ROMA, 01 Ago. 16 / 04:09 pm (ACI).- James Mawsdley, durante años un activista de derechos humanos, fue encarcelado en Birmania por defender a una minoría étnica. Sin embargo, en prisión tuvo el consuelo de Cristo y recientemente, a principios de julio, se ordenó sacerdote por la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro.
James Mawsdley, nacido en Lancashire (Reino Unido), fue liberado en el año 2000 después de pasar 415 días de confinamiento solitario en la cárcel Insein. Había sido sentenciado a 17 años por protestar contra la masacre desatada por el gobierno contra las minorías étnicas. Sin embargo, fue liberado luego de una fuerte campaña organizada por sufamilia.
El ahora P. Mawdsley –relató Catholic Herald– dijo que pasó un momento difícil mientras estuvo encarcelado; incluso estuvo a punto de sufrir una fractura en la nariz luego de una severa paliza que le dio uno de sus guardias. Además solo tenía permitido salir de su celda 20 minutos al día.
En declaraciones a Daily Telegraph en 2008, dijo que sobrevivió su encarcelamiento a través de su fe. “La mayor ayuda provino de Cristo. La crucifixión da sentido al sufrimiento. Jesús convirtió mi miseria en alegría, incluso en este infierno en la tierra, que es la prisión de Insein", afirmó. Al activista le fue permitido tener solo una Biblia y un misal.
Después de su liberación, Mawdsley escribió The Heart Must Break: The Fight for Democracy and Truth in Burma, sobre su experiencia en la cárcel, así como The Iron Road: A Stand for Truth and Democracy in Burma, sobre el clima político en este país.
Asimismo, James Mawdsley descubrió su vocación y pasó siete años en el Seminario Internacional de San Pedro en Wigratzbad, en Bavaria; y se ordenó sacerdote el pasado 2 de julio por la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro en la capilla de Mywiler.
Su primera Misa tuvo lugar a principios del mismo mes en Baviera y ha sido asignado como asistente al P. Armand de Malleray.
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