lunes, 26 de mayo de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.


EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus preceptos, la verdad no está en él." (Oficio de Lecturas). Este párrafo es una llamada de atención para chequear nuestra vida, nuestra aptitud, nuestras incongruencias, nuestros errores y nuestros pecados. Ya lo dijo Jesús, «no podéis servir a Dios y al dinero». No podemos decir: «Creo en Dios» y luego andar con la "manga ancha"; «Soy amigo de Jesús» y luego hago lo que me parece sin ninguna consideración hacia otro; «Soy cristiano» y luego no hago lo que ordena mi vida; «Sigo a Jesús» y no participo de sus Sacramentos y su liturgia. Pero tampoco debemos tener esto como una carga, como una losa que nos aplasta, "el hombre no está hecho para el sábado". En esta misma lectura, Juan viene con otra expresión: "Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre". Dios reconoce nuestra debilidad y nos ofrece "una tabla de salvación". Pero esta actitud del Padre no implica "vía libre" para todo, sino ternura de Dios que capacita al hombre para recibir su Gracia y sus mandatos. Dame, Señor, sencillez para entender tus mandatos y humildad para reconocer las veces que te fallo. Santa María, Madre y Maestra, ruega por nosotros.
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