Lo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin

Roma,  (Zenit.orgH. Sergio Mora | 596 hits

El periodista estadounidense James Foley, decapitado por un miliciano del Estado Islámico de Irak y del Levante “era profundamente católico, recitaba el Rosario todos los días y quería dejar el periodismo al concluir su reportaje para dedicarse al diálogo interreligioso.
Lo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin, que estuvo en Irak hace pocas semanas atrás con una delegación de obispos franceses para encontrar a los cristianos desplazados.
Las palabras del purpurado concuerdan con una carta que Foley escribió en el 2011 para una revista de la universidad católica Marquette de Milwaukee, donde había estudiado antes de ser periodista. Le escribió a los estudiantes tras un arresto que sufrió en Trípoli ese mismo año.
El la carta Foley indica su preocupación y la de sus compañeros por temor que sus madres “pudieran entrar en pánico”. El periodista cuenta que inició a rezar el rosario porque “era como mi madre y mi abuela habrían rezado”. Añade que se sentía sostenido “al confesar su debilidad y su esperanza y al conversar con Dios, más bien que estar solo y en silencio”.
Después de algunos días uno de los carceleros, probablemente una personalidad influyente, le dio la posibilidad de realizar una llamada telefónica a su casa. Así lo cuenta el periodista: “dije una oración y compuse el número”. Hablando brevemente con la madre, Foley la tranquilizó sobre su salud. La señora le dijo que “sus amigos estaban rezando por él”.
El periodista francés Francois Didier, que en Irak estaba secuestado junto a Foley, contó a la emisora Europa 1 que su amigo fue víctima de frecuentes ejecuciones falsas, incluida su crucifixión en la pared.
En una entrevista citada por 'The Daily Mail', Francois, describió a Foley como "uno de los pilares del grupo", quien "nunca se rendía por muy difíciles que fueran las condiciones". Y añadió: "Era un tío extraordinario, un compañero muy bueno, muy sólido", afirmó.
Otro rehén francés, Nicolas Henin, que estuvo siete meses en cautiverio junto a Foley narró a la BBC, que los secuestradores lo trataban particularmente mal,"le solían golpear más que a los otros. Se convirtió en la cabeza de turco de los vigilantes, pero permanecía imperturbable". Dichos rehenesfueron  liberados en abril pasado.
De otro lado los servicios británicos lograron identificar a 'John', el yihadistas de la ejecución, un residente del barrio Tower Hamlets, en el este de Londres, que había abrazado el Islam y que se había ido a Siria junto a un grupo de extremistas.