LOS ÁNGELES, 28 Sep. 16 / 10:07 pm (ACI).- En una parroquia que ha atendido por décadas a refugiados, primero del genocidio armenio y luego del comunismo, el P. David Bedrossian es entrenador, traductor, profesor y sacerdote para los migrantes sirios que llegan a Los Ángeles, Estados Unidos.
Para la parroquia del P. Bedrossian, Nuestra Señora Reina de los Mártires Armenios, hay una necesidad especial y urgente: cómo conseguir los recursos para albergar al próximo refugiado que llegue.
El P. Bedrossian dejó Siria hace 17 años. Desde entonces, seis de sus familiares fueron asesinados y su parroquia fue saqueada por el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS).
En declaraciones a Angelus News, el sacerdote sirio señaló que “recuerdo nuestra iglesia. Ellos destruyeron todo”.
Los extremistas musulmanes “se deshicieron de las cruces, de los altares y la convirtieron en cuarteles de ISIS con oficinas”.
Los refugiados sirios, que llegan a Estados Unidos con poco dinero y sin saber otro idioma que árabe, llaman al sacerdote “abouna” (padre en árabe). “No tengo idea de cómo me encuentran”, dice el P. Bedrossian sobre los refugiados.
“Yo no los encuentro, la gente los envía a mí. Ellos se aparecen aquí buscando ayuda y yo los ayudo”, explica.
En los últimos 10 años, el porcentaje de cristianos en Siria se ha reducido del 10% a menos del 2%, debido a la violencia entre rebeldes y el gobierno y la persecución del Estado Islámico en la región.
Miles de cristianos fueron asesinados y sus aldeas fueron desaparecidas. Cientos de iglesias han sido destruidas en la zona.
El P. Bedrossian advierte que los cristianos “desapareceremos de Medio Oriente”.
“Antes de que la guerra éramos más de 1,3 millones. Ahora hay 200.000”.
“¿Creen que sobreviviremos ahí? Yo no creo”, señala.
Para el sacerdote sirio, quienes se mantienen callados en Occidente ayudan a ISIS.
“Todo el que se queda callado está matando cristianos. Nadie está levantando la voz”.
Los cinco principales obstáculos que afrontan los refugiados que llegan a Estados Unidos son el idioma, la documentación, el desempleo, la vivienda y el transporte, explica el sacerdote.
“¿Cómo se supone que conseguirán un trabajo cuando solo hablan árabe? No tienen documentos, no tienen número de seguridad social. ¿Van a pagar sus últimos centavos en un abogado para que los ayude con documentos que no entienden?”, cuestiona.
“Y sin asistencia social, cupones de alimentos, ¿cómo comerán? La gente viene aquí con suficiente (dinero) para sobrevivir por tres meses. Después de eso serán ‘sin techo’. ¿Qué quieren que hagan estas personas?”, lamenta.
El P. Bedrossian asegura que “si eliges ayudar a estas personas, ellos nunca dejarán de pagarte. Te darán todo lo que tienen”.
“Debemos hacer lo que podamos. Son las pequeñas cosas las que ayudarán mucho”, dice, al tiempo que asegura que “enseñas haciendo. Si trabajas, vendrán a ayudarte”.
Junto a los feligreses de su parroquia, el sacerdote sirio ha logrado dar asistencia legal a muchos migrantes, mientras que otros han “adoptado” financieramente a algunas familias o les dan clases de inglés.
También han implementado cestas, en las que se reciben donaciones para alimentar o pagar la renta de migrantes.
El P. Bedrossian asegura “lo que me levanta de la cama cada mañana es mi fe en Dios. Es lo que me mantiene vivo. Y aún si dejo de creer en Él, Él no dejará de creer en mí”.
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