-“Yo me tomo una copita, y me vuelvo de la Feria...” - “Si quieres, te llevo en coche… si quieres, hasta la puerta, que yo conozco a los guardias… y yo sé que a mí me dejan…” -“Pero no me pidas más. No me pidas más… ¡Manuela! Que la Feria no es lo mío… Yo me vuelvo… y tú te quedas…Y Manuela, que conoce esta eterna cantinela que suena todos los años, al volver la primavera… …lo mira sin sofocarse, haciendo que no se entera, y le dice a Serafín… -“Vale.. vale… ¡Como quieras!
Así, que empieza el trajín conforme a los días de Feria, que si traje… que si flores… que si mantón... que si peina… Ese armonioso ritual, que es vestirse de flamenca, ritual lento y despacioso, propio de las cosas serias. Ella sabe que el reloj, cómplice de confidencias, de momento va tranquilo, y sin dar muchos problemas… …porque quedó con los suyos, entre tres, y tres y media, como siempre, en Las Angustias… ¡Qué pedazo de caseta!
-“¿Te queda mucho ´sentraña´? ¡Acaba ya la faena!” -“Ya termino, Serafín. ¡Que me falta la peineta..!” Y pronunciada esta frase, lapidaria en su sentencia, Manuela sale al salón… guapa… como una princesa, y se encuentra al buen señor, ‘engominao’... de chaqueta… clavelón en la solapa… y pañuelito de seda… -“¿Dónde vas tú, carnes mías? ¡Sultán de la quintaesencia! ¿Dónde vas tan arreglado Si a ti te sobra la Feria?” -“Te he dicho que una copita si me tomo… ¿ o no te enteras?” -“Y total… no voy a ir, con un chándal del Valencia…” -“¡Venga! ¡Vámonos, que es tarde! Tira´ pa´ alante morena. ¡Que a esta hora ya no aparco, ni en la Piscina Cubierta!”
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Al salir por el portal, nuestra feriante pareja, decidió marcharse andando, y no irse en coche a la Feria… …o seguir aquel consejo que en una rueda de prensa, recomendó hace unos días, nuestra señora Alcaldesa, de coger el autobús que hasta el Hontoria te acerca… …ese que te lleva gratis, siempre que no estén de huelga… Así lo hicieron. Y al poco, dos flamencas pintureras le daban a Serafín, en cuanto puso pie en tierra, un cartel en miniatura, y el pin de Cultura y Fiestas… …y a Manuela, un abanico, con una estampa torera. El escudo a la solapa. Abanico a la pechera… …y entrada triunfal del brazo, por el Paseo de Palmeras. ¡Qué colorido! ¡Qué estampa! ¡Qué de ambiente! ¡Qué presencia! ¡Qué Real más soberano! ¡Qué emporio de la belleza..! Y es que mira que es bonita, y es hermosa, y es coqueta… sobre todo al mediodía, nuestra incomparable Feria.
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Los amigos esperaban cruzando chistes y apuestas, apoyados en las botas del zaguán de la caseta… …ellos con una copita… …ellas con una cerveza. -“Lo veis, cómo sí venía!” Sonrisas, fue la respuesta, mientras Serafín dudaba, de aquel comité de espera… -“¡Qué guapa estás Manolita, con tu traje verde menta!” ¡Ay Serafín, si mataran, las miradas de Manuela..! Que tú no le has dicho guapa, ahora que caes en la cuenta… -“Quillo qué… ¿Cómo va todo?” -“¡Oye! ¿Cómo está la abuela?” -“¿Te enteraste lo de Pepe?” -“¿Echaste ayer la quiniela?” -“¿Te vas a apuntar al ‘padle’?” -“¿Qué opinas de la Porvera..?” Y es que no me negaréis, que en el Real de la Feria, lo mismo se habla de toros… …que del concejal de Cuenca.
De las Angustias se fueron, tras la copita primera, a buscar otros enclaves donde seguir con la fiesta. Y así fueron, al ´Tablao´ a ‘Los pollitos’, la ‘Yedra’, al ‘Patio’, los ‘Papanatas’, los ‘Cabales’… la ‘Clemencia’… …y así, charla que te charla, les dieron las siete y media, mientras Manuela pensaba: -“...y le sobraba la Feria..!”. -“¡No hemos ido al Alboroto!” Dijo un tal Juan Luis Peñuela. -“¡Es verdad. El alboroto!” Contestó Carmen Paulera, quien gustaba de bailar esas rumbitas flamencas, que el camarero ponía, entre arroz y calderetas. Total, que hacia allá marcharon, por seguir con la tarea. ¿Qué pasó en el Alboroto? ¿Cuál fue la nueva sorpresa? Pues que llegaron las niñas, con los novios, y las nueras… que pasaban por allí, porque venían de Ifeca.
-“Mira Papi. Este es Arturo. El que la madre es inglesa.” -“Hola. ¿Qué tal? ¿How you are..?” -“¿Yo? Bien, bien, bien… ¡Sin problemas!” ¡Qué metedura de pata! ¡Ay Serafín! Deja… deja… ¡Que aquí la inglesa es la madre..! ¡Que éste nació en Icovesa..!
-“Papá mira… te presento al Joaqui. ¡Es mi pareja!” -“¡Uy… qué piercing´ más bonito! ¡Uy… qué cosa más moderna! - No, si será buen chaval… Pero… que Alá nos proteja..!” Y en medio de todo esto, volvió del baño Manuela, y cuando vio a sus dos niñas, levantó la faldriquera, y sacó dos billetitos del fondo de su cartera… ¡Que al fin y al cabo las madres, siempre son de otra manera!
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-“¡Dame tu mano moreno! ¡Tienes cara de riquezas!” Dijo la voz blanquecina, de una gitana extremeña que a la caseta llegó… …buscándose unas monedas… -“¿Yo de riquezas, mi arma? ¡Si tengo tres hipotecas!” -“¡Anda guapo, un clavelito pa´ este pedazo de reina que Dios ta´ dao, y que conserves muchos años a tu vera..!”
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De repente, el alumbrado, borró todas las tormentas… Sin saber cómo ni cuando, la lunita y las estrellas, le habían dicho a don Lorenzo..: -“¡Adiós tito! ¡Hasta la vuelta..! Y entonces fue que alguien dijo con una voz muy molesta: -“¿Nos montamos en la noria? ¡Venga… y no seáis ‘caguetas’..! Y aquí tenéis al amigo en la noria, en la ruleta… en el látigo, en los coches, en el cohete, en la prensa… …y lo mejor de la noche: ¡Con una caña de pesca, cogiendo cinco patitos… por ganarse una muñeca..!
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“¡Yo ya me voy! ¡Me voy ya, que estoy harto de la Feria! -¡Hombre, un caldito con fondo con pan y con hierbabuena…!” Le dijeron dos amigos, ya con media ‘papa’ a cuestas… -“¡No te vayas, Serafín! ¡Que un caldito sí se tercia..!
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¿Adivináis que pasó como cierre a esta historieta? Pues que dos horas más tarde, haciendo cola en la puerta, están Manuela y su prima… …aguardando con paciencia a que aparezca algún taxi… …que los zapatos no dejan, ni estar más tiempo de pie… …ni andar a casa de vuelta. Y en éstas, que llega uno, de esos que siempre se acercan dando besos y más besos… da igual la hora que sea… …y le dice a nuestra amiga: -“¡Me alegro en verte, Manuela! ¿Y Serafín, qué… ¿Por casa… …descansando a pierna suelta..?” -“¿Por casa? ¿Por casa dices? ¿Por casa ese berenjena..?” -“Hace como diez minutos, con la Feria por montera… …lo he dejado en el Templete pidiendo media botella..! -“Yo le he dicho: ¡Que me voy..! Y le ha dicho a una morena que estaba tras de la barra sirviendo de camarera, que se tenía que ir… …y que le diera la cuenta...” …“pero si sobraba algo… que pusiera una bandeja con cazón, y calamares, y con chocos y croquetas.” -“Y allí se ha quedado el tío, con el ‘Luiti’, y con el ‘Breva’, sufriendo, porque tú sabes… que a él… ¡No le gusta la Feria..!
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Y así, señores, me marcho. Termino ya mi monserga, en el deseo que lo pasen todo lo mejor que puedan. ¡Amigos, que sean felices! ¡Yo brindo porque así sea! ¡Por la Feria del Caballo, de Jerez de la Frontera!
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