Uno no puede mirar hacia el otro lado con lo que está pasando en España y más cuando tiene el privilegio de tener una tribuna en un medio como es Información San Fernando.
Que España es una gran Nación eso no es puesto en duda salvo para esos que la odian y quieren destruir, pero España también somos los españoles y decir que estamos hartos de todo y todos el que intenta sin pudor el estafarnos.
De una España hastiada hemos pasado a una irritada y a la vez viva. Esta España es que está con los sentimientos a flor de piel con todo lo que está pasando y esta España irritada pero también viva va a ir a votar el próximo 10 de noviembre.
Y sobre eso va mi artículo del lunes en Información San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
LA ESPAÑA IRRITADA
Siempre digo que la actualidad manda y más si tienes el privilegio de tener una tribuna en un medio como Información San Fernando que tanta expansión y lectores tiene. Y por eso mismo no puedo dejar de escribir de lo que sucede en nuestro país, en una Nación que ha sido inmensamente grande en todos los sentidos y llevamos ya algún tiempo que entre unos y otros nos la queremos cargar.
Este lunes 28 de octubre podemos decir sin temor a exagerar que vivimos en lo que podemos denominar como “La España irritada” y esta sensación se puede comprobar con solo pulsar un poco al ciudadano de a pie, escuchar lo que dicen de unos y otros en los bares, en las plazas y demás sitios públicos o simplemente leyendo, escuchando o visionando las imágenes que nos ofrecen los medios de comunicación como hechos noticiables.
Vivir en una España irritada es un signo del malestar que fluctúa en el ambiente y que afecta a todos los sectores de la sociedad. Esta irritación ha subido demasiados grados cuando los independentistas catalanes han asolado las calles de toda Cataluña, tras la sentencia del TS contra el Procés, perjudicando su imagen amén de la de toda la Nación y lo que es peor la de sus conciudadanos que no están de acuerdo con la independencia y que por tal motivo son perseguidos por estos bestias insurgentes que son amparados por el gobierno de la Generalidad catalana creándose un estado de excepción por los continuos ataques y atentados a toda Cataluña de quienes dicen quererla libre e independiente. Toda España está irritada y muy sensible con la problemática de Cataluña que trasciende lo meramente político llegando a lo económico y también a lo social pues el independentismo atroz que allí se lleva cociendo desde hace décadas es muy perjudicial para todos sin excepción.
Además de los vecinos que sufren la barbarie en primera persona, de las instituciones que son motivo de diana de estos grupos proclives al terrorismo urbano, nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son literalmente machacados ante la anuencia de los que gobiernan por y para conseguir la independencia así como la pasividad vestida de “moderación” del Gobierno de España que debe hacer lo posible e imposible para mantener la paz, la seguridad, la ley y el orden en todo su territorio.
Esta España irritada es la que va a ir a votar el domingo 10 de Noviembre, es la que con su voto elegirá a sus representantes tanto en el Congreso como en el Senado, es la que no olvida todo lo que ha sucedido por dejadez de algunos o inacción de otros, es la que dará su voto a quién estime oportuno sabiendo que después el mismo de nada sirve porque los políticos hacen uso de este, salvando las excepciones, según les plazca o vengan mejor a sus respectivos intereses con lo que España además de irritada se sentirá escocida y vapuleada mientras ven que a su alrededor todo sigue igual. Ya suman muchos años de esta crispación general que nada bueno trae y cuyas víctimas somos todos nosotros que vivimos tensos, que saltamos por la mínima, que todo es malo, que nadie confía en nadie y donde vivir en paz y ser felices parece una idea demasiado peregrina. Lo bueno de una España irritada es que ha dado paso a una España viva que no tiene miedo a decir lo que piensa e incluso le llevan la contraria a los candidatos en las redes sociales alimentando el necesario debate.
Estamos en esa semana donde se celebra lo más macabro de la muerte, las ciudades se visten con lo tétrico y horrendo de la misma, donde niños, jóvenes y mayores se ríen a mandíbula batiente de ese gachó con un hachazo en el pescuezo con los ojos inyectados en sangre… Cada cual con sus gustos pero a mí bien sabéis que esta “fiesta” me parece además de horripilante una catetada importada allende de nuestras fronteras.
Pero esta vez halloween no terminará del todo en la madrugada del 31 de octubre sino que seguirá unas semanas más de otra manera, de distinta forma, porque dentro de nada tendremos a los políticos llamando a nuestra puerta ofreciéndonos también “truco o trato”…
Jesús Rodríguez Arias
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