martes, 2 de agosto de 2016

¡¡NOS VEMOS EN PANAMÁ!!

Obispado de Cádiz y Ceuta

Los días en las diócesis terminaron y nuestros jóvenes se despdían de Tarnow el 29 de julio con una Misa, presidida por D. Rafael Zornoza con todos los sacerdotes polacos y de nuestra diócesis. Las familias les acompañaron hasta la estación donde un tres les llevaría a Cracovia, un viaje al que se fueron sumando, parada tras parada, peregrinos de todas las nacionalidades: italianos, franceses, alemanes...
Acogida de la JMJ
En Cracovia, Mons. Zornoza se despidió para unirse al grupo de los obispos, mientras los jóvenes se dirigían a su alojamiento, muy cercano a la residencia del Papa. Después de la comida llegaba el primer momento con el Santo Padre: la ceremonia de acogida a los jóvenes en el parque Blonia de la capital polaca. Allí, Francisco afirmó que "Celebrar a Jesús, que está vivo en medio de nosotros. Y decir que está vivo es querer renovar nuestras ganas de seguirlo".  El Papa recordó también que "no hay nada más hermoso que contemplar las ganas, la entrega, la pasión y la energía con que muchos jóvenes viven la vida"y les animó a salir de la comodidad "Conociendo la pasión que ustedes le ponen a la misión, me animo a repetir: la misericordia siempre tiene rostro joven. Porque un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad". Asimismo les instó a "no jubilarse antes de tiempo" y a reconocer a "Jesucristo es quien sabe darle verdadera pasión a la vida, Jesucristo es quien nos mueve a no conformarnos con poco y nos lleva a dar lo mejor de nosotros mismos". Tras los testimonios de jóvenes de distintos países y la clausura de la acogida los jóvenes volvieron a su alojamiento para prepararse para los días centrales de la JMJ: el Via Crucis, la Vigilia y la Misa de Clausura de esta Jornada Mundial de la Juventud. 
Días centrales
A partir del día 30, nuestros peregrinos se unieron al plan oficial de la JMJ. Allí en Cracovia se unieron a la catequesis del Obispo de Paraguay en la Iglesia de Santa Bárbara. Tras las catequesis, celebraron la Santa Misa y partieron, ya por la tarde, al Parque Blonia para el Via Crucis con el Papa Francisco. Durante este ejercicio piadoso, el Papa destacó cómo "recorriendo la Via Crucis de Jesús, hemos descubierto de nuevo la importancia de configurarnos con él mediante las 14 obras de misericordia. Ellas nos ayudan a abrirnos a la misericordia de Dios, a pedir la gracia de comprender que sin la misericordia no se puede hacer nada".Francisco destacó que "Hoy la humanidad necesita hombres y mujeres, y en especial jóvenes como vosotros, que no quieran vivir sus vidas «a medias», jóvenes dispuestos a entregar sus vidas para servir generosamente a los hermanos más pobres y débiles, a semejanza de Cristo" y les lanzó una pregunta vital: "Queridos jóvenes, en aquel Viernes Santo muchos discípulos regresaron a sus casas tristes, otros prefirieron ir al campo para olvidar un poco la cruz. Me pregunto —pero contestad cada uno de vosotros en silencio, en vuestro corazón, en el propio corazón—: ¿Cómo deseáis regresar esta noche a vuestras casas, a vuestros alojamientos, a vuestras tiendas? ¿Cómo deseáis volver esta noche a encontraros con vosotros mismos? El mundo nos mira. Corresponde a cada uno de vosotros responder al desafío de esta pregunta".
Campus Misericordiae: Vigilia y Misa de Clausura
Con la llegada al Campus Misericordiae se abrían los momentos más esperados de toda Jornada Mundial de la Juventud: la vigilia y la Misa con el Papa Francisco. Los jóvenes de nuestra diócesis llegaron a la sede de la JMJ en torno a las 12 del mediodía. Allí se encontraron con todos los asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud. Peregrinos y policía 
La vigilia con el Papa tuvo varios momentos especialmente impactantes como la Adoración al Santísimo, con un silencio orante y sobrecogedor de los dos millones de jóvenes que no tuvieron reparos en arrodillarse en un suelo poco agradable durante bastante tiempo, o el testimonio de Rand, una joven siria, cuyas palabaras conmovieron profundamente al Papa "para nosotros, hoy y aquí, provenientes de distintas partes del mundo, el dolor, la guerra que viven muchos jóvenes, deja de ser anónima, para nosotros deja de ser una noticia de prensa, tiene nombre, tiene rostro, tiene historia, tiene cercanía". Los asistentes siguieron con atención las palabras del Papa que subrayó que "nosotros no queremos vencer el odio con más odio, vencer la violencia con más violencia, vencer el terror con más terror. Nosotros hoy estamos aquí porque el Señor nos ha convocado. Y nuestra respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia". Francisco empujó a los jóvenes, una vez más,  a no caer en la creencia de que la felicidad es la facilidad o la comodidad, que definió como una "parálisis peligrosa" y destacó que "la verdad es otra: queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a «vegetar», a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella." "Dios espera algo de ti. ¿Lo habéis entendido? Dios quiere algo de ti, Dios te espera a ti" concluía el Santo Padre.
Al día siguiente, el Papa Francisco presidió la Misa de Clausura acompañado por los dos millones de jóvenes de todas las nacionalidades. Los jóvenes de nuestra diócesis, tras pasar una noche llena de incomodidades pero inolvidable pudieron escuchar, de primera mano, las palabras que el Papa Francisco les dirigió en la homilía de la Misa. Francisco comenzó recordando que a la JMJ no se va a ver al Papa sino que "habéis venido a Cracovia para encontraros con Jesús" y se fjó en el Evangelio de ese día, que hablaba  del encuentro de Zaqueo con Jesús. Recordando las palabras del Evangelio el Papa afirmó: "Zaqueo no conseguía ver al Maestro, porque era bajo. También nosotros podemos hoy caer en el peligro de quedarnos lejos de Jesús porque no nos sentimos a la altura, porque tenemos una baja consideración de nosotros mismos. Esta es una gran tentación, que no sólo tiene que ver con la autoestima, sino que afecta también la fe". En este sentido, continuó el Santo Padre "no aceptarse, vivir descontentos y pensar en negativo significa no reconocer nuestra identidad más auténtica" la de que Dios nos ha amado y nos ha creado tal y como somos. El Papa se refirió al segundo obstáculo de Zaqueo, que definió como la "vergüenza paralizante". Una tentación que exige arriesgarse y actuar como el publicano que "Se arriesgó y actuó. Esto es también para nosotros el secreto de la alegría: no apagar la buena curiosidad, sino participar, porque la vida no hay que encerrarla en un cajón. Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple «mensajito». Queridos jóvenes, no os avergoncéis de llevarle todo, especialmente las debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión: Él sabrá sorprenderos con su perdón y su paz". Por último, destacó, el tercer obstáculo procede del "qué dirán", la crítica, la murmuración y las palabras de desánimo que otros dirigen a los que siguen a Cristo. Poniendo un símil informático el Papa señaló que "la Jornada Mundial de la Juventud, podríamos decir, comienza hoy y continúa mañana, en casa, porque es allí donde Jesús quiere encontrarnos a partir de ahora" (...) Él espera que, entre tantos contactos y chats de cada día, el primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración. Cuánto desea que su Palabra hable a cada una de tus jornadas, que su Evangelio sea tuyo, y se convierta en tu «navegador» en el camino de la vida."
Otro de los momentos más aplaudidos por los jóvenes fue el anuncio de la siguiente Jornada Mundial de la Juventud que será en Panamá en 2019. El rezo de Ángelus cerraba esta Jornada Mundial de la Juventud y los pererinos ponían rumbo a sus lugares de origen.

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