En 1830 la Virgen María se le presenta a Santa Catalina Labouré como la Inmaculada Concepción.
En una de las apariciones le deja encargado hacer una medalla y le da indicaciones de qué características debe tener.
La cantidad de favores que la Madre dio mediante esta fueron tantas que mundialmente se conoció a esta como la Medalla Milagrosa.
Para un buen uso de la misma, se debe tener en cuenta los siguientes pasos:
1) Rezo diario del Santo Rosario
Es sumamente importante tener el hábito de rezar el Santo Rosario devotamente todos los días. No solamente abre las puertas a la presencia de María a tu vida, sino que se medita la vida de Cristo y se aprende de ella.
2) Consagración al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen
Para hacer un acto de consagración al Inmaculado Corazón de María se debe tener un tiempo de preparación.
Un método muy popular es leyendo 33 días hacia un glorioso amanecer, escrito por el sacerdote Michael Gaitley. Son lecturas de 5 minutos donde se medita sobre la Virgen María.
Finalmente, teniendo el corazón preparado, se hace la oración de consagración. Hay varias oraciones que puedes usar, te recomendamos la siguiente, hecha por San Luis de Montfort:
Yo, _________, pecador sin fe, renuevo y ratifico hoy en tus manos los votos de mi Bautismo, renuncio por siempre a Satanás, sus pompas y sus obras; y me entrego por completo a Jesucristo, Sabiduría Encarnada, para cargar mi cruz en pos de Él todos los días de mi vida y para ser más fiel a Él de lo que jamás he sido anteriormente.
En presencia de toda la corte celestial, yo te elijo a ti en este día como mi Madre. Entrego y consagro a ti, como tu esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes, tanto interiores como exteriores, e incluso el valor de todas mis buenas acciones, pasadas, presentes y futuras; dejándote a ti el entero derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenezca, sin excepciones, de acuerdo a tu parecer, por la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.
Amén.
3) Usar puesta la medalla de la Santísima Virgen Milagrosa
Finalmente se debe usar la Medalla Milagrosa constantemente, como una muestra externa de la consagración hecha.
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