La hija de Isabel Peysler ha regresado un año más como devota y voluntaria al santuario francés
Tamara Falcó es una fiel devota de El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia. Hasta allí ha vuelto a peregrinar y también desde allí ha despedido su particular verano.
En el santuario, que con seis millones de visitantes al año se trata del segundo destino de peregrinación católica después de Roma, ha hecho amistad con el sacerdote y sus compañeros de parroquia.
La hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó suele viajar hasta allí como voluntaria y al servicio de los más necesitados, normalmente jóvenes enfermos que buscan esperanza. Ella, como otros tantos miles de voluntarios, hace todo tipo de actividades solidarias.
Tamara ha visitado prácticamente todos los santuarios más importantes del mundo. No tiene problemas en demostrar su amor a Dios ni en ayudar a quienes más lo necesitan en la Iglesia, comedores sociales u otros lugares destinados a ello.
La hija del marqués de Grinón volvió a la fe en el verano del 2012 y desde entonces se siente orgullosa de ello, y tal felicidad la comparte con sus 64 mil seguidores de Instagram, que ven con buenos ojos sus acciones.
ABC
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