martes, 2 de febrero de 2016

EL AYUNTAMIENTO DE MADRID RETIRA UNA PLACA A OCHO MÁRTIRES, PROPIEDAD DE LA IGLESIA, "SIN AVISO NI AUTORIZACIÓN"







Sin aviso ni autorización previa, una furgoneta del Consistorio madrileño retiró del cementerio parroquial de Carabanchel, titularidad de la Iglesia, una placa en recuerdo a ocho mártires carmelitas asesinados por su fe en 1936. El Ayuntamiento afirma que la placa es de titularidad municipal, y el Arzobispado alerta de que es «una inadecuada aplicación de la Ley de Memoria Histórica»
«El viernes llegó una furgoneta con operarios del Ayuntamiento y sin avisar a nadie quitaron la placa de nuestro muro. Fue sin nuestro conocimiento y sin nuestro consentimiento». Así explica Alberto Jerónimo, párroco de San Sebastián Mártir, en el municipio madrileño de Carabanchel, cómo ocurrió la retirada ilegal de una placa conmemorativa a ocho carmelitas mártires de las tapias del cementerio parroquial.
Una retirada que el Ayuntamiento ha justificado por encontrarse dentro del plan de la Ley de Memoria Histórica, aprobado el pasado 22 de diciembre en el Pleno Municipal, aunque en ningún documento público figure referencia alguna a la placa de Carabanchel.
El cementerio de Carabanchel: una propiedad privada
Alberto Jerónimo reconstruye los hechos para Alfa y Omega: «El cementerio es una propiedad particular, pues es un cementerio parroquial titularidad del arzobispado, no uno municipal. La placa estaba situada en nuestra tapia, junto a una de las puertas de acceso, porque los ocho carmelitas fueron asesinados aquí por su fe en 1936. Ni a mí, que soy el párroco, ni a ningún trabajador del cementerio, se nos había comunicado nada. De hecho, cuando llegó la furgoneta del Ayuntamiento nadie avisó al personal del cementerio que estaban allí, ni a nadie de la parroquia. Sólo llegaron y la quitaron. Por casualidad, un obrero del cementerio lo vio y preguntó qué estaban haciendo, pero los operarios se limitaron a decir que estaban retirando la placa sin dar más explicaciones. El trabajador pensó que tenían permiso o que tal vez la llevaban a restaurar, porque nadie piensa que el Ayuntamiento va a llegar a una propiedad privada a llevarse algo sin permiso».
El párroco descubrió los hechos el sábado por la mañana, cuando se lo comunicaron los feligreses: «Fue la gente la que nos avisó de lo que había pasado. Esa placa ya la han atacado los vándalos más veces, con pintadas y golpes, pero llevársela es algo muy serio». Por una fatalidad, el mismo sábado Alberto Jerónimo tuvo un aparatoso accidente en la sacristía y no pudo comunicar el suceso al obispado hasta el lunes por la mañana, cuando los medios de comunicación ya se habían hecho eco de la retirada.
Sin publicidad del Ayuntamiento
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid han confirmado para Alfa y Omega que la retirada de la placa se incluye dentro del plan de Memoria Histórica aprobado por el Pleno Municipal el pasado 22 de diciembre, aunque «no se ha publicado, ni está disponible por ahora, la lista de monumentos que se van a retirar». Es decir, que nadie puede saber qué monumentos a los mártires pueden desaparecer en los próximos días de las calles de Madrid.
Además, en aquel Pleno el Consistorio aprobó que sólo a partir del segundo trimestre de 2016 se procedería a «la eliminación de vestigios franquistas» y al cambio de nombre de 30 calles, «cuyo listado sí se hizo público, aunque ahora hay técnicos revisándolo porque tal vez se cambie alguna de esas calles», matizan las mismas fuentes.
Reacción del Consistorio:«Es de titularidad municipal»
Tras el eco mediático, el Ayuntamiento encabezado por el grupo Ahora Madrid (Podemos y otras formaciones) no ha tardado en reaccionar. La Concejala de Cultura, Celia Mayer, ha justificado ante los medios esta retirada –junto con las de otros monumentos vinculados a los muertos del bando nacional durante la Guerra Civil– bajo el paraguas de la Ley de Memoria Histórica y ha asegurado que todos eran «de titularidad municipal». Mayer ha insistido en que la placa a los frailes carmelitas asesinados por odio a la fe en 1936, «es de titularidad municipal», aunque esté colocada en un recinto privado por ser titularidad de la Iglesia, y por tanto «no es necesaria ninguna autorización reglamentaria para proceder a su retirada». «Ninguno de los vestigios retirados son Bien de Interés Cultural, por lo que no tienen que pasar por la Comisión de Patrimonio ni por otros filtros administrativos», ha insistido.
Mártires carmelitas, «pacíficos testigos de la reconciliación»
Por su parte, el Arzobispado de Madrid ha emitido un breve comunicado en el que asegura que «nos sorprende y preocupa la retirada por parte del Ayuntamiento de Madrid de una placa en reconocimiento y homenaje a ocho beatos carmelitas asesinados en la Guerra Civil», aunque aclaran que «entendemos que se trata de una confusión, pues supondría una inadecuada aplicación de la Ley de Memoria Histórica, dada la exclusiva condición de víctimas de los carmelitas, pacíficos testigos de la reconciliación a la que todos debemos contribuir».
Aplicación indebida de la Ley de Memoria Histórica
Esa «inadecuada aplicación» de la Ley de Memoria Histórica a la que alude el Arzobispado de Madrid tiene su razón de ser en la letra de la propia ley, cuyo artículo primero explica que busca «reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa» durante la guerra civil, como sería el caso de los mártires carmelitas, pues no especifica que los represaliados por el Frente Popular estén exentos de la aplicación de la ley. Además, el artículo 15 señala que no se retirarán calles y monumentos «cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas». Puntos que también podrían amparar la permanencia de la placa de Carabanchel, pues su leyenda no hacía mención alguna de exaltación de los enfrentados.
José Antonio Méndez

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