: «Hay personas en nuestro país que aunque se confiesan creyentes viven alejados de la Iglesia. También no bautizados y personas que piensan que la vida de los creyentes es incluso un signo de atraso cultural, como de vivir en otro tiempo».
Y añadió que, en este contexto, la Iglesia quiere enfrentar este desafío misionero, esto es, «anunciar que creer en Dios es bueno, que hace bien a la razón, a la amistad civil... Que hace bien en general». «Somos minoría, pero debemos ser una minoría creativa», apostilló Isaac Martín.
Participación
Según detalló Martín, en el congreso participarán 1.867 personas –973 mujeres y 894 hombres–, de las cuales 1.521 son laicos, 101 laicos consagrados, 83 religiosos, 150 sacerdotes y doce diáconos. La edad media de los congresistas es de 52 años, con una significativa representación de jóvenes, en torno al 10 %. A este número, hay que añadir que a nivel organizativo un total de 200 personas intervendrán como parte del programa en las distintas actividades.
Los congresistas proceden en su mayoría de las 70 diócesis españolas (1.261), aunque también llegarán enviados por asociaciones y movimientos (349), congregaciones religiosas (219) e institutos seculares (38). Además, está confirmada la presencia de 70 obispos.
F. Otero
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