Domingo 11 agosto: A 12.30 horas Santa Misa en Honor de San Roque y posteriormente Procesión del Co-Patrón por las calles de Villaluenga del Rosario.
Blog católico que se fundamenta en la defensa de los valores del Humanismo Cristiano (Fundado: 7 octubre 2011)
miércoles, 31 de julio de 2019
ROMA: LA PEREGRINACIÓN DE LAS 7 IGLESIAS
DE PRADA PIDE CANONIZAR A CHESTERTON: SERÍA EL PRIMER ESCRITOR SANTO PROFANO, NO RELIGIOSO, DICE
Alfa y Omega/ReL
Lo anunciaba Alfa y Omega el 4 de julio: el obispo de Northampton, Peter Doyle, decidió no abrir la causa de canonización del escritor inglés Gilbert Keith Chesterton, el popular creador del Padre Brown y autor que ha acercado a la fe a una multitud de personas.
El obispo Doyle daba tres razones a Alfa y Omega:
- Chesterton tiene seguidores en todo el mundo, pero no en su diócesis... y se requiere devoción local
- no encontró en "la documentación un patrón de espiritualidad personal"
- y reconocía que tenía cierto peso "la cuestión del antisemitismo del que se acusa a Chesterton"
Esta decisión del obispo y sus argumentos no han gustado nada al escritor Juan Manuel de Prada, uno de los grandes divulgadores de Chesterton en España, quien explicó su indignación y enfado en un artículo de opinión llamado Chesterton y el obispillo y, más moderado, en una entrevista con María Martínez López publicada en Alfa y Omega el 25 de julio. La republicamos por su interés.
Juan Manuel de Prada: «Chesterton disuelve las ideologías modernas»
Juan Manuel de Prada, una de las plumas que más ha contribuido a dar a conocer a G. K. Chesterton en España, no se ahorra epítetos ante la decisión del obispo de Northampton de no abrir la causa de canonización del autor inglés. Además de «lastimosa y decepcionante», cree que denota «angostura mental». «Me dio pena –afirma– cómo se puede abordar de una manera tan roma a un personaje tan interesante».
Le enfada, por ejemplo, el criterio «burocrático» de exigir que haya culto local. «¡Es que la diócesis de un escritor son sus lectores! Y ha habido santos, como Charles de Foucauld, cuya santidad ha sido secreta». Además –continúa– el milagro de Chesterton es que «transforma a las personas».
Considera una «contaminación del protestantismo» la «obsesión por las particularidades espirituales» que, según monseñor Peter Doyle, no se encuentran en su célebre diocesano. Y también le indigna que, al admitir las acusaciones de antisemitismo, ha entrado en «un juego en el que cualquier consideración no laudatoria de los judíos por alguien de esa época ya es sospechosa, por lo que ocurrió luego. En ese tiempo, la cuestión judía era tratada por todos los grandes intelectuales en unos términos que no tienen nada que ver con los que se han usado después de la II Guerra Mundial». En comparación con ellos, asegura, Chesterton no fue particularmente duro.
El escritor español llegó hasta su colega inglés de la mano de Jorge Luis Borges, que era admirador suyo, «si bien un poco amputado». El argentino se centraba sobre todo en sus relatos policiales y fantásticos, sin ver que una obra como El hombre que fue Jueves es «una alegoría teológica». La fascinación para De Prada comenzó cuando cayeron en sus manos los libros de ensayo y los artículos, «que es donde Chesterton es grande».
- ¿A qué libro suyo vuelve siempre?
- El que más me ha marcado es El hombre eterno. Es una visión de águila sobre la historia humana y sobre la economía divina y el papel del hombre en los planes de Dios. Resulta verdaderamente emocionante. Es además una refutación del materialismo, del evolucionismo, y de todos los –ismos que ha ido generando la modernidad.
- Una obra difícil de leer, por la abundancia de referencias históricas.
- Hoy en día la gente lee para entretenerse, cuando un libro lo que hace es abrirte puertas que no conoces. Y tiene que plantear dificultades. Chesterton las plantea, no ya por sus alusiones culturales, sino por su propio estilo, que es muy alambicado, con paradojas y juegos de palabras.
- De un santo se espera, sobre todo, un legado espiritual. Más allá de la admiración intelectual, ¿a usted se lo ha dejado?
- Sí, aunque no de la misma forma transformadora que a un converso. Sobre todo, me ha ayudado a entender mejor la vocación del escritor. Por eso creo que sería tan importante que fuera canonizado. La Iglesia nunca ha canonizado a un escritor profano. Los que hay en el santoral son teólogos, apologetas, místicos… Pero nunca a un escritor que se ha desenvuelto en el mundo.
- ¿Llama «profano» a un escritor de cuya obra gran parte es apología del cristianismo, como El hombre eterno?
- No es un escritor religioso en el sentido de un teólogo o un místico, aunque en su obra hay teología, mística y apologética. Chesterton estuvo constantemente debatiendo (más que dialogando), entrando a todos los grandes debates de su tiempo. El hombre eterno es una refutación del Esquema de la historia universal, de H. G. Wells. Lo que pasa es que él tenía la visión abarcadora de la realidad que da la fe. Desde esa profundidad de campo, ve que detrás de toda cuestión política, económica o social hay una cuestión religiosa. Esa mirada es la que no tiene hoy el pensamiento católico.
- Como candidato a la santidad que lo considera, ¿se encomienda a él?
- Siempre he pensado que Chesterton estaría más solicitado, y por eso recurro más al argentino Leonardo Castellani. Además, a pesar de la infinita admiración hacia Chesterton, me siento más próximo a otro tipo de escritores más desgarrados y con facetas más agónicas, como el mismo Castellani o Leòn Bloy. Chesterton es más luminoso, más bienhumorado.
- ¿Ese es su rasgo más distintivo?
- En él, la fe es el motor de una visión transmutadora y poética de la realidad. Tiene la capacidad de descubrir en la realidad mostrenca, muchas veces sombría, tosca o encanallada, esa luz de la divinidad; y posee la gracia de convertir los dogmas en fábulas, los preceptos en versos. Tiene un modo juguetón, circense, de hacer malabares con las palabras y hasta con los dogmas. Resulta muy hermoso que cuestiones que suelen ser abordadas de forma árida y muy doctrinal se traten de forma poética. Y es alguien que está convencido de que el Evangelio es un manual para transformar el mundo. Atrae por esa visión poderosamente disolvente de las falacias de las ideologías modernas. Es como si entrara una riada en tu cabeza y barriera por completo toda la morralla ideológica. Y te sientes limpio, ves la realidad de una manera distinta.
- ¿No son sus planteamientos socioeconómicos la faceta de su obra que menos éxito tuvo?
- No creo. Pero el conservadurismo católico ha tratado de ocultarlos. Se dice siempre que estaba tanto contra el capitalismo como contra el comunismo. Pero contra lo que más arremete es contra el capitalismo, que es lo que estaba vigente en su tiempo y lugar. Él decía que el capitalismo es una herejía, porque en los dones de Dios ve un bien con un precio. También repetía que no es solo una doctrina económica, sino que tiene detrás una antropología destructiva, igual que el comunismo, porque amputa al hombre su faceta sobrenatural. Chesterton vio, ya hace un siglo, que el capitalismo necesita el desarraigo, la desvinculación y el antinatalismo.
- Pero la alternativa que proponía, el distributismo, no llegó muy lejos.
- Eso es otra contaminación del pensamiento conservador, que para desprestigiarlo intenta hacer creer que el distributismo es una fórmula económica alternativa al capitalismo y el comunismo. Eso es falso. Chesterton nunca aspiró a ello. Él llegaba a lo que podía, que era tomar las encíclicas de León XIII y hacer una lectura política que se pudiera aplicar a la situación concreta con sentido común. Defiende que la única manera de construir un mundo justo es distribuir la propiedad para que esta no se concentre en muy pocas manos, condenando a masas cada vez mayores a una vida de miseria. Cuando le pedían concreción daba algunas ideas, pero no era un técnico. Aun así preconizó cosas de sentido común, como por ejemplo la economía de proximidad: decía que la forma más rápida de tener manzanas no es el ferrocarril sino cogerlas de tu jardín. Que se trate de opacar esto es especialmente triste porque su pensamiento resulta muy atractivo para personas de izquierdas.
LOS ALUMNOS DEL INSTITUTO PONTIFICIO JUAN PABLO II HACEN PÚBLICAS SUS PREOCUPACIONES Y EL PRESIDENTE DEFIENDE LOS CAMBIOS
Mons. Sequeri afirma que ha recibido también expresiones de confianza en los cambios realizados en el instituto, que responden al gran impulso del Papa Francisco, que ha alentado desde el inicio al instituto a dotarse de todos los instrumentos necesarios para cumplir la misión que le fue confiada con la creación de Juan Pablo II, en el nuevo contexto de la Iglesia
(CNA/InfoCatólica) El 24 de julio 150 estudiantes enviaron una carta dirigida al Arzobispo Vincenzo Paglia, a quien el Papa Francisco designó como Gran Canciller del Instituto, y al Presidente de la Universidad, Mons. Pierangelo Sequeri. En ella manifiestan su preocupación por los cambios y ceses en el Instituto.
«Estamos profundamente preocupados por la pérdida del enfoque en el aprendizaje y, por tanto, por la identidad del Instituto Pontificio Juan Pablo II», escriben los alumnos.Muchos compañeros, añaden, tienen serias reservas sobre la «publicación inesperada de los nuevos estatutos y el programa de estudios para nuestro nuevo instituto, con la triste noticia del despido de dos profesores cuyas cátedras juegan un papel crucial en la capacitación ofrecida por el instituto»
El lunes 29 de julio, con un comunicado, el Pontificio Instituto salía al paso de las noticias que se estaban publicando, que iban en línea con la preocupación de los alumnos. En uno de los puntos dicen, los representantes del nuevo Pontificio Instituto afirman que:
Igualmente infundada es la noticia de una carta de 150 estudiantes quejándose de los cambios. Hasta la fecha, las autoridades académicas han recibido una sola carta de los representantes de los estudiantes de la licenciatura y del máster en el que solicitan explicaciones sobre los nuevos desarrollos. A diferencia de lo que se reveló, todos los estudiantes fueron informados de inmediato de las noticias y tranquilizados, de acuerdo con el art. 89 del estatuto, sobre la validez de tres años de los antiguos programas de estudio. Todos tendrán la oportunidad de elegir entre pedidos antiguos y nuevos y el tiempo para elaborar nuevos planes de estudio.
Muy tranquilizados no han quedado los estudiantes, que para demostrar que sí hubo una carta entregada y cuáles son sus preocupaciones, todavía no resueltas, publicaron en internet el 30 de julio la misiva enviada, para «informar al público sobre la grave situación que nuestro Instituto está experimentando ahora. Nuestro deseo también es pedir justicia y ver nuestros derechos y los de nuestros profesores garantizados de manera clara».
Sorprendentemente, no es cierto que estén tranquilos:
«No habiendo obtenido hasta el momento de las autoridades académicas de nuestro Instituto, ni del presidente ni del Gran Canciller, ninguna respuesta satisfactoria y clara a esta carta, ni tampoco habiendo recibido por escrito y públicamente la garantía absoluta del cumplimiento concreto del Artículo 89 del nuevos estatutos (sobre la continuidad de los antiguos programas y sobre la situación de los docentes) hemos decidido publicar nuestra carta»
Los estudiantes indicaron que la carta fue escrita el 24 de julio y enviada el 25 de julio a las 11:00 am a los correos electrónicos de Mons. Sequeri, con copia a Mons. Paglia. Además, «el viernes 26 de julio, la carta fue enviada por correo (carta certificada), a las 10 de la mañana».
El texto ha sido firmado hasta el momento por más de 240 alumnos y exalumnosque manifiestan su «inmensa preocupación luego de la inesperada publicación de los nuevos estatutos y del nuevo programa de estudios para nuestro nuevo instituto, junto con la triste noticia de la expulsión de dos profesores cuyas cátedras desempeñan un papel central en la formación ofrecida por el instituto».
La carta, enviada poco después de la aprobación de los nuevos estatutos, se refiere a los expertos en Moral, Mons. Livio Melina y el P. José Noriega, que no volverán a enseñar en el Instituto Pontificio Juan Pablo II el próximo año.
La misiva también lamenta la supuesta eliminación de la cátedra de Teología Moral, pues «sabemos lo importante que fue el estudio de la acción humana para el Papa Juan Pablo II, al punto que le confió esta cátedra precisamente a su primer presidente, el Cardenal Carlo Caffarra».
Mons. Sequeri responde
Si bien el instituto respondió el 29 de julio con un comunicado en italiano, Mons. Sequeri concedió una entrevista publicada este martes 30 a Vatican News en la que afirma que la secretaría «me ha notificado hoy también de la recepción de una carta, firmada por algunas decenas de ‘estudiantes y exestudiantes’ que expresa preocupación por la eventualidad de perder el sólido sustento formativo garantizado por el instituto y por la incertidumbre relativa» a las nuevas enseñanzas.
Según Mons. Sequeri, han recibido también expresiones de confianza en los cambios realizados en el instituto, que responden «al gran impulso del Papa Francisco, que ha alentado desde el inicio al instituto a dotarse de todos los instrumentos necesarios para cumplir la misión que le fue confiada con la creación de Juan Pablo II, en el nuevo contexto en el cual la Iglesia vive sus vínculos de amor en el ámbito de la transmisión de la vida humana y de la fe cristiana que comprenden al matrimonio y la familia, según el diseño de Dios».
Mons. Sequeri dijo que estaba sorprendido porque la carta «fue publicada antes que los destinatarios diesen respuesta y tuviesen tiempo material de responder». El presidente del Instituto Juan Pablo II aseguró que se elaborará «una respuesta resumida, sobre la base de los datos reales». No se entiende muy bien esta apreciación de Mons. Squeri, puesto que el día anterior el equipo de Mons. Paglia había dicho que no sólo se había recibido, también se había respondido: «a diferencia de lo que se reveló, todos los estudiantes fueron informados de inmediato de las noticias y tranquilizados»
Por ello, un portavoz de los estudiantes indicó que «hicimos la carta pública hoy por la mañana» porque «en el comunicado de prensa que publicó el instituto ayer 29 de julio mencionan la carta enviada por los representantes (de los estudiantes). En el punto 5 del comunicado de ayer hacen referencia a nuestra carta».
CHINA: EL CLERO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE FUZHOU GANA BATALLA EN EL SOSTENIMIENTO DE LA FE INTRODUCIENDO PRERREQUISITOS EN LOS ACUERDOS
Más de 100 sacerdotes y el administrador apostólico de la arquidiócesis se unieron a la Asociación Patriótica Católica China pero consiguieron introducir los «prerrequisitos» que modifican la adhesión: no violar los principios de la fe y la conciencia católicas y mantener contacto con la Iglesia católica romana
(Bitter Winter/InfoCatólica) En el mes de mayo, el Gobierno coaccionó a Lin Yuntuan –un ex administrador apostólico nombrado por el Vaticano para la arquidiócesis de Fuzhou– y a más de 100 sacerdotes para que se unieran a la Asociación Patriótica Católica China (APCC), amenazando con arrestar a cualquier miembro del clero que se negara a someterse al control del Gobierno.
Después de la firma del acuerdo entre China y el Vaticano en 2018, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado presionando a todo el clero católico para que se una a la APCC. Los clérigos que se niegan son perseguidos y a menudo arrestados, sus iglesias son frecuentemente acosadas, los símbolos religiosos destruidos, y muchas de las iglesias son eventualmente clausuradas. El 28 de junio, el Vaticano publicó nuevas directrices que establecen que la Santa Sede no exigirá a los objetores de conciencia católicos unirse a la APCC.
De acuerdo con una fuente en la arquidiócesis de Fuzhou, al firmar el acuerdo de solicitud elaborado por el Gobierno, el clero de la diócesis aceptaba el principio de una Iglesia católica «independiente, autónoma y autoadministrada» y obedecer el liderazgo de la APCC. Las autoridades amenazaron a algunos sacerdotes con demoler sus iglesias si se negaban a firmar, mientras que a otros se les prometió clemencia por su apoyo hacia lo que se conocía como la Iglesia Clandestina. «Si se unen a la APCC, no les provocaremos ningún problema. No sean necios. De lo contrario ¡serán duramente golpeados!», manifestaban los funcionarios en sus conversaciones con el clero.
Durante mucho tiempo, el administrador Lin se ha negado a afiliarse con el Gobierno chino y ha puesto énfasis en la necesidad de mantenerse en contacto con la Iglesia católica romana. Lo menos que podían hacer el administrador y los sacerdotes era intentar modificar el contenido de la solicitud para unirse a la APCC, siguiendo el precedente de la diócesis de Mindong en la provincia sureña de Fujiang. Antes de firmarla, el obispo de Mindong, monseñor Guo Xijin, insistió en insertar prerrequisitos relacionados con la pureza de la fe.
De forma similar, se agregaron dos términos a los acuerdos de solicitud con el clero de Fuzhou; a saber: no violar los principios de la fe y la conciencia católicas y mantener contacto con la Iglesia católica romana. Después de llevar a cabo estas revisiones, todos firmaron el acuerdo y se lo enviaron al obispo.
El acuerdo revisado fue inaceptable para las autoridades chinas. Siguieron hostigando a los sacerdotes para que firmaran el texto original, afirmando que debían hacer lo que ordena el Gobierno central. Las amenazas e intimidaciones continuaron y el Gobierno aplicó presión sobre el clero, empleando un «sistema de contratación de una persona, una política», que es cuando varios funcionarios presionan a un sacerdote al mismo tiempo. «Eres legítimo sólo cuando el Gobierno central te hace legítimo», reprocharon los funcionarios a los sacerdotes.
No obstante, el administrador Lin y los sacerdotes perseveraron. De acuerdo con uno de los sacerdotes de la diócesis, enviaron el borrador del acuerdo al representante de la Santa Sede en Hong Kong, monseñor Javier Herrera Corona, quien supuestamente afirmó que el acuerdo de solicitud preparado por el Gobierno no podía firmarse.
A finales de mayo, los sacerdotes y el administrador Lin lograron mantener su postura y firmaron los acuerdos con los prerrequisitos añadidos.
«Todos los sacerdotes firmaron de manera uniforme el acuerdo, principalmente, para impedir que el PCCh ‘dividiera y venciera’ y desintegrara a la diócesis desde dentro», explicó uno de los sacerdotes.
De mayo a junio, al menos diez sitios de reunión católicos que no eran parte de la Iglesia Patriótica Católica en la ciudad de Fuzhou fueron clausurados por la fuerza por el Gobierno local con el pretexto de que «violaban las leyes de la construcción». Antes de los cierres, «funcionarios de enlace religioso» y funcionarios del comité vecinal fueron enviados para entrar a hurtadillas en las iglesias con el fin de obtener información.
El 9 de junio, numerosos empleados fueron enviados a proteger la entrada de una iglesia católica en Fuzhou y prohibieron a la congregación entrar a orar. Para impedir que los creyentes entraran a la iglesia sin que las autoridades se dieran cuenta, llenaron el cilindro de la cerradura de la iglesia con pegamento. El comité vecinal, funcionarios del comité de la villa y la policía patrullaron los alrededores de la iglesia por varios días.
«Funcionarios del Departamento de Asuntos Étnicos y Religiosos provincial, la estación de policía local, y funcionarios de oficinas subdistritales y comunitarias frecuentemente vienen a presionarnos ahora», dijo el director de la iglesia con un tono de impotencia. «A menudo toman fotos o nos convocan a una ‘transformación ideológica’. El PCCh nos hace distanciarnos de la religión y someternos al Gobierno».
Un sacerdote que solicitó permanecer en el anonimato comparó las negociaciones entre el Vaticano y China con un cordero que negocia con un lobo hambriento. «El PCCh es una dictadura. Cada día en el que el Partido Comunista está en el poder es un día sin libertad de creencias, y seguiremos siendo perseguidos», dijo el sacerdote, quien añadió que el PCCh no sólo está dirigiendo sus baterías hacia el catolicismo, sino que está intentando controlar y erradicar a todas las religiones. «Las acciones del PCCh no sólo violan la ley internacional, sino, también, la Constitución china».
A LA DE UNA; POR ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ
Decíamos ayer (o sea, hace casi un mes) que fray Luis de León nos aconsejaba un «reposo descansado». Ya entonces confesaba que mis vacaciones estaban incumpliendo meticulosamente el programa del sabio entre los pocos que en el mundo han sido. Mi dolor de cabeza (mea culpa) no ayudaba y empecé a darle vueltas en la cabeza a un tema que me da dolor de cabeza (círculo vicioso).
¡La de veces que nos hacen repetir las gestiones de modo que multiplican por dos, por tres o por cuatro el rollo (ya en sí) de hacer cualquier cosa! Mis hijos consiguieron el DNI apenas a la segunda, con lo que no me quejo. Está por debajo de la media. Me venden algo que está mal. Tengo que volver. He perdido ya el ticket. Voy al taller con un faro roto de la moto (alguien la ha tirado al desaparcar y desaparecer) pero me dan hora para la mañana siguiente, cuando llego, dejo allí la moto y me vuelvo en taxi, luego llaman para decirme que no tenían el faro, que hay que pedirlo y que tardará, que recoja la moto mientras tanto. O sea, tres vueltas para lo que pudieron ver el primer día sobre la marcha. Como naturalmente se me ha complicado la cosa, entro en un bar a mandar el artículo por wi-fi, pregunto la contraseña y pido un café a media tarde que me hará polvo a media noche. Cuando voy a conectarme, el wi-fi no va. "Ah, es verdad", dice con una sonrisa la camarera. Apuro mi café de un sorbo y corro a por otro wi-fi con cafeína.
Como esto es una columna de opinión y no una carta al director, ya vengo llorado. La sonrisa de la camarera, además, era de las que hacen que perdonemos todo. Apenas pretendo tres cosas. La primera, que el amable lector se proponga, motu proprio, evitar molestias a sus clientes. El reto de «a la de una» sería el equivalente por lo privado de la utópica «ventanilla única» de la burocracia. La segunda, es aplicarme mi cuento. Cualquier frase embarrullada de las mías que usted tuviese que dos veces leer, y ni entendiera así del todo quizá, sería mi equivalente personal al taller del faro de la vespa.
Por último, lo más importante. La caridad bien entendida empieza por uno mismo, y las pérdidas de tiempo, también. ¿No han caído (en los dos sentidos) en que protestamos muchísimo más del tiempo que nos hacen perder (perdiendo tiempo en eso) que del que nosotros perdemos por nuestra cuenta y riesgo? Si no mareásemos tanto, nos sobraría tiempo ¡hasta para el que nos pierden!
LA MARCHA FRANCISCANA EN TIERRA SANTA
Unas cien personas: este es el número de participantes en la Marcha franciscana, la experiencia de una caminata ofrecida por la Pastoral Juvenil de los Frailes Menores de la Custodia de Tierra Santa a jóvenes de entre 17 y 27 años.
El tema de la Marcha es "Encuentros que te conducen a ti" y durante la semana, los jóvenes examinan los diversos aspectos de los encuentros en la vida de San Francisco, que fueron experiencias que le permitieron dar un paso más hacia Dios. El encuentro consigo mismo en prisión, el encuentro con el leproso, con el crucifijo de San Damián, con el lobo y, por último, el encuentro con el Sultán y el ángel con el que recibió los estigmas. Los jóvenes de Belén, Beit Sahour, Beit Jala, Jerusalén, Ramleh, Nazaret, Abilene y, por primera vez, también de Janine, tienen una experiencia no solo espiritual sino también física. Seis horas de caminata al día los esperan para completar la ruta que incluye varias paradas en Galilea, incluida Cana, donde comienzan, Nazaret, donde tienen experiencia de evangelización y luego la llegada al Monte Tabor el 2 de agosto, con motivo del Perdón de Asís. En el Monte Tabor, la experiencia no es solo de dar gracias sino también de penitencia: es allí donde el Señor se encuentra cara a cara donde los jóvenes peregrinos podrán adorar a Jesús en la Eucaristía y realizar otras actividades antes de despedirse. "Este es el 29 de marzo, considerando los años de intifada e inseguridad en la tierra: podemos decir que es una tradición que ha estado ocurriendo durante más de 30 años y que siempre ha dado muchos buenos frutos", dijo el padre Emad. Rofael, a cargo de la pastoral juvenil en la Custodia de Tierra Santa. En el Monte Tabor, la experiencia no es solo de dar gracias sino también de penitencia: es allí donde el Señor se encuentra cara a cara donde los jóvenes peregrinos podrán adorar a Jesús en la Eucaristía y realizar otras actividades antes de despedirse. "Este es el 29 de marzo, considerando los años de intifada e inseguridad en la tierra: podemos decir que es una tradición que ha estado ocurriendo durante más de 30 años y que siempre ha dado muchos buenos frutos", dijo el padre Emad. Rofael, a cargo de la pastoral juvenil en la Custodia de Tierra Santa. En el Monte Tabor, la experiencia no es solo de dar gracias sino también de penitencia: es allí donde el Señor se encuentra cara a cara donde los jóvenes peregrinos podrán adorar a Jesús en la Eucaristía y realizar otras actividades antes de despedirse. "Este es el 29 de marzo, considerando los años de intifada e inseguridad en la tierra: podemos decir que es una tradición que ha estado ocurriendo durante más de 30 años y que siempre ha dado muchos buenos frutos", dijo el padre Emad. Rofael, a cargo de la pastoral juvenil en la Custodia de Tierra Santa. podemos decir que es una tradición que ha estado ocurriendo durante más de 30 años y que siempre ha dado muchos buenos frutos ", dijo el p. Emad Rofael, a cargo de la pastoral juvenil en la Custodia de Tierra Santa. podemos decir que es una tradición que ha estado ocurriendo durante más de 30 años y que siempre ha dado muchos buenos frutos ", dijo el p. Emad Rofael, a cargo de la pastoral juvenil en la Custodia de Tierra Santa.
There are two new elements in this year’s March: the final celebration by the Apostolic Administrator of the Latin Patriarchate of Jerusalem, Mons. PierbattistaPizzaballa, and the creation of the official anthem of the March, by some young Christian Palestinians. Milad Willard Fatouleh, a music teacher at the Terra Santa School, lent his voice for the anthem. "When I received Fr. Emad’s request to sing the anthem of the March I felt really proud,” said Milad. "It was also a challenge but we were able to write it in less than 10 days working non-stop together with the author, the composer and, lastly, the musicians."
El Custodio de Tierra Santa Fr. Francesco Patton también estuvo presente en la inauguración, conociendo a los jóvenes antes de la Celebración de la Eucaristía que presidió en la Iglesia de la Boda en Cana: “Es una experiencia particularmente intensa para los jóvenes, tanto por la dimensión de la caminata física que ayuda a abrir ellos mismos están presentes, pero también porque contienen la combinación de "compromiso y alegría": los jóvenes descubren que comprometerse es algo que ofrece alegría y, naturalmente, lo hacen desde una perspectiva cristiana ", explicó el Custodio." La Marcha también ayuda ellos sienten que ser cristianos no es una carga y un aburrimiento, sino también algo encantador, fascinante y alegre ".
Los jóvenes incluyen a George Bael, un estudiante de la Universidad de Belén en su tercera experiencia de la Marcha franciscana. "La Marcha franciscana es una experiencia que me lleva a Jesús; por lo general, es como si mi vida y la de Jesús siguieran dos líneas diferentes que aquí se vuelven cada vez más cercanas y, al final, se encuentran", dice George con entusiasmo. "Recomendaría esta experiencia a todos los jóvenes: no lo dudes, salta a esta caminata con ambos pies y encontrarás que Jesús te está esperando".
Giovanni Malaspina
LA VEZ QUE COMPUSIERON UN TRAP SOBRE UN POEMA DE SAN JUAN DE LA CRUZ
Sabemos que han habido grandes artistas en la historia de la Iglesia. Las ramas artísticas más famosa han sido la pintura, la escultura y la arquitectura.
Sin embargo, han habido hasta santos que han explotado otros tipos de artes que han impactado hasta la cultura de hoy.
“Qué bien sé yo la fonte” de San Juan de la Cruz
Este santo, junto a Santa Teresa de Ávila, son reconocidos poetas de la Iglesia. Uno de los poemas más famosos de este fue aquella titulada “Qué bien sé yo la fonte”.
San Juan compuso este poema en Toledo, entre 1577-1578, cuando se encontraba injustamente encerrado en la cárcel. Fueron sus mismos hermanos de comunidad los que lo encarcelaron.
Ellos no le permitieron ofrecer Misa, ni papel para escribir sus poemas. Quisieron castigarlo en muchas formas. A pesar de esto, él siguió componiendo poemas en su cabeza, para Dios, como aquella mencionada en este artículo.
El poema narra cómo es la relación entre Dios Trinitario con nosotros, sus hijos, y que a pesar de vivir crueldades (la noche), Él (la fuente, o “fonte”) nos consuela y nos protege.
El poema es el siguiente:
Que bien sé yo la fonte que mana y corre
aunque es de noche.
Aquella eterna fonte está ascondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen della viene,
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beban della,
aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
Su claridad nunca es escurecida,
y sé que toda luz della es venida,
aunque es de noche.
Sé ser tan caudalosas sus corrientes,
que infiernos, cielos riegan, y las gentes,
aunque es de noche.
El corriente que nace desta fuente
bien sé que es tan capaz y tan potente,
aunque es de noche.
El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
Aquesta Eterna fuente está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas
porque desta agua se harten aunque a oscuras,
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
TRAP
En 1983, el cantante de español Enrique Morente, realizó la primera adaptación musical en flamenco de este poema. Llamó a la canción: “Aunque es de Noche”. Esta canción se volvió una clásica de la música española.
La cantante de trap, Rosalía Vila Tobella, famosa actualmente por su álbum conceptual “El Mal Querer”, tomó esta canción en el 2017 y la retocó para que, respetando el estilo flamenco, pueda sonar con su típico estilo trap.
El video musical de la cantante resalta por tener muchas iconografías católicas, así como la presencia de una capilla, un altar, y palabras que van saltando a la pantalla haciendo referencia a Dios.
Este es el video:
MONS. OCÁRIZ EN LOS ÁNGELES: "LEED EL EVANGELIO A MENUDO"
Tras New York, Chicago y Houston, el prelado viajó a Los Ángeles. Ofrecemos algunas ideas de las tertulias celebradas con gente joven.
Viernes, 26 de julio (Los Ángeles)
La primera tertulia que tuvo el prelado con mujeres en Los Ángeles comenzó con una canción. Lucy y Kayla entonaron con sus ukeleles “El mejor día de mi vida”, mientras que Samy, estudiante de etnomusicología en UCLA, tocó la trompeta, con el acompañamiento de sus hermanas al violín y la guitarra.
Samantha, estudiante de la Universidad de California-Berkeley, preguntó al prelado cuál es la misión del Opus Dei en la Iglesia. “El camino de la Iglesia es muy amplio y contiene muchas maneras diferentes de viajar hacia la misma meta. Todos formamos el Cuerpo Místico de Cristo, y por eso estamos unidos y vamos en la misma dirección, aunque hay diferentes maneras de avanzar. El Opus Dei recuerda un mensaje que está en el corazón del Evangelio: que todos estamos llamados a ser santos, que la santidad no es sólo para algunas personas especiales”.
Mons. Ocáriz explicó que “todos los esfuerzos humanos nobles y limpios son un camino hacia la santidad. Ciertamente, apoyándose en la oración y los sacramentos, pero también a través de la vida ordinaria, el trabajo y la vida familiar”.
Kayla preguntó en qué consiste ser santos. “No significa ser personas sin defectos”, dijo el prelado. “En cambio, es la perfección del amor mostrada en la lucha personal, en el esfuerzo por amar cada vez más plenamente, aunque tengamos que empezar de nuevo muchas veces. San Josemaría decía: ‘Un santo es una persona que lucha’, es decir, que se levanta y comienza de nuevo cuando comete un error”.
Alana, una joven que actúa en un teatro de Los Ángeles, pidió un consejo para vivir con coherencia cristiana en ese ambiente. “En primer lugar, acoge a todos. Los cristianos no podemos despreciar ni tratar mal a nadie. Luego, necesitarás una sólida formación para dar razón de tu esperanza, para explicar no sólo la verdad revelada, sino también las verdades abiertas a la razón humana”.
Más tarde, ese mismo día, el prelado se reunió con chicos que participan en las actividades apostólicas del Opus Dei. “Leed el Evangelio a menudo –les aconsejó– e imaginad las escenas, para conocer mejor al Señor. Esto nos da la fuerza que necesitamos para llevarlo a los demás y, por lo tanto, para llevarles la felicidad. La vida cristiana es inseparable del esfuerzo personal por conocer y amar mejor a Cristo, y del deseo y esfuerzo por darlo a conocer a los demás”.
Chao, un estudiante chino que realiza un doctorado de Geofísica en Stanford, contó al prelado que, en Shangai, un amigo le habló por primera vez de Dios y le invitó a asistir a clases de catecismo junto a otras personas que siguen las enseñanzas de san Josemaría. “¿Qué podría hacer para ayudar al Opus Dei a comenzar en la China continental?”, preguntó.
“Rezar”, dijo el prelado. “Puede parecer simplista, pero todo el trabajo apostólico del Opus Dei -como el de la Iglesia- es una tarea sobrenatural. No es simplemente un esfuerzo humano, de estrategia o de ventas. Lo más importante es confiar en Dios, tanto en China como en el mundo entero”.
Jim, estudiante de Pasadena, explicó que a veces no tiene tiempo para compatibilizar el estudio, el deporte, los amigos y el trato con Dios. “El secreto es ser más ordenados, porque de ese modo se aprovecha mejor el tiempo. Intenta tener un plan de vida, en el que haya tiempos establecidos para la oración y la lectura del Evangelio, y otros tiempos para el trabajo y el estudio”.
Antes de finalizar la tertulia, Tim, productor nominado a los Oscars, entregó a Mons. Ocáriz un una réplica de la estatuilla para conmemorar su visita a Los Ángeles, el centro de la industria cinematográfica de Estados Unidos.
Lunes, 22 de julio (Houston)
“¡Bienvenido a Texas, Padre! ¡Yee-haw!”. Así recibieron al prelado las más de 200 jóvenes que acudieron a una tertulia celebrada en Houston. “En este país estudiamos y trabajamos pensando mucho en los resultados. ¿Cómo trabajar bien sin caer en el perfeccionismo?”, preguntó Rosie, una estudiante que vive a seis horas de Houston y viaja una vez al mes a la ciudad texana para recibir formación cristiana en un centro del Opus Dei.
“El profundo sentido de nuestro trabajo es el amor a Dios y a los demás –dijo Mons. Ocáriz-, un objetivo superior que nos permite dedicar todo el esfuerzo necesario a las diversas tareas sin convertirnos en sus esclavos. Necesitamos trabajar con empeño, muchas horas, pero si entendemos que el sentido del trabajo es sobrenatural, sabremos por ejemplo cuándo parar para dedicar tiempo a nuestra familia, para descansar o para cuidar a otras personas”.
Por la tarde, el prelado tuvo otra tertulia con muchachos de Houston y otras ciudades cercanas. Pedro y Rafael, dos hermanos gemelos, preguntaron cómo ayudar en el trabajo de evangelización que las personas del Opus Dei procuran hacer en el país. “Lo que la Obra espera de quien quiere ayudar es que rece mucho”, respondió. “Oren para que todos en el Opus Dei y todos los que participan en los medios de formación cristiana sean fieles a su vocación cristiana. Recen también para que seamos capaces de llevar a muchas personas esta gran maravilla: el mensaje de Cristo”.
Joe, un estudiante universitario, converso del protestantismo, preguntó al prelado cómo había discernido su propia vocación. Monseñor Ocáriz dijo que conoció la Obra por primera vez gracias a sus hermanos mayores cuando era un adolescente. Asistió a las actividades durante un tiempo, pero decidió dejar de hacerlo, ya que recibía una buena formación religiosa en el colegio. Al terminar el bachillerato, su hermano mayor, que ya trabajaba como ingeniero, le invitó a pasar el verano con él en la ciudad donde vivía. Allí volvió a frecuentar un centro del Opus Dei: “El ambiente era muy bueno, lo pasé muy bien con la gente. Me invitaron a considerar la posibilidad de ser parte de la Obra, y mi primera reacción fue decir que no. Luego lo pensé un poco, no mucho, y sobre todo recé más. Llegó un momento -es Nuestro Señor quien actúa- en que pensé: ‘Es posible… la llamada de Dios es algo maravilloso’. Así que dije: ‘Bien, hagámoslo’. Este hagámoslo es la libertad que a menudo se necesita para dar forma a la llamada de Dios. Dios siempre nos deja, al menos en la mayoría de los casos, sin claridad total, por lo que somos nosotros los que tenemos que dar el paso final, para que seamos muy libres en la entrega. Dije 'hagámoslo', y esto fue hace… 58 años”.
Como por la mañana, el prelado concluyó la sesión pidiendo oraciones por el Papa, porque “él confía en la oración de todos los católicos”.
Domingo, 21 de julio (Houston)
Tras pasar por New York, Chicago y Wisconsin, monseñor Ocáriz prosiguió su viaje pastoral por Houston (Texas), donde tuvo dos tertulias con fieles del Opus Dei y amigos procedentes de Dallas, San Antonio, Austin, Miami, Luisiana e incluso México.
El prelado comentó el evangelio de la misa del domingo, que recuerda el momento en que Marta se queja a Jesús porque ella trabaja mientras su hermana María escucha al Maestro: “Tanto el trabajo como la oración son fundamentales. Como nos enseñó san Josemaría, hay que transformar el trabajo en oración, haciendo de todo lo que hacemos un diálogo con Dios. Para esto, necesitamos contemplar a nuestro Señor, uniendo nuestra vida estrechamente a la de Cristo. Así como María estaba allí a los pies del Señor mientras su hermana trabajaba, también nosotros hemos de hacer lo mismo mientras trabajamos”.
Liz, investigadora de Dallas, preguntó al prelado cómo mantener viva la conciencia de nuestra filiación divina, no sólo de un modo intelectual, sino también experimentándola con los sentimientos. “Es la gran verdad que necesitamos tener en lo más profundo de nuestra alma –respondió el prelado–: que Dios nos ama con locura. Por eso, nuestra relación con él debe ser una respuesta de amor. Experimentar que somos hijos de Dios, disfrutar con esto, no depende de nuestros propios esfuerzos. A veces Dios nos concede momentos en los que nuestra fe parece más viva, más profundamente sentida, pero otras veces puede contener alguna oscuridad. A menudo no vemos el amor de Dios, pero tenemos que creer firmemente en él y considerarlo en nuestra oración”.
Odette, enfermera y madre de nueve hijos, expresó una preocupación compartida por muchos padres: cómo integrar el uso de la tecnología en la educación de los hijos. “En primer lugar, dando buen ejemplo vosotros a los más pequeños”, dijo el prelado. Asimismo, animó a educar a los niños en el autodominio, renunciando por ejemplo a pequeños caprichos, para poder ser siempre libres.
Gaby narró una gracia de Dios que había recibido por intercesión del beato Álvaro del Portillo: hace unos años, le diagnosticaron una enfermedad grave a la niña de la que estaba embarazada. Según los médicos, no podría caminar, hablar o respirar por sí misma. Mientras Gaby hablaba, la niña, Daniela, se acercó al prelado para darle un ramo de flores en medio de un fuerte aplauso.
Además de las preguntas y respuestas, las asistentes amenizaron la tertulia cantando la canción Deep in the Heart of Texas.
Por la tarde, y en una reunión similar, monseñor Ocáriz recordó “la fe de san Josemaría al comienzo de la Obra, cuando recibió la tarea de nuestro Señor de hacer el Opus Dei. Miró al mundo entero lleno de esperanza, una esperanza basada en la fe. También nosotros tenemos que ser personas de gran esperanza, una esperanza basada en la fe: fe en el amor de Dios por nosotros, fe en la vocación cristiana que hemos recibido”.
Greg, controlador de vuelo de la Estación Espacial Internacional de la NASA, recordó el 50 aniversario del primer alunizaje. Con ese motivo quiso preguntar a todos los presentes: “¿Cuál fue la primera palabra pronunciada en la luna?”; “¡HOUSTON!”, respondió divertido el público a una sola voz. Greg explicó que los residentes de la ciudad están muy orgullosos de esa frase (Houston, Tranquillity Base here. The Eagle has landed), que les recuerda la responsabilidad de llevar la fe a todas partes.
La siguiente pregunta fue planteada por Chris, padre de cuatro niños pequeños y una niña más en camino: “¿Cómo podemos los cristianos compartir la fe con los demás?”, dijo. El prelado señaló que, cuando nos sintamos débiles, necesitamos encontrar nuestra fuerza en Cristo, especialmente en la Eucaristía. “Lo que sucede cuando recibimos a Jesús en la Eucaristía es verdaderamente asombroso. Nos transformamos en Él. Es lo contrario de lo que sucede con los alimentos. Nos convertimos en Él, nos convertimos más en Cristo mismo. Sentir que somos débiles es natural. Pero también podemos sentirnos fuertes, con la fuerza que Dios nos da”.
Tom sufrió hace seis semanas un grave accidente automovilístico. Como consecuencia, ha quedado con limitaciones de movilidad, por lo que charló con el prelado a través de videoconferencia. “¿Cómo podemos tener más corazón?”, preguntó Tom. El prelado le animó a ofrecer sus dolores por el Santo Padre y por la Iglesia y le respondió que “sólo cuando Dios expande nuestros corazones, cuando Dios nos hace capaces de amar más; la fuerza que necesitamos para amar viene de la caridad de Cristo, que alcanzamos pidiéndola al Señor. Así que no nos enfrentamos solos a esta lucha, ya que nuestro Señor está con nosotros, y por lo tanto necesitamos siempre pedir su ayuda”.
Lunes, 15 de julio (Chicago)
Mons. Fernando Ocáriz visitó Metro Achievement Center, un centro educativo para chicas que ofrece apoyo escolar y otras actividades de formación a familias en riesgo de exclusión social de la ciudad de Chicago.
Durante la visita a las instalaciones, algunas alumnas de un programa de Ingeniería mostraron al prelado los diversos proyectos en los que están trabajando. Petra y Ernestina, que pusieron en marcha esta iniciativa social hace 30 años, le contaron algunos recuerdos de los primeros años y agradecieron el trabajo de los sacerdotes de la prelatura, a quienes está confiada la atención espiritual de esta iniciativa.
Después, el prelado visitó Midtown Center, una iniciativa de formación extracurricular dirigida a jóvenes de barrios marginales de Chicago. Midtown ofrece clases de refuerzo académico, deporte, programas de desarrollo del carácter y tutoría individual. Los padres de los chicos reciben apoyo a través de seminarios y asesoramiento individual.
Algunos de los 400 muchachos que participan en las actividades de verano acogieron al prelado en el gimnasio, donde conversó con los responsables y voluntarios de las iniciativas que están actualmente en marcha. Mons. Ocáriz también se reunió con la familia de Melissa Villalobos, cuya curación médica fue reconocida como milagro en la causa de canonización de John Henry Newman.
El prelado acudió a rezar a la iglesia de Santa María de los Ángeles, adyacente a Midtown. La parroquia fue confiada a sacerdotes del Opus Dei en 1991 por el entonces arzobispo de Chicago, el cardenal Joseph Bernardin.
Domingo, 14 de julio
El pasado 14 de julio, Mons. Fernando Ocáriz mantuvo dos encuentros en Chicago con jóvenes y adultos que frecuentan los medios de formación cristiana que ofrece el Opus Dei.
A los primeros, en su mayoría estudiantes de bachillerato y primeros años de universidad, les recordó que la formación cristiana que reciben en los centros de la Obra a través de catequesis, meditaciones, conversaciones con sacerdotes y laicos…, no es solo algo individual, sino que les tiene que llevar a contagiar la fe a todas las personas de su entorno.
Joe, antiguo alumno del colegio Northridge, preguntó al prelado cómo compartir la fe cristiana en la Universidad. “Con la amistad –fue la respuesta–. San Josemaría decía que el apostolado en la Iglesia tiene muchas modalidades. Pero hay un modo fundamental de transmitir la fe, que es el trato personal, la amistad verdadera. Cuando hay amistad, y no simplemente un conocimiento superficial, se puede compartir lo que uno lleva dentro, los propios pensamientos, los propios deseos, también las propias dificultades”.
¿Cómo encontrar sin miedo la propia vocación?, preguntó Matt a Mons. Ocáriz.“Es natural tener un cierto temor o duda ante el futuro cuando se quiere tomar una decisión importante en la vida. Por eso conviene buscar sinceramente la voluntad de Dios, pedir luz al Señor en la oración y también escuchar el consejo de quien pienses que te puede orientar bien”, dijo el prelado. Además, prosiguió, “es importante que pidamos al Señor, además de luz para ver, fuerza para querer. Porque muchas veces no es que no veamos lo que Dios quiere, sino que nos falta un poco de empeño para lanzarnos a responder que sí. De ordinario, Dios no manifiesta su voluntad de modo evidente. Con todo, cualquier cosa que nos pida es lo que nos va a hacer más felices”.
En la tertulia con profesionales, el prelado animó a los asistentes a centrar toda la vida en Jesús. “Nuestra oración, nuestra vida espiritual, nuestra vida de trabajo, nuestra vida familiar, nuestra vida apostólica… todo debe centrarse en Jesucristo”, dijo. “Todo es para él: todo el sentido de la vida, de la creación, de la historia, está basado en esta verdad. Se trata de poner en el centro de nuestra lucha interior a Jesucristo y no el perfeccionismo, se trata de parecernos más a él, de conocerle mejor, de quererle más. De Jesucristo sacaremos la fuerza para ser cooperadores suyos, para identificarnos con él”.
Doug, terapeuta matrimonial, preguntó cómo ayudar a las parejas cristianas a convertir las dificultades del matrimonio en un camino de santidad. “Enseñándoles a querer. En todo matrimonio se requiere la determinación de quererse cada día más. En general, hay que querer a las personas como son, con sus defectos. Cuando los defectos no son ofensa a Dios, convivamos con ellos con alegría, con comprensión”.
Como en otras ocasiones, los asistentes concluyeron el encuentro rezando por las intenciones del Papa y las necesidades de toda la Iglesia.
Sábado, 13 de julio
Durante su primer día en Chicago, el prelado acudió a la Academia Willows para tener una tertulia con mujeres que asisten a los medios de formación cristiana que ofrece el Opus Dei. Las asistentes provenían de diversos estados del Medio Oeste: Minnesota, Missouri, Wisconsin, Indiana, Kansas, Iowa, Michigan y Colorado.
María contó que sus padres impulsaron los comienzos de la Academia Willows, un colegio cuya atención pastoral está encomendada a sacerdotes del Opus Dei. En su intervención, recordó a don José Luis Múzquiz (Fr Joe Muzquiz), el sacerdote a quien hace 70 años san Josemaría pidió comenzar la labor apostólica del Opus Dei en Chicago. “¿Cómo podemos llevar a cabo ‘la revolución’ del mensaje cristiano como hizo father Joseph?”, preguntó María.
El prelado respondió que la revolución más importante “es la revolución de cada día, la que hace cada uno en su propia vida. Una revolución significa dar la vuelta, es decir, volver de nuevo, volver a Cristo. Esta es la gran revolución que podemos llevar a cabo cada día, y que requiere una revolución constante”.
Más adelante, exhortó a las presentes a confiar en la fuerza de Dios ante las dificultades, especialmente las que afronta hoy la Iglesia. “No debemos ceder al pesimismo cuando vemos dificultades, confusión o problemas. La Iglesia está formada por personas débiles. Nosotros mismos somos débiles. Pero la Iglesia es, sobre todo, la fuerza de Dios. La Iglesia es Jesucristo, presente en su Palabra y en los sacramentos, presente con toda su fuerza salvífica”.
Maripaz, madre de familia, pidió al prelado que hablase sobre la importancia del trabajo del hogar. “Una manera muy directa de entender la importancia del trabajo en el hogar –respondió Mons. Ocáriz– es pensar en la Virgen. La criatura más grande, la madre de Dios, ¿qué hizo durante toda su vida? Cuidó de la casa de José y de Jesús. Humanamente hablando es necesario un ambiente de familia, un lugar en el que todos se sientan a gusto. Esto permite que cada persona crezca, mejore. Es algo que no sólo hace la vida agradable, sino que forma. Y forma también en el ámbito espiritual, porque lo material y lo espiritual están estrechamente unidos”.
Jueves, 11 de julio (Nueva York)
Este año se celebra el 70 aniversario del comienzo del trabajo apostólico del Opus Dei en los Estados Unidos (1949). “En este gran país –dijo el prelado en el primer encuentro del jueves– se ha hecho ya tanto, aunque estamos realmente en los comienzos. Podemos pensar que llevamos ya mucho tiempo en Estados Unidos y que la Obra se fundó hace ya noventa años... Pero, para la Historia, noventa años es el inicio de los inicios”.
Mons. Ocáriz explicó que “ante la realidad de la misión apostólica de poner al Señor en la cumbre, se puede pensar: ‘Sí, es algo maravilloso, una empresa entusiasmante, pero yo tengo tantas limitaciones, tantas dificultades personales…’. A lo que se suman las crisis en el mundo, en la misma Iglesia, que atraviesa muchas dificultades. Pero todo eso no puede ser nunca ocasión de desaliento. El Señor cuenta con nosotros para hacer mucho bien tal y como somos, con nuestras limitaciones”.
Uno de los presentes, Sharif, compartió su impresión sobre la dificultad para el compromiso que ve en muchas personas. “Cuando la libertad no se empeña en un compromiso significativo, la persona vive a merced de los vientos, a merced de sus sentimientos. En lugar de guiarse por la inteligencia y por la propia libertad, se guía por afectos que varían según las circunstancias”, comentó el prelado.
Otro de los asistentes preguntó cómo forjar amistades verdaderas en el trabajo, donde las relaciones pueden nacer a veces por intereses prácticos. “En primer lugar con la oración. Reza por tus colegas. Luego, busca oportunidades para realizar pequeños actos de servicio, pero no como una táctica, sino porque realmente quieres ayudarles. Verán que tu actitud es diferente, sincera, que de verdad les quieres servir. De ese modo, podrás romper barreras y surgirán conversaciones más profundas”.
Los asistentes rezaron juntos por el Papa Francisco. “Sobre sus hombros lleva un peso considerable –dijo el prelado– y cuando habla con la gente, o cuando escribe cartas, termina diciendo: ‘Reza por mí, reza por mí’. Tiene mucha fe en la oración, y nosotros también debemos tener esa fe”.
Por la tarde, Mons. Ocáriz participó en una tertulia con un grupo numeroso de mujeres. Uno de los temas principales de la conversación fue la alegría. “Tenemos la obligación de ser felices. Cuando no seamos felices, no podemos esperar a que la alegría vuelva por sí sola: tendremos que buscarla. Por eso, necesitaremos ir a la fuente de la felicidad, que es el Señor. De ese modo, podremos también hacer la vida agradable a los demás. Estando alegres, podremos hacer apostolado”, les dijo
Varias preguntas que se le hicieron durante la tertulia abordaron el tema del misterio del sufrimiento. Mons. Ocáriz señaló la posibilidad, aparentemente contradictoria, de experimentar la alegría en medio del dolor. “Esto es posible cuando sabemos por la fe que incluso el sufrimiento, cuando llega, es un instrumento para colaborar con Jesucristo en la redención del mundo. Aunque Dios no quite el sufrimiento, podemos tener la alegría de saber que tiene un valor positivo muy grande cuando se une a la cruz de Nuestro Señor”.
Miércoles 10 de julio
Mons. Ocáriz visitó la iglesia de Saint Agnes, en las inmediaciones de la Grand Central Terminal de Manhattan (New York). En 2016, el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, encomendó a los sacerdotes del Opus Dei la atención pastoral de este templo.
A continuación, el prelado acudió a la Zona Cero y rezó en silencio durante unos minutos en el monumento que recuerda a los 2.983 fallecidos en los atentados del 2001.
Por la tarde se reunió con unas 250 jóvenes que asisten a actividades de formación cristiana en distintos centros del Opus Dei. “No consideréis la formación cristiana que recibís como algo exclusivo para vosotras, para vuestro enriquecimiento personal. Esa formación os ayudará a transmitir, dondequiera que estéis, el espíritu cristiano. Todos los cristianos estamos llamados a ser apóstoles en nuestra vida cotidiana, especialmente entre nuestros amigos, transmitiendo la alegría de haber encontrado y seguido a Cristo más de cerca. En última instancia, toda la formación cristiana que recibimos tiene como objetivo ayudarnos a asemejarnos más a Cristo, a tener sus mismos sentimientos, su manera de mirar al mundo y a las personas”, dijo el prelado.
Colleen, una estudiante de Virginia Tech, explicó que, a veces, el estilo de vida de quien trata de vivir el Evangelio choca con el ambiente. “Toda la fuerza que necesitamos para poder hablar de manera convincente se encuentra en la Eucaristía y en la oración. Necesitamos preguntarle a nuestro Señor cómo enfrentarnos a esas situaciones. Al final, cuando nos esforzamos por crear auténticas amistades, ese miedo a hablar de ciertos temas desaparece", afirmó el prelado.
Un selfie con algunas de las jóvenes que frecuentan los medios de formación cristiana.
Otra joven pidió consejo sobre cómo explicar a sus amigos que Dios es mucho más que un Juez. "Una manera más profunda de explicarlo –respondió Mons. Ocáriz– es señalando a Cristo en la Cruz. Necesitamos darnos cuenta de que Dios es de tal manera nuestro Padre que entregó a su único Hijo para que muriera por nosotros en la Cruz. El hecho de que quisiera hacer eso es un poco misterioso, pero es el misterio del inmenso amor de Dios por nosotros. Cuando las cosas se ponen difíciles y tenemos la tentación de pensar: ¿Cómo es posible que Dios, que es mi Padre, permita esto?, necesitamos mirar a la Cruz, y hacer un acto de fe en el amor de Dios que Él hizo tan visible en la Cruz de Cristo”.
Al finalizar ese encuentro, le entregaron al prelado una colecta que habían realizado para las múltiples necesidades de los venezolanos.
Martes 9 de julio
El prelado se reunió en New York con unos 200 jóvenes de diferentes ciudades de la costa Este de los Estados Unidos. Monseñor Ocáriz les animó a ser buenos amigos, con una amistad profunda y sincera, desde la que es natural compartir también el amor que se tiene por Cristo. "Lo más importante –comentó el prelado-, es la preocupación que todos debemos tener por ayudar a los demás y por dejarnos ayudar".
En su respuesta a un estudiante de Ingeniería en Princeton, que se está especializando en Inteligencia Artificial, Mons. Ocáriz resaltó de nuevo la amistad como vía para hablar de Dios en un ambiente donde la actitud hacia la fe resulta, a menudo, escéptica. "¿Qué puedes hacer para hablar de Dios en ese ambiente? En general, no se trata de hablar con muchas personas al mismo tiempo, sino de hacer verdaderas amistades con los demás. A través de la amistad, es fácil transmitir lo que sientes, lo que piensas…, pero no con el tono de quien quiere convencer a sus amigos, sino simplemente transmitiendo, a través de la amistad, lo que tienes dentro: lo que tiene valor para ti, lo que te da alegría, lo que te da serenidad, lo que implica la seguridad de contar con la ayuda constante de Dios en tu vida", afirmó Mons. Ocáriz.
El prelado subrayó también la importancia de rezar por el Papa y de estar unidos a él. "Reza mucho por el Papa", dijo a uno de los muchachos. "El Papa tiene, como podéis imaginar, un gran peso sobre sus hombros, y muchos desafíos que afrontar. También hay muchas dificultades dentro de la Iglesia, pero no debemos desanimarnos cuando vemos esos problemas porque, como decía san Josemaría, la Iglesia es fundamentalmente Jesucristo. Tenemos que rezar mucho por el Papa porque tiene un trabajo enorme, una gran responsabilidad, y cuenta mucho con la oración de todos".
Tras el encuentro con los jóvenes, el prelado fue recibido por el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de New York, en la residencia arzobispal. Charlaron durante una hora y, a continuación, visitaron juntos la catedral para rezar en la capilla del Santísimo Sacramento y en la Lady Chapel, dedicada a la Santísima Virgen.
Lunes 8 de julio
El lunes, el prelado del Opus Dei visitó el campus de Nueva York de la IESE Business School. Mons. Ocáriz es gran canciller de la Universidad de Navarra, de la que forma parte la IESE Business School. Esta ha sido su primera visita al campus, que abrió sus puertas en 2009. Le recibió el director en la sede de los Estados Unidos, Eric Weber. Tras pasar por el oratorio, pudo conocer las instalaciones y saludar a una representación de quienes allí trabajan, como los matrimonios Luis y Mariana o Nina y Gerard.
El prelado participó en un acto académico organizado por el Witherspoon Institute, un centro de investigación cuya finalidad es comprender mejor los fundamentos morales de las sociedades democráticas.
Entre los participantes estaban, Robert George, professor de Filosofía Política, R. R. Reno, editor de First Things, y April Readlinger, directora ejecutiva de CanaVox. Las palabras iniciales fueron de Russel J. Snell, director del Center on the University and Intellectual Life del Witherspoon Institute, quien habló sobre los cambios culturales que afrontan actualmente los jóvenes.
En esta línea, la intervención del prelado y el debate posterior se centró en la necesidad de comprender el amor, que a veces queda reducido a puro sentimentalismo. Mons. Ocáriz dijo que la libertad es comprendida completamente cuando surge del verdadero amor. El amor no es solamente sentimientos, sino que pasa por desear el bien del otro. Si amar es simplemente disfrutar usando a la otra persona, se convierte en una especie de egoísmo. Educar en la libertad, dijo, es muy importante para el crecimiento de la gente joven.
Domingo, 7 de julio
El prelado aterrizó en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a primera hora de la tarde.
Le recibieron, entre otros, el vicario del Opus Dei en Estados Unidos, monseñor Thomas G. Bohlin, y algunas familias. Patricia y Thomas White acudieron a saludarle con sus cinco niños. Los pequeños mostraron al prelado una pancarta que habían pintado junto con su madre en la que decían: “Padre, Welcome to the USA.”
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