El polémico mandato constituyó una de las medidas de la administración Obama que generó mayores tensiones con la Iglesia Católica.
(Gaudium Press) Las Hermanitas de los Pobres radicaron ante la Corte Suprema de Estados Unidos una petición en la cual se reiteró la necesidad de protección ante el mandato antinatalista, una controversia que parecía finalizada tras la orden de esa misma Corte de llegar a un acuerdo que respetara la libertad religiosa de las consagradas. Sin embargo, la solución ofrecida por el Departamento de Salud y Servicios Humanos fue desafiada por varios estados del país, por lo que las religiosas recurrieron a los tribunales una vez más.
«Han pasado 6 largos años desde que comenzamos nuestra batalla legal contra los mandatos del gobierno que amenazan nuestro ministerio», declaró la Madre Loraine Marie Maguire, Provincial de la Orden. «Esperamos haber llegado finalmente al término de este arduo proceso, que la Corte Suprema reafirme su decisión anterior y que pronto podamos mantener nuestro enfoque en los ancianos pobres».
El polémico mandato antinatalista constituyó una de las medidas de la administración Obama que generó mayores tensiones con la Iglesia Católica. La norma obligó a los empleadores a ofrecer una cobertura de seguro que incluye anticonceptivos, fármacos abortivos y esterilización. Inicialmente se ofreció un régimen de excepciones que definió de manera estrecha lo que significaba ser un «empleador religioso» y obligó bajo pena de onerosas multas a todas las instituciones de servicio de identidad católica. Esta imposición fue respondida con una notable batalla legal y fuertes campañas por parte de los Obispos del país y tuvo su culmen en la llegada del caso de las Hermanitas de los Pobres a la Corte Suprema.
Mark Rienzi, Presidente del Fondo Becket, organización que se ha encargado de la defensa de las religiosas, rechazó la extensión de la controversia y los argumentos expuestos por los estados que han controvertido la excepción. «Estos estados no han podido identificar a una sola persona que perdería la cobertura anticonceptiva bajo la nueva regla del HHS, pero no descansarán hasta que las monjas católicas se vean obligadas a pagar los anticonceptivos», declaró. «Es hora de que la Corte Suprema finalmente ponga fin a este problema».
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