jueves, 12 de marzo de 2020

CONTRA EL CORONAVIRUS, ¡LA PROTECCIÓN DE LA VIRGEN! EL PAPA PIDE A LOS CATÓLICOS REZAR ESTA ORACIÓN




El Papa reza ante una imagen de la Virgen desde el Vaticano. También a Francisco le afectan todas las restricciones provocadas por el coronavirus
El mundo entero y también la propia Iglesia viven una situación extraordinaria debido a la propagación del coronavirus que está poniendo en jaque los sistemas sanitarios de numerosos países y cobrándose la vida de numerosas personas.
Esta pandemia global es un enorme reto para los países, ya sean ricos o pobres, pero también una prueba de fe para los cristianos, sobre cómo afrontar una situación que muchos millones de personas nunca habían vivido.
La intercesión de María
En este momento de zozobra, incertidumbre y confusión, el Papa Francisco ha pedido la intercesión de la Virgen María como protectora. Y lo ha hecho a través de una oración destinada a todo el mundo, y que se emitió en primer lugar en la misa presidida por el carcenal vicario de Roma, Angelo de Donatis, en el santuario del Divino Amor en una jornada especial de ayuno y oración promovida por la Diócesis de Roma.
Cabe recordar que la propia Santa Sede ha tomado importantes precauciones con el Papa Francisco. Las misas que celebra son sin fieles, la Audiencia pública sin público e incluso el rezo del Ángelus del domingo lo realizó desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. Por ello, esta oración a la Virgen como protectora ante el coronavirus la ha grabado en vídeo y ahora puede verse en todo el mundo.
“Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba”, reza el Papa Francisco en esta oración.
Además, el Santo Padre recordó la presencia de la Virgen María en nuestras vidas “como signo de salvación y esperanza”. Por ello, instó a encomendarse a la Madre de Jesús, “salud de los enfermos”, y también a la Salus Populi Romani (Salvación del Pueblo Romano), porque sabe “lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba”.
Francisco también se dirige a la Madre del Divino Amor, para que ayude “a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección”.
"Signo de salvación y esperanza"
En estos días de emergencia sanitaria, Francisco, Papa y obispo de Roma, confía “la ciudad, Italia y el mundo a la protección de la Madre de Dios como signo de salvación y esperanza”.
Tal y como informa el Vaticano, el Santo Padre participó espiritualmente a través de esta oración, con la cual se inició la celebración Eucarística, de la Jornada de oración y ayuno promovida por la diócesis de Roma. Oración a la Virgen del Divino Amor, al pie de la cual en 1944 Pío XII y los romanos imploraron la salvación de Roma durante la retirada de las tropas nazis. Después de 75 años otra emergencia, invisible e igualmente amenazante, llevó al Papa a dirigirse a la Madre Dios compartiendo los sentimientos del Cardenal Vicario de Roma.
Esta es la oración que el Papa ha rezado y que anima a todos a rezar en esta situación
Oh María,
Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

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