El cardenal Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, presidió el 3 de octubre la erección canónica de la Facultad San Isidoro, llamada a convertirse en un referente académico para todo el sur de la península ibérica
Sevilla estrena facultad de Teología, la culminación de un proyecto largamente perseguido. «Esto no es obra mía –dijo el arzobispo hispalense, Juan José Asenjo–, le agradezco profundamente a mis predecesores, al cardenal Carlos Amigo Vallejo, al cardenal Bueno Monreal».
«Sevilla se lo merecía», añadió Asenjo, aclarando al mismo tiempo que que el nuevo centro académico prestará servicio a las demás diócesis, no solo a las que forman parte de la provincia eclesiástica (Cádiz y Ceuta, Córdoba, Huelva, Canarias, Asidonia-Jerez y Tenerife), sino también a otras cercanas (caso de Málaga, Jerez y Badajoz) que solo cuentan con estudios de primer ciclo en los seminarios diocesanos. Se espera también recibir alumnos del sur de Portugal para estudios de segundo y tercer nivel.
Para llevar a cabo esta misión, el arzobispo destacó que San Isidoro cuenta con un claustro de 34 profesores y una biblioteca de casi 80 mil volúmenes. La sede de la facultad se ha establecido en el nuevo edificio del Seminario Metropolitano.
La erección de la facultad coincidió con la celebración del 50 aniversario del Centro de Estudios Teológicos, dependiente de la Facultad de Teología de Granada. En Sevilla se encuentra también el Instituto de Ciencias Religiosas San Isidoro y San Leandro, vinculado a la Universidad San Dámaso de Madrid.
Tras obtener el parecer favorable de la Conferencia Episcopal, en noviembre de 2018 Juan José Asenjo solicitó a la Roma disponer de facultad de Teología propia en la diócesis. La respuesta llegó a finales de septiembre. El cardenal Giusepe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, dio el 3 de octubre en Sevilla lectura al decreto pontificio.
Durante el acto académico, Versaldi destacó el vínculo entre la reflexión teológica, la vida de fe y la misión de la Iglesia. «Las facultades y universidades de Teología –dijo– están llamadas a convertirse en lugares de encuentro y escucha, donde los estudiosos eclesiásticos deben tener convicciones y estructuras que favorezcan una teología de rodillas».
Ricardo Benjumea
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