viernes, 31 de mayo de 2019

HOY SED VALIENTES ESTÁ DE LUTO



En memoria de D. Fermín Cabezas, Guardia Civil destinado en la Comandancia de Algeciras y muerto ayer en acto de servicio.

Mi oración y recuerdo.

Jesús Rodríguez Arias

CORPUS SEGÚN VILLALUENGA


EVANGELIO Y MEDITACIÓN

Logo dominicos

Primera lectura

Lectura carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 9-16b

Hermanos:
Que vuestra caridad no sea una fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.
Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.
Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran.
Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde.

Salmo

Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 R. Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.

El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: -« ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» María dijo: -«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Reflexión del Evangelio de hoy

En esta festividad de la Visitación de María a su prima Santa Isabel nos vienen a la mente las palabras del Papa Francisco cuando reivindica la feminidad de la Iglesia y la importancia de la mujer en el plan salvífico de Dios.
Decía el Papa que la mujer da a la Iglesia una perspectiva más misericordiosa y tierna en la misión de la Iglesia, en sus relaciones comunitarias y en su dimensión samaritana con los más necesitados.
La mujer tiene una concepción más humanista y atenta de lo que Dios nos pide como creyentes. Proyectan una espiritualidad más receptiva y sencilla que entiende mejor el mensaje divino y las necesidades humanas. Encarnan mejor esas cualidades que San Pablo pedía a los cristianos de Roma, que estaban sufriendo persecución y marginación: vivid alegres, pacientes, perseverantes en la oración, atentos a las necesidades de los santos, solícitos en la hospitalidad… amándoos los unos a los otros con amor fraternal, incluso generosos con los enemigos.
Les exhorta a mantener esa fe en el Cristo que, renunciando a su categoría divina, se entregó por amor y nos invita al amor total. Un amor como el que Dios nos tiene, fiel y solícito, que no discrimina ni lleva cuentas. Un amor incondicional, de Dios Madre y Padre, que siempre nos ama primero y absolutamente.

"Proclama mi alma la grandeza del Señor"

Lucas, el evangelista cercano a María y a los acontecimientos de la infancia de Jesús, nos cuenta este episodio de la visitación de María a su prima Isabel, cuando ambas están embarazadas. El niño de Isabel, Juan, salta de gozo cuando María saluda a su prima. En este relato se remarcan varios aspectos importantes de la misión mesiánica de Jesús.
Juan Bautista vibra ante la presencia del Salvador; el precursor reconoce la mesianidad de Jesús, “el que viene detrás de mí”. Isabel anuncia la importancia que la figura de María va a tener para la historia universal como mediadora de la salvación de Dios: “bendita tú entre las mujeres”, y su ejemplaridad como creyente fiel y madre universal para todos los herederos del Reino que Jesús va a instaurar.
Y también, María anticipa el mensaje salvífico de su Hijo con su canto del Magnificat. Anuncia la soberanía del Dios de los humildes, de los pobres, de los hambrientos; del Dios de la promesa y la misericordia, que cuenta con mujeres como María e Isabel para llevar a cabo sus designios de salvación y realizar el Reino de Dios en este mundo. Un Señor que cuenta con las mujeres, como también Jesús contó con ellas a lo largo de su vida pública y después en la resurrección.
Hoy, que seguimos entonando el Ave María y el Magníficat como oraciones consagradas de nuestra espiritualidad eclesial, no podemos olvidar el significado testimonial que estas oraciones significan para nosotros. El canto de acción de gracias de dos creyentes humildes y fieles receptoras de la Palabra de Dios y de su vocación de mediadoras en el plan salvífico del Señor. Esa dimensión que no podemos olvidar nos corresponde también a nosotros. Somos elegidos para cumplir la voluntad de Dios y ser mensajeros de su misericordia en medio de nuestro mundo, con una disposición maternal, tierna y compasiva.
La maternidad de Dios que se refleja en María, debe reflejarse en nuestro comportamiento con nuestros hermanos de fe pero también con los que Dios pone en nuestro camino. La realización de un mundo mejor es una seria apuesta para los que creemos en este Señor principio y fin de la nueva Creación.
¿Tenemos una mirada misericordiosa, alegre y afectuosa con nuestros hermanos de fe y con el mundo que Dios nos ha encomendado? El compromiso con un mundo mejor es la tarea que nos corresponde como miembros de la Nueva Creación.
D. Oscar Salazar, O.P.
D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)

jueves, 30 de mayo de 2019

¿TE VIENES A VILLALUENGA?


SIGNORE DELLE CIME

EN EL CENTENARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS; POR PEDRO LUIS LLERA VÁZQUEZ












InfoCatólica

El 30 de mayo de 1919, tal día como hoy hace cien años, el rey Alfonso XIII consagra España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de España, ante una imagen monumental en piedra y con el Santísimo expuesto en un altar.
Esta fue la fórmula de consagración que leyó el rey ante el Santísimo:
España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante este trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de la península. Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la integran, han constituido en la sucesión de los siglos y a través de comunes azares y mutuas lealtades esta gran patria española, fuerte y constante en el amor a la Religión y en su adhesión a la Monarquía.
Sintiendo la tradición católica de la realeza española y continuando gozosos la historia de su fe y de su devoción a Vuestra Divina Persona, confesamos que Vos vinisteis a la tierra a establecer el reino de Dios en la paz de las almas, redimidas por Vuestra Sangre y en la dicha de los pueblos que se rijan por vuestra santa Ley; reconocemos que tenéis por blasón de Vuestra Divinidad conceder participación de Vuestro Poder a los Príncipes de la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz.
Vos sois el camino seguro que conduce a la posesión de la vida eterna: luz inextinguible que alumbra los entendimientos para que conozcan la verdad y principio propulsor de toda vida y de todo legítimo progreso social, afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de vuestra gracia, todas las virtudes y heroísmos que elevan y hermosean el alma.
Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la Ciencia y de las Letras, y en nuestras leyes e instituciones patrias.
Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente de la común desgracia de la guerra, que tantos pueblos ha desangrado; continuad con nosotros la obra de vuestra amorosa providencia. Desde estas alturas que para Vos hemos escogido, como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas, bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios todos para que en la pacifica armonía de todas las clases sociales, encuentren justicia y caridad que haga más suave su vida, más llevadero su trabajo.
Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos armados de la Patria, para que en la lealtad de su disciplina y en el valor de sus armas sean siempre salvaguardia de la Nación y defensa del Derecho. Bendecidnos a todos los que aquí reunidos en la cordialidad de unos mismos santos amores de la Religión y de la Patria, queremos consagraros nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella el morir en la seguridad de Vuestro Amor y en el regalado seno de Vuestro Corazón Adorable. Así sea.”
Unos años más tarde, el 28 de julio de 1936, los milicianos fusilaban la imagen del Sagrado Corazón. Cinco día antes había ejecutado a cinco jóvenes que custodiaban el santuario y el convento de las Carmelitas. Ninguno de los impactos de las balas alcanzó el Corazón de Jesús. El 7 de agosto dinamitaron la imagen del Sagrado Corazón y a pesar de ello, el Corazón de Jesús quedó intacto y aún se venera en el convento de las Carmelitas que había fundado la Madre Maravillas en el Cerro de los Ángeles en 1926. 
En 1944, se comenzaron las obras de reconstrucción del Sagrado Corazón que hoy podemos contemplar en Getafe.

Hoy comunistas, socialistas y liberales siguen odiando a Cristo y a su Sagrado Corazón: “No queremos que Este reine sobre nosotros” (Lc. 19, 14). De buena gana volverían a borrar cualquier vestigio de Cristo de España. No ocultan su deseo de dinamitar la cruz del Valle de los Caídos o de quemar iglesias (“la única Iglesia que ilumina es la iglesia que arde”, dicen). Las profanaciones y los sacrilegios se multiplican. Cada una de las leyes inicuas que aprueba el parlamento es una ofensa al Sagrado Corazón de Jesús: aborto, eutanasia, divorcio, ideología de género, … Dios no debe reinar. No acatamos ni aceptamos sus Mandamientos. El odio a Cristo y el deseo de matarlo sigue tan vivo como siempre. Nuestro pueblo ya no se rige por la santa ley de Dios.
Hoy vivimos en España una profunda crisis de fe. La mayoría no creen ya en nada salvo en su barriga y en su bragueta. Hay que pasarlo bien. Ya no hay normas morales. La vida no tiene otro sentido que el de disfrutar lo más posible. Sin sentido y con una vida vacía, los suicidios se multiplican sin que a nadie le importe ni haga nada por evitarlos. La inmoralidad y la corrupción campan a sus anchas y no solo entre los políticos, sino fundamentalmente entre la gente normal y corriente. Se ha perdido la decencia, se desprecia la honradez, se promueven la infidelidad y la promiscuidad, la pornografía y la prostitución; se normalizan la perversión y la impudicia; se enorgullecen de sus depravaciones… España es hoy una cloaca infecta donde toda inmundicia tiene cabida.
¿Y los enemigos que tratan de destruir la Iglesia desde dentro? Esos son todavía peores. Esos dicen que todas las religiones son queridas por Dios y propagan el indiferentismo religioso, condenado infinidad de veces por la Iglesia. Esos no quieren aceptar la realeza social de Cristo. Esos quieren bendecir la uniones homosexuales y las parejas de hecho; justifican el aborto; quieren que los luteranos o quienes viven públicamente en pecado mortal puedan comulgar. Los herejes y apóstatas quieren cambiar la moral de la Iglesia y pretenden construir un nuevo paradigma de Iglesia, al margen de la tradición y de la doctrina de la Iglesia que se ha enseñado siempre y en todas partes.
Dentro de la Iglesia, esta crisis de fe se manifiesta en la proliferación de casos de abusos sexuales y de pecados contra el sexto mandamiento, incluso entre sacerdotes, religiosos y obispos; en el desprecio a la tradición y a la sana doctrina; y en ultrajes continuos contra la sacralidad de la liturgia y contra Jesús Sacramentado. La herejía modernista se extiende como una mancha de negro galipote. La apostasía es clamorosa.
Y sin embargo, para los católicos que quedamos, Cristo sigue siendo el camino seguro para alcanzar el cielo. Para nosotros no hay más Rey que Cristo. España no se salvará por los políticos ni por artículos como este ni por los portales como InfoCatólica. España se salvará por la oración. A España la salvará el único Redentor, que es Jesucristo. Porque no hay salvación que no pase por el santo sacrificio de su Cuerpo y su Sangre que se repite en cada celebración de la Santa Misa. Hace más por la salvación de España y del mundo una monja de clausura con su vida retirada y oculta de oración y penitencia que todos los que vivimos ajetreados en mil actividades todo el día. Nuestra única esperanza es Cristo. Nuestro único rey verdadero es Cristo. Nuestro Salvador es Cristo: y no hay otro.
Nuestro refugio más seguro es el Sagrado Corazón de Jesús, aunque el camino esté plagado de espinas. Vivimos situaciones dolorosas dentro y fuera de la Iglesia. Se ríen de nosotros. Nos desprecian. Nos insultan… Pero ¿quién nos podrá separar del amor de Dios, manifestado en Jesucristo? ¿La angustia, la tribulación, las persecuciones? Nada ni nadie nos puede apartar del amor de Dios. Todo lo podemos soportar con la ayuda de Aquel que nos conforta.
Pero hoy, 30 de mayo de 2019, se da otra coincidencia: hoy es el jueves de la Ascensión del Señor. Recuerden: “tres jueves hay en el año que relumbran más que el sol…”. Y un jueves de la ascensión de 1773, el P. Bernardo de Hoyos recibe después de comulgar la gran promesa. Así lo cuenta el propio Bernardo:
“Después de comulgar, tuve la misma visión referida del Corazón, aunque con las circunstancias de verle rodeado de la corona de espinas y una cruz en la extremidad de arriba, ni más ni menos que la pinta el P. Gallifet; también vi la herida por la cual parece se asomaban los espíritus más puros de aquella sangre, que redimió el mundo. Convidaba el divino amor Jesús a mi corazón se metiera en el suyo por aquella herida, que aquel sería mi Palacio, mi Castillo y Muro en todo lance. Y como el mío aceptase, le dijo el Señor: ¿No ves que está rodeado de espinas y te punzarán? Que fue irritar más el amor, que introduciéndose a lo más íntimo. […] Dióseme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mí solo, sino que por mí las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nuestros deseos, y pidiendo esta fiesta en especialidad para España, en quien ni aun memoria parece que hay de ella, me dijo Jesús: “Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes”.
El Sagrado Corazón de Jesús reinará en España. La guerra está ganada. Por muy desesperada que veamos la situación actual, por muy negro que lo veamos todo, la victoria es de nuestro Dios.
Decía San Pío X que “no hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo.”
Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt.
Accipio Te in mea omnia.
Praebe mihi cor Tuum, Maria. 
“Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!”
Unidos a María, mantengámonos firmes junto a la Cruz de Cristo en medio de tantas tinieblas. No tengamos miedo. El Señor vendrá y separará el trigo de la cizaña. Y a quienes no quieren que Él sea su rey, un día les dirá: “Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí.” Lucas, 19, 27.
Parece que el Señor era poco pacifista… Seguramente ahora pensaría distinto y habría cambiado su discurso para hacerlo más asumible por el mundo de hoy. Y lo de la pena de muerte… No sé yo… Pero como no había grabadoras ni por aquel entonces había tanta sinodalidad… Seguramente el Señor quería decir otra cosa…

El sábado pasado, hicieron la primera comunión los niños de mi colegio. Mi disposición, sinceramente, no era muy buena… No iba con muchas ganas: un sábado a las diez de la mañana y después de una semana agotadora de trabajo, no era el plan más apetecible. Pero obviamente fui. Tenía que estar con mis niños. Y desde la consagración, el Señor me hizo arder el corazón de tal manera que rompí a llorar y ya no pude parar el resto de la misa. Yo lo paso muy mal en estos casos. Me da mucho apuro y mucha vergüenza. Pero cuando el Señor entra en el alma y te inunda, no hay manera de pararlo, por mucho que lo intentes (que vaya si lo intento). Yo no soy nada amigo de sensiblerías ni de ñoñerías. Pero ¿qué puedo hacer cuando el Amado irrumpe en mi alma a lo bestia?
- ¿Qué quieres de mí, Señor, que me haces arder el alma de esta manera?
- Te quiero a ti.
- Soy tuyo, Señor. Haz con mi vida lo que quieras…
Y en esas estamos… Cristo está realmente presente en su cuerpo, sangre, alma y divinidad en el Santísimo Sacramento. Dios quiere venir a nuestro corazón y hacer morada en él. 
Tengamos fe, convirtámonos todos y vivamos en gracia de Dios. Eso es lo único importante. Lo demás ya lo irá disponiendo el Señor, según su voluntad.
¡Viva Cristo Rey!

EL CURA "HÉROE DE NOTRE DAME" HA VIVIDO EMBOSCADAS Y ATENTADOS: SU SECRETO PARA VENCER AL MIEDO


El padre Fournier, con su uniforme de capellán de los Bomberos, saliendo del palacio del Eliseo, donde fue recibido junto a sus compañeros por el presidente Macron

Javier Lozano
Su nombre dio la vuelta al mundo cuando todavía el fuego seguía devorando la catedral de París. El padre Jean-Marc Fournier, más conocido como el héroe de Notre Dame”, se jugó la vida al decidir entrar en el templo entre las llamas y mientras se venía abajo el techo para salvar en primer lugar el Santísimo Sacramento y después importantísimas reliquias como la Corona de Espinas de Cristo o la túnica de San Luis.
Sin embargo, esta fama de heroicidad que precede a este sacerdote francés, capellán del cuerpo de Bomberos de París, ha ido irremediablemente unida en su trayectoria al dolor y al sufrimiento por el mal que puede llegar a causar el ser humano.
Afganistán, Charlie Hebdó, Bataclan...
Casi mes y medio después del terrible suceso de Notre Dame, este sacerdote ha abierto su corazón y su dilatada experiencia pastoral en situaciones límite en una entrevista para el National Catholic Register.
fournier
El padre Fournier fue ordenado en 1994 y se unió como capellán de las fuerzas armadas francesas en Afganistán. Allí vivió un momento muy complicado con la pérdida de 10 compañeros durante la emboscada en el Valle de Uzbin en 2008. En 2011 volvió a Francia como sacerdote de los Bomberos de París.
Nunca creyó que en París pudiera ver cosas más horribles que lo que le tocó vivir en Afganistán. Pero se equivocó. “Después de la emboscada en el Valle de Uzbin pensé que habría un antes y un después. Cuando enterré a mis amigos creía que esto se detendría ahí. Pero cuando me uní a los bomberos de París y ocurrió la terrible masacre de Charlie Hebdo pensé también que habría sido un punto de inflexión. Luego sucedió el asalto al supermercado kosher, y finalmente el ataque de Bataclan. En todos ellos intervine como capellán de la brigada de bomberos”, explica.
Una asistencia física y espiritual a víctimas y compañeros
De hecho, en Bataclan participó en la evacuación de los heridos mientras todavía se producía el tiroteo y se le pudo ver rezando ante los cuerpos de las víctimas y ofreciendo una absolución colectiva a los heridos.
El padre Fournier explica que “cuando me llaman a la escena de algún desastre primero observo el tipo de comunidad con la que estoy tratando, y podría pedirle a personas de otras religiones que me ayuden. Luego me aseguro de que mis compañeros bomberos no estén heridos, física o espiritualmente, porque las heridas invisibles pueden ser incluso más profundas”.
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“Soy una especie de primer enlace –añade- con la unidad de apoyo psicológico, porque no siempre (los bomberos o víctimas) dan el primer paso. Finalmente, cuido de otras personas presentes en la escena, que no están necesariamente afectadas directamente pero que necesitan apoyo. A veces uno puede ser fuente de un poco de paz en un océano de dolor”.
"Soy un peregrino en esta tierra"
El religioso francés ha tenido que ver cosas horrendas y un sufrimiento difícil de entender. ¿De dónde saca la fuerza para seguir? Ante esta pregunta, afirma que “simplemente siento que soy un peregrino en esta tierra” y sabiendo “que todo el mundo que nos rodea es sólo transitorio nos movemos hacia la eternidad. Pero no tendremos la eternidad en esta tierra”.
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Por ello, afirma que los sacerdotes como él viven una verdadera compasión por las personas. “Tenemos esta oportunidad real de vivir la Encarnación, y hasta ese punto, Nuestro Señor nos invita a llorar con el llorar, a reír con el que ríe. Con el fenómeno de la muerte vivimos dos cosas diferentes. Lamentamos la pérdida de un ser querido, tal como lo hizo Cristo con su amigo Lázaro; pero al mismo tiempo, celebramos la alegría de entrar en la esperanza”, señala.

Por ello, el padre Fournier indica que “muy a menudo, ser católico es reunir dos cosas opuestas al mismo tiempo, es decir, resolver paradojas aparentes que son irreductibles para la mayoría de nuestros compañeros. Para alguien que no tiene fe, todas esas cosas son totalmente incomprensibles”.

La necesidad de que el mundo vea la importancia del sacrificio
El sacerdote asegura que aunque han ardido más iglesias en los últimos meses en Francia, el gran incendio de Notre Dame fue la que dio la vuelta al mundo, al igual que lo hizo la noticia del coronel francés Arnaud Beltramecatólico asesinado después de intercambiarse por un rehén durante un ataque terrorista también en Francia en 2018.
El padre Jean-Marc Fournier, mostrado en la Diócesis de las Fuerzas Armadas Francesas en París, recibió un reconocimiento mundial por salvar objetos sagrados, incluido el Santísimo Sacramento, en medio del incendio de la Catedral de Notre Dame el mes pasado.
“En nuestras sociedades, que están considerablemente  marcadas por el materialismo ateo y la cultura de la muerte, las personas necesitan percibir algo hermoso, algo que pueda volver a iluminar su vida cotidiana. El hecho de darse cuenta que, de alguna manera, el sacrificio es todavía posible, que uno está dispuesto a ponerse en peligro por algo que como diría San Pablo es ‘necedad para los gentiles, escándalo para los judíos’, da lugar a cuestionamientos personales” en este mundo, relata este sacerdote sobre un caso al que se asemeja también el de Ignacio Echevarría, asesinado durante los atentados en Londres.
Según Fournier, hay una “profunda aspiración” a este ideal de Dios hoy en día, aunque muchos no saben encontrarlo. A su juicio, “la humanidad en su gran mayoría se ha mantenido en un estado de desnutrición espiritual crónica. Piensa en Jesús: comenzó a sanar cuerpos y luego las almas. Cuando fui a la sala Bataclan, por ejemplo, comencé con una hora de primeros auxilios con las víctimas. Hice el entrenamiento necesario al unirme a los bomberos. Después de cuidar los cuerpos, pude comenzar a ayudar a los supervivientes a entender las cosas que les rodeaban”.
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Por qué jugarse la vida por unas reliquias
El capellán también fue preguntado cómo explicar a los no creyentes el hecho de jugarse la vida por salvar unas reliquias, tal y como él mismo hizo en Notre Dame. De manera didáctica afirma que “para nosotros, los cristianos, todas las reliquias relacionadas con la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo son extraordinariamente importantes. A veces uno necesita signos tangibles. En eso nos parecemos un poco a esos fariseos, que le pidieron a Jesús que les diese una señal. Y Jesús respondió que no había dejado de dar señales. No necesitamos esto para creer, pero también es cierto que cada elemento adicional que apunta a la credibilidad de la fe es precioso”.
Además, el padre Fournier añade que “es bien sabido que somos los únicos que veneramos una tumba vacía. Y, afortunadamente, está vacío, porque sí Jesús no hubiera resucitado de la muerte, como San Pablo nos recuerda, nuestra fe sería vana. Tenemos al mismo tiempo una tumba vacía, pero también símbolos muy fuertes de este tiempo de salvación, a saber, la Sábana Santa de Turín y la Corona de Espinas. Este símbolo íntimo apoya la fe de los cristianos”.

SE CUMPLEN 100 AÑOS DE LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

InfoCatólica

Se cumplen 100 años de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús

Un 30 de junio de 1919 el Rey Alfonso XIII consagró España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles ante miles de personas que llegaron de toda España
(COPE/InfoCatólica) Un 30 de junio de 1919, el Cerro de los Ángeles de Getafe estaba lleno de miles de fieles. Habían llegado de todo el país en coche, trenes, carros y caballos. El motivo: España se consagraba como país al Sagrado Corazón de Jesús.
El monumento recibió la bendición del nuncio del Papa Benedicto XV, Francesco Ragonesi. El arzobispo de Madrid, Prudencio Melo, presidió la Santa Misa y, antes de la bendición final, se leyó un telegrama del Santo Padre.
Depués de escuchar las palabras del pontífice, se expuso el Santísimo Sacramento de forma solemne y todos se arrodillaron. El Rey Alfonso XIII, de pie, leyó la consagración, de píe ante el Altar del Monumento.

Así fue la Consagración

La ocasión reunió al Rey Alfonso XIII, a la Familia Real, a miembros del Gobierno y otras autoridades civiles, religiosas y militares. A las 11:30, se izó el pendón morado de Castilla y los Reyes aparecieron en la tribuna regia, en medio de aclamaciones.
El Nuncio de Su Santidad bendijo el Monumento y, antes de la Eucaristía, el coro del Círculo de San José y el Sindicato obrero femenino de María Inmaculada cantaron el «Gloria in Excelsis Deo» y el «O Salutaris», entre otras oraciones.
Antes de la bendición final, el Cardenal Gasparri leyó una carta del Papa donde concedía indulgencia plenaria a todos los que asistieron a la ceremonia religiosa. Después, se expuso en el altar la Sagrada Forma y todos se arrodillaron.
Alfonso XIII se colocó junto al altar y proclamó la fórmula de la Consagración. «Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón del Dios – Hombre, Redentor del Mundo, Rey de Reyes y Señor de los que dominan: España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante ese trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de la Península... Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de las ciencias y de las letras, y en nuestras leyes e instituciones patrias», es un fragmento de esa lectura.
Monseñor Melo Alcalde, obispo de Madrid, pidió que la consagración se viviera con fervor en toda España. Durante la consagración, en todas las iglesias españolas hubo oraciones dando gracias y pidiendo por la paz, mientras repicaban sus campanas. España entera se postró ante el Sagrado Corazón, para que reinase en España, tal como había prometido a Bernardo de Hoyos.
Según monseñor Joaquín López, obispo emérito de Getafe, la validez de la consagración de España, que tuvo lugar hace ya un siglo, «ha quedado confirmada por los innumerables frutos de santidad, no exentos de persecución, que se han producido en este tiempo».
Mons. López afirmó que todo acto de consagración al Corazón de Cristo «es una confesión de fe en Dios, compromiso de reparación al Corazón del Salvador y una respuesta generosa al mismo Cristo».

Historia de la devoción

La historia del Sagrado Corazón en España comenzó con el jesuita P. Bernardo de Hoyos (1711-1735), quien comenzó a impulsar esta devoción. En una de las revelaciones que experimentó, escuchó a Jesucristo: «Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes».
Don Francisco Belda y Pérez de Nuero, primer obispo de Getafe, propuso en junio de 1900 que se construyera un santuario al Sagrado Corazón de Jesús. Tras el Solemne Congreso Eucarístico celebrado en Madrid (1911) colaboró en su propuesta don Ramón García Rodrigo de Nocedal, terciario franciscano y devoto de la Adoración Nocturna. Aprovechando el proceso de beatificación de Bernardo de Hoyos, en 1914, se aprobó la idea de construir el santuario.
El 30 de junio de 1916, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el obispo Salvador y Barrera puso la primera piedra y el Papa Benedicto XV concedió indulgencia para los que colaborasen.
La escultura original, obra de Carlos Maura Nadal (arquitecto) y Aniceto Marinas (escultor) donada por Mariano de Coyenche, se realizó en piedra caliza. Simbolizaba a Cristo predicando a la humanidad con expresión serena y majestuosa, amparando y acogiendo a quienes responden al mensaje del Evangelio: «Venid a Mí quienes estais cansados y agotados».
En el monumento original, varias esculturas representaban tanto la humanidad santificada, como la que tiende a santificarse: San Agustín, Santa Teresa de Jesús o San Juán Evangelista, entre otros. En la actual también aparecen don Pelayo y otros cristianos de nuestra historia.
Durante la Guerra Civil, la escultura original desapareció prácticamente, como consecuencia del odio de las hordas republicanas. El 23 de julio de 1936, 5 jóvenes que trataban de defender el Santuario sufrieron el martirio. Días después, los milicianos terminaron destruyéndolo.
Se conservan algunos restos de la escultura junto a la ermita de la Vírgen de los Ángeles. En el actual Santuario, fueron enterrados los jóvenes mártires.
En 1944, los arquitectos Pedro Muguruza y Luis Quijada Martínez comenzaron a restaurarlo, realizando una escultura de mayor tamaño. Se inauguró en 1965 y, 10 años después, se abrieron las puertas del actual Santuario del Sagrado Corazón de Jesús.
La Diócesis de Getafe, desde el mes de diciembre prepara con gran devoción este centenario, que tendrá su momento cumbre el próximo 30 de junio en el Cerro de los Ángeles. Han invitado a todos los españoles a que se consagren al Sagrado Corazón. En las webs Corazón de Cristo y Cerro de los Ángeles se puede ver más información.

LA PERSECUCIÓN DE LOS CRISTIANOS EN LA AUTORIDAD PALESTINA; POR EDY COHEN



En fechas recientes se han registrado tres graves ataques anticristianos en los territorios gobernados por la Autoridad Palestina (AP). Pero no han tenido la menor repercusión en los medios internacionales –ni en los israelíes– porque Israel no ha estado implicado. 

El 25 de abril, los aterrorizados residentes de la aldea cristiana de Yifna, próxima a Ramala, pidieron protección a la AP luego de ser atacados por musulmanes armados. La violencia estalló después de que una mujer de la localidad interpusiera una denuncia ante la Policía contra el hijo de un destacado cabecilla de Fatah [el partido del presidente de la AP, Mahmud Abás] que atacó a su familia. Como consecuencia, decenas de pistoleros de Fatah acudieron a Yifna, dispararon cientos de tiros al aire y arrojaron bombas incendiarias mientras proferían todo tipo de maldiciones, causando graves daños materiales. Fue un milagro que nadie muriera o resultara herido.

Pese a las peticiones de socorro de los habitantes de Yifna, la Policía de la AP no intervino durante las horas de marasmo. Ni realizó una sola detención. Un dato muy interesante: los vándalos exigieron a los aldeanos el pago de la yizia, un impuesto especial que históricamente se imponía a los habitantes no musulmanes de territorios sometidos a régimen islámico. Las más recientes víctimas de la yizia han sido las comunidades cristianas de Irak y Siria en las zonas controladas por el ISIS. 

El segundo incidente se produjo en la noche del pasado día 13. Unos vándalos penetraron en una iglesia maronita de Belén, la profanaron y robaron objetos de gran valor, cámaras de seguridad incluidas.

Tres días después le llegó el turno a la iglesia anglicana de la aldea de Abud, al oeste de Ramala. Los maleantes cortaron la valla del recinto, rompieron las ventanas e irrumpieron en el templo, que profanaron y de donde igualmente sustrajeron objetos de gran valor.

Como en los dos incidentes previos, no se produjo una sola detención.

Según consta en su página de Facebook, se trata de la sexta ocasión en que esa iglesia maronita de Belén es objeto de robo y vandalismo; en 2015 padeció un incendio que provocó cuantiosos daños y la obligó a cerrar durante un largo periodo de tiempo. Aunque el mismísimo presidente de la AP, Mahmud Abás, estuvo presente en la ceremonia de reinauguración del templo, el pasado 24 de diciembre, el referido incendio, así como otros actos de vandalismo y latrocinio, no recibió cobertura en los medios palestinos. De hecho, se ha impuesto el secreto de sumario en numerosos casos de este tipo.

Es improbable que las más reciente oleada de ataques lleve a la detención, menos aún al encausamiento, de sospechoso alguno. Lo único que le interesa a la AP es que estos sucesos no lleguen a los medios. Fatah ejerce gran presión sobre los cristianos para que no den cuenta de los actos de violencia y vandalismo que frecuentemente padecen, pues ese tipo de publicidad dañaría la imagen de la AP como agente capaz de proteger la vida y las propiedades de los cristianos que viven sometidos a su régimen. Aún menos quiere la AP ser retratada como una entidad radical que persigue a las minorías religiosas, pues podría tener repercusiones negativas en la masiva ayuda internacional, particularmente europea, que recibe.

Aunque evitan decirlo en público, muchos de los cristianos residentes en los territorios controlados por la AP temen –con muy buenas razones– que la violencia musulmana contra ellos no haga sino crecer. Sus temores no hacen sino cobrar fuerza ante el clamoroso silencio de los medios occidentales (e israelíes) respecto de la desaparición de la minoría cristiana de la AP y de las tierras islámicas en general, en llamativo contraste con la integración de la creciente y próspera comunidad cristiana de Israel

Los cristianos del mundo occidental deben exigir a la AP que detenga a los sospechosos de los más recientes ataques y empiece a vigilar los lugares cristianos de culto. La ignorancia de los lamentos de los cristianos residentes en la AP sólo puede conducir a la extinción del cristianismo en su lugar de nacimiento.

Ely Cohen es investigador del BESA (The Begin-Sadat Center for Strategic Studies).
Publicado en El Medio.

LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA A SU PRIMA SANTA ISABEL




 

El 31 de mayo se recuerda la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel: “Vuelve tus ojos a la Virgen y contempla cómo vive la virtud de la lealtad. Cuando la necesita Isabel, dice el Evangelio que acude «cum festinatione», —con prisa alegre”.
TEXTOS PARA ORAR
Opus Dei - La Visitación de la Virgen María a su prima Santa IsabelLa Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Detalle del cuadro de Francisco Rizi (1614–1685) (Licencia CC-BY).
Evangelio de San Lucas
Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando en voz alta, dijo:
—Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme? Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno; y bienaventurada tú, que has creído, porque se cumplirán las cosas que se te han dicho de parte del Señor. (Lc 1, 39-45)
Acompaña a María
Ahora, niño amigo, ya habrás aprendido a manejarte.
—Acompaña con gozo a José y a Santa María... y escucharás tradiciones de la Casa de David: Oirás hablar de Isabel y de Zacarías, te enternecerás ante el amor purísimo de José, y latirá fuertemente tu corazón cada vez que nombren al Niño que nacerá en Belén...
Caminamos apresuradamente hacia las montañas, hasta un pueblo de la tribu de Judá. (Luc., I, 39)
Llegamos. —Es la casa donde va a nacer Juan, el Bautista.
—Isabel aclama, agradecida, a la Madre de su Redentor: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! —¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? (Luc., I, 42 y 43)
El Bautista nonnato se estremece... (Luc., I, 41) —La humildad de María se vierte en el Magníficat... —Y tú y yo, que somos —que éramos— unos soberbios, prometemos que seremos humildes.
Bienaventurada eres porque has creído, dice Isabel a nuestra Madre. —La unión con Dios, la vida sobrenatural, comporta siempre la práctica atractiva de las virtudes humanas: María lleva la alegría al hogar de su prima, porque “lleva” a Cristo.
Vuelve tus ojos a la Virgen y contempla cómo vive la virtud de la lealtad. Cuando la necesita Isabel, dice el Evangelio que acude «cum festinatione», —con prisa alegre. ¡Aprende!
Maestra de fe
Maestra de fe. ¡Bienaventurada tú, que has creído!, así la saluda Isabel, su prima, cuando Nuestra Señora sube a la montaña para visitarla. Había sido maravilloso aquel acto de fe de Santa María: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida.