La agencia de publicidad FCB, que prestó servicios por más de 100 años a la empresa de productos cosméticos Nivea, decidió poner fin a su relación de negocios luego de que esta última no aceptó una campaña publicitaria progay.
Según información publicada por el medio AdAge a fines de junio, Nivea rechazó la propuesta de la agencia para una nueva campaña: Una imagen en la que se ve a dos hombres tomándose de la mano. Los creativos de FCB, uno de los cuales es homosexual, señalaron que durante una llamada telefónica con un representante de Nivea, cuyo nombre no se ha revelado, éste dijo: “Nosotros no hacemos cosas para gays”.
El CEO de FCB, Carter Murray, envió un memorando interno a sus empleados, señalado que la agencia renunciará a la cuenta global de Nivea cuando se terminen los contratos a fines del 2019. Según se informa, el memorando no aborda el supuesto comentario del representante de Nivea a los creativos de la agencia publicitaria.
“En cada relación a largo plazo, llega un momento en el que reflexionas sobre lo que hemos logrado juntos y despliegas tus velas hacia el siguiente lugar donde te llevará el viaje. A veces, ese viaje por delante exige decisiones difíciles que conducen por caminos diferentes”, dijo Murray en el memorando citado por Ad Age.
Luego de hacerse pública la información, diversos medios de comunicación en todo el mundo presentaron la noticia como un caso de supuesta “homofobia”. Sin embargo, en redes sociales, no fueron pocas las personas que defienden el derecho a la libertad de empresa.
Hasta el momento no han surgido comentarios oficiales de representantes de ambas partes.
En declaraciones para ACI Prensa, Agustín Laje, politólogo argentino y uno de los más duros críticos de la ideología de género, recordó que la “posibilidad de concertar, y por supuesto también de terminar, un contrato privado, es una de las condiciones de la libertad”.
“Por ello, que una empresa privada desee terminar su contrato con otra, no es en sí mismo un motivo de preocupación para quienes defendemos la libertad”, expresó el también coautor del exitoso bestseller El Libro Negro de la Nueva Izquierda.
No obstante, Laje mostró otro motivo de preocupación en el caso que atraviesa Nivea, debido a que, según indica, existe un notorio “peligro para aquel individuo o grupo” que no sigue “a pie juntillas los dictados ideológicos en boga”.
Laje resalta que el “pecado” de Nivea “no estriba en haber atacado en una publicidad a los LGBT, sino en no haberlos celebrado”.
El politólogo explica que el sinsentido está a la vista de todos: “La ‘tolerancia a la diversidad’ que se le reclama a Nivea no obedece a lo que esta marca hace, sino a lo que no hace”.
“El sinsentido estriba en que el concepto de ‘tolerancia’ y ‘diversidad’ que se ofrece es incapaz de tolerar cualquier manifestación, y más aún, cualquier no-manifestación, diversa a la de la ideología de la diversidad”, añadió el politólogo.
Finalmente, Laje opinó que, en este caso, ya no estamos “hablando de autoritarismo, donde la autoridad silencia toda opinión disidente, puesto que es incapaz de tolerarla”, sino que “estamos hablando más bien de totalitarismo, donde la autoridad reclama no el silencio, sino la afirmación obligatoria, puesto que ni siquiera es capaz de tolerar el silencio”.
“Hoy la ‘tolerancia’ a la ‘diversidad’ se realiza en tanto que participamos positiva y afirmativamente de un discurso que se vuelve absoluto y totalizante”, resaltó Laje.
La compañía Nivea es propiedad de Beiersdorf, un gigante de productos de cuidado personal con sede en Hamburgo, Alemania. Por su parte, FCB se describe públicamente como una “agencia de comunicaciones de marketing global” que forma parte de Interpublic Group of Companies.
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