LGR (nombre artístico) tiene 20 años y canta rap. Ha grabado tres maquetas musicales y acaba de publicar un videoclip que se llama Acoso Viral en el que describe la realidad de las agresiones en el ámbito escolar, así como el ciberacoso. Él mismo lo vivió en sus propias carnes desde 2º hasta 6º de Primaria. «El acoso se paró porque me fui del centro, no porque se tomaran medidas. De hecho, es probable que en ese colegio siga habiendo acoso», explica a Alfa y Omega.
Todo empezó porque ni le gustaba ni se le daba bien jugar al fútbol, y, por ello, le dieron de lado; le dejaban sin jugar, le pegaban, no le aceptaban en los grupos de trabajo… Los primeros años los vivió en silencio, aunque tras un campamento decidió contárselo a sus padres. Pero todo fue a peor; se había convertido en el chivato. Continuaron las palizas, que eran de tal magnitud que hacían que casi no se pudiera mover durante una semana entera. «El último año que pasé en el colegio tenía muchas ganas de suicidarme. Además, mis resultados académicos se vieron afectados y tuve que repetir, pero ya en otro colegio», añadió.
Con el cambio y la ayuda del rap –«gracias a la música pude salir adelante»–, LGR es otro. Ahora vive la realidad del acoso desde su compromiso para que no haya más víctimas. Con su música y con su tiempo en la asociación No al Acoso Escolar.
Fran Otero
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