viernes, 1 de mayo de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA (ya avanzadita) SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí.» (Evangelio del día). A veces se nos hace afanoso creer en Dios porque la vida te da algunos palos del que no encuentra explicación o, al menos, cuesta trabajo asumir y aceptar. Ayer falleció la madre de un buen amigo. Cosa muy normal por la edad que tenía, 94 años. Es verdad que uno "firma" morir con esa edad y de una forma rápida y sin padecimientos, porque, pensándolo bien, cuantos amigos, conocidos y familiares, más jóvenes que uno, se han "quedado en el camino". Pues bien, uno lo ve (a esta persona) con resuelta entereza y, quizás "aguantando el tipo", pero, a pesar de la pena, demostrando que "quiere creer" en Dios. ¡Esto no le viene de él, esto le viene del Señor! y, más aún cuando sabes que es una persona de  sana y honesta fe, y ahora, probada fe (sin entrar en su pecado, si lo tiene, que él sólo sabrá y del que yo tampoco voy a preguntar). Jesús nos lo dice: Creed en el Padre para tener entereza, para que no tiemble vuestro corazón y aprovecha tu "cuota de dolor", no la tapes, es una bendición. Sí, a pesar de todo, creed en Dios y creed en Cristo porque se te "abre una puerta" que no la puede cerrar, ni siquiera, la muerte. Así le podremos dar sentido al "misterio del dolor", al sinsentido del sufrimiento, de la aflicción y de la angustia. Si Cristo lo pasó, ¿algún valor teológico tendrá? Y Él, va por delante hacia nuestra "Galilea": «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.» Santa María de Caná, ruega por nosotros. 

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