lunes, 14 de octubre de 2019

* MOJIGATOS






Estamos viviendo en una sociedad tan “avanzada”, tan “progresista”, tan revolucionaria en tantos aspectos que nos estamos convirtiendo en una sociedad puritana y con demasiados mojigatos...

Y de mojigatos va mi semanal tribuna de todos los lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias











MOJIGATOS


Estamos viviendo en una sociedad tan “avanzada”, tan “progresista”, tan revolucionaria en tantos aspectos que nos estamos convirtiendo en una sociedad puritana y con demasiados mojigatos.

Y si no por qué están casi todos atentos a la vida y milagros de los demás. Se crítica como son, como visten, como hablan, en definitiva como viven. Sí, nos estamos convirtiendo en esos vecinos cotillas de antaño que se pasaban media vida en el cierro, tras un visillo, donde controlaban el ir y venir del resto o esos que cuando escuchaban pasos en las escaleras  se asomaban a la mirilla para ver quién subía o bajaba, a qué horas y sobre todo si lo hacía solo o acompañado.

Aunque en los tiempos que corren proclamamos a boca abierta que somos respetuosos con todos pues tenemos una mente abierta y ciertamente liberal os diré sin ánimo de que os vengáis abajo que eso simplemente es incierto.

Si no fuera así no nos sentiríamos tan “ofendidos” por lo que dice fulanito, como viste menganita, con quién va zutanito o la forma de pensar de esa persona tan formal y seria que sigue siéndolo pero que a diferencia de los mojigatos ha evolucionado y tiene criterio propio de vida.

Vivimos con una estructura demasiado cuadriculada y no diferenciamos el polvo de la paja que hace le pongamos el correspondiente sambenito a quienes  pensamos que no tienen la misma visión de la vida que nosotros. Aquí todo es criticable, todo nos ruboriza, nos espanta, además estos sentimientos son universales pues se percibe desde cualquier ámbito de la vida sin importar ideologías o creencias, ya que todos sin excepción se escandalizan con la actitud del “contrario” porque en verdad todos y cada uno de nosotros somos un poco mojigatos.

Mojigatos hay en todas las vertientes de la vida y también existen en esa “fauna” que rodea la Iglesia como pueden ser los curitis, los beatos y demás conceptos que iremos desarrollando más adelante.

¿Que el mojigato puede ser a la vez curitis, beato y meapilas? ¡Por supuesto! Me sorprendería muy mucho que le faltara alguno de estos ingredientes además de otros cuantos que enumeraremos en su momento.

Este tipo de mojigato es eminente puritano y se escandaliza de todo cuanto le avergüence  por lo que en su ideario de vida no puede haber nada que le haga  sentir escandalizado observando con especial detenimiento el decoro y el pudor de los demás más que los propios.

Un buen mojigato no lo veréis públicamente contando un chiste “verde”, aunque sí riéndose con estos, serán ciertamente inquisitoriales si te atreves a escribir o publicar algo que en su entender atente contra su forma de entender el pudor. En este apartado también aparece el rancio puritanismo del que hacen uso con total vehemencia destacando tanto en público como en privado que tenían otra concepción de ti, que esperaban que fueras más serio, más formal, como lo ha sido tu familia de generación en generación, porque tu prestigio difiere mucho con lo que has dicho, escrito o hecho en plan jocoso. Y si para colmo has utilizado la fina ironía, que es el lenguaje de los inteligentes, ya el esperpento se convierte en un desastre de tamaña consideración.

Todo mojigato además de puritano en verdad es un dogmático de tomo y lomo que piensa está en la razón absoluta y que puede poner la etiqueta a quién quiera por el solo hecho de no pensar como él pues el concepto de Libertad queda a años luz de su forma tan exclusiva de ver las cosas.

Hay mojigatos en cualquier sector de la vida y todos ellos tendrían que estar más atentos a sus propios actos así como los de su círculo más íntimo y dejar a los demás vivir su vida según su coherencia personal y haciendo uso de la Libertad que nos regala Dios desde que nacemos.

Personalmente os diré que siempre intento estar lejos de los mojigatos, los puritanos, los dogmáticos, y todos los que te señalan gratuitamente porque no hay nada que me dé más coraje que  el chismorreo gratuito y el  sangrante “critiqueo”...

Vive y deja vivir: ¡He ahí la cuestión!




Jesús Rodríguez Arias

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