Es una de las "reglas de oro" del Curso Alpha para Matrimonios, un consejo frecuente en los Centros de Orientación Familiar y una experiencia que miles de parejas han comprobado, pero ahora lo confirma un estudio publicado en 2012 por la Universidad de Virginia (EEUU): los matrimonios que quedan para una cita solos, aunque sea una sola vez a la semana, ven reducido su riesgo de divorcio casi por la mitad.
Los datos se han recogido en Estados Unidos (1.600 parejas de 18 a 55 años, en 2010-2011, combinados con sondeos de 10.000 adultos, de 1987 a 1994), pero en la España de la crisis, el divorcio exprés y los horarios alocados puede perfectamente aplicarse la receta.
La pregunta del estudio era "¿cada cuanto pasa usted tiempo solo con su pareja, charlando o compartiendo una actividad?"
Las palabras clave son "solo con su pareja" (no valen las salidas con amigos, parientes ni los niños) y "compartiendo".
¿Salir y gastar o quedarse en casa?
El sociólogo W. Brad-Wilcox, co-autor del estudio, insiste en que no hace falta salir a cenas caras ni alquilar un viaje en globo... "Mientras estés tan concentrado en tu cónyuge como en tus niños, tu trabajo o tus jueguecitos del iPhone, ya vale. Se trata de que hablen cara a cara. Puede bastar con jugar a algo los dos solos después de acostar a los niños".
Pero en Estados Unidos, las compañías de descuentos para actividades como Groupon o LivingSocial responden que "es difícil animar a tu cónyuge a jugar al Monopoly contigo si está cansado del trabajo y ya acomodado en casa, se habrá quedado dormido".
Por eso, dicen, es mejor "salir", tener una cita con antelación... y ofrecen descuentos de hasta el 60% en cenas ¡o alquiler de viajes en globo! También apuntan que el estudio demuestra que las actividades originales y novedosas unen más a las parejas.
Más citas, menos divorcio
El estudio muestra que cuanto más tiempo "de calidad" se comparta, menos riesgo de divorcio hay. Los que tienen una cita semanal se divorcian al 15%... parece mucho, pero es que los que no se citan con esa regularidad lo hacen al 25%.
Puestos a analizar el "poder protector" de las citas con el cónyuge, los sociólogos encuentran lo siguiente:
1) Mejoran la comunicación
Al poder hablar sin la distracción de los niños y el trabajo, la cita les permite hablar de las cosas que les importan y motivan: sus sueños, aspiraciones, también temores... Si hablan de sueños, pueden compartirlos, buscar objetivos comunes. Si hablan de problemas, lo hacen de forma constructiva y tranquila, proactiva, que es mejor que reaccionar por instinto y con prisas rodeado de niños o agobios.
[Algunos manuales, como Alpha para Matrimonios, recomiendan que las citas sean agradables, y no se usen para hablar de problemas, pero en cualquier caso debe primar siempre la necesidad de compartir entre cónyuges].
Además, la comunicación estable permite descubrir que el cónyuge cambia, que ya no piensa o desea o teme como 10 o 20 años antes. Una mejor comunicación es clave del éxito matrimonial.
2) Disfrutar de la novedad
Las parejas con años de relación tienden a "acomodarse" y perder la emoción. Los estudios demuestran que hacer juntos cosas novedosas (desde montar a caballo a pasear por la montaña, bailar o ver puestas de sol) borra la rutina, y une a los cónyuges en un reto compartido, divertido y emocionante.
3) Mejora la relación romántica y sexual
Las citas añaden creatividad y emoción, y al permitir el diálogo, puede ayudar también en este campo, animar a probar cosas nuevas, nuevos ambientes, etc...Todo ello fortalece el matrimonio.
4) Mejora el compromiso
Si hay al menos un día comprometido para "nuestra cita semanal", queda claro que se marca una prioridad. Los abuelos que quedan cuidando a los niños, los amigos del trabajo que saben que el martes por la tarde "ellos quedan solos, no pueden venir a lo nuestro"... Todo refuerza la sensación de unidad y la importancia de trabajar por ella. Queda claro que para cada cónyuge, el otro es una prioridad.
5) Se aligera el estrés
Salir a divertirse en pareja, o meramente relajarse juntos, quita estrés, y eso es bueno para el matrimonio, siempre amenazado por enfermedades, problemas de dinero, broncas en el trabajo, etc... Permite ver al otro sin cargas de irritabilidad o cansancio o agobio, y eso ayuda a mantener el amor conyugal.
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