Te rebelas ante este mundo dividido y enfrentado en el que circulan la droga de la indiferencia, el opio del placer, de la comodidad, la fiebre del dinero o del poder.
Ideologías irreconciliables, ambiciones encontrada.
Te asquean la mentira, el cinismo, los manejos turbios, la hipocresía; te atormenta la angustia de este mundo, historia tan sucia, tan cubierta de sangre y de odio, tan gastada en violencia y guerras cruentas.
Te sublevan las injusticias de los "justos", las estupidez de los "prudentes", la inoperancia de los "declamadores", la tiranía de los "liberadores". ¿Y qué haces? ¿Comentarlo en el café, en las reuniones, en la calle, en la oficina? El mundo seguirá igual. Quizá peor.
Al mundo no lo cambian los que lo critican, sino los que obran en él, los que se esfuerzan en volcar en él su generosidad, su entusiasmo, su entrega, su sacrificio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario