En la vida se disfruta con la comunicación, con el encuentro, con el diálogo. El silencio debe formar parte de esta relación. Primero se habla, pero luego el silencio es primordial. Con respecto a Dios pasa lo mismo. Al principio se siente la necesidad de decir algo porque si no parece que no se reza. Pero luego..., hay que quedarse en silencio porque Dios tiene algo que decir.
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