Antes que nada diré que no voy a escribir en
esta particular tribuna llamada y conocida por todo el mundo como “desde
Villaluenga” hasta finales de la próxima semana pues no quiero cansar en
demasía a los leen cuanto escribo ya sean en nuestro bendito pueblo así como en
todos esos lugares donde se quiere y admira a Villaluenga del Rosario.
Os debo reconocer que disfruto mucho de esta
pasión y también vocación que es escribir y más si cabe cuando se trata de
poner en valor a personas que por su comportamiento ante la vida, su
capacidades, su valentía para enfrentarse a esos toros que tiene cada
particular día lo hacen con una sonrisa, con amabilidad, con rectos principios,
con generosidad, con silencio, con humildad, con amistad y verdadera
camaradería.
Sí, pienso que este don que Dios me ha dado
se hace más rotundo cuando escribo de buenas personas, jóvenes o mayores,
conocidos o desconocidos para el gran mundo, que con su testimonio en la vida
hacen grande la pequeñez.
Quiero adelantar antes que nada que este
artículo es en verdad un regalo en cual yo pongo el envoltorio que pueden
ofrecer las palabras aunque el contenido, inmenso, valioso y lleno de
significado lo ha puesto Ignacio Bonmati Bohórquez.
Recuerdo que hace unas semanas, un viernes
tarde estaban tomando una copa al calor de la charla y sobre todo la amistad
Ignacio y José María. Los saludé y fui correspondido con gran educación y
simpatía en lo que es la norma de actitud normal en ellos.
Me senté en una apartada mesa y mientras
tomaba mi ya tradicional copa de brandy escribía algunas impresiones que se me
venían a la mente pues es bien sabido que la eso que llaman “inspiración” viene
y va cuando menos se le puede esperar.
Se levantaron y entonces me dirigí a Ignacio
con esta frase: “Tengo que pedirte una cosa” a lo que me contestó sin saber
cual era mi intención: “Estoy a tu disposición”. Y ahí quedó la cosa.
Al poco tiempo me ponía en contacto con él
para hacerle partícipe de la idea de dedicar un artículo en SED VALIENTES a
José María Gutiérrez González y que quería que fuese él quien llevara el “hilo
conductor” de este regalo que solamente aspira a rendir un pequeño aunque
sincero homenaje a un joven ejemplar de nuestro bendito pueblo de Villaluenga
del Rosario.
Con la venia de mi querido y admirado Ignacio
Bonmati transcribo con total literalidad su contestación que me llegó a
emocionar pues traspasó los límites de la frialdad virtual con sus nobles
sentimientos hacia José María, su gran amigo y hermano.
“Perfecto
Jesus, me hace mucha ilusión ya que José María para mí es más que un amigo, es
mi hombre de confianza y mi hermano, el que siempre está ahí. Sí que se lo
merece. Es de las mejores personas que he conocido y lo admiro mucho”.
En un párrafo se condensa todo lo
que pueda desarrollar en este escrito pues así, tal y como lo cuenta Ignacio,
es José María Gutiérrez González.
Es José María un joven cien por
cien payoyo pues aunque haya podido vivir en otros sitios su corazón, su alma,
la tiene prendida esa “casita en medio
de la montaña” que es Villaluenga del Rosario.
Es un hombre de extraordinarios
valores que lo hacen ser buen hijo, buen nieto, buen sobrino, buen hermano,
buen amigo, buen hermano del alma porque es bueno y además se le nota.
Hombre de honor, de palabra justa
en el momento adecuado, hombre de grandes y respetuosos silencios pues sabe que
escuchando se aprende siempre. Hombre trabajador que mete el cuello donde haga
falta aunque tenga o no recompensa.
José María Gutiérrez es un hombre
joven que le apasiona todo lo que tenga que ver con la religiosidad popular.
Gran devoto de la Virgen del Rosario, Nuestra Madre y Patrona, así como de
Nuestro Padre Jesús y la Virgen de los Dolores así como San Roque o la
tradicional romería de la Divina Pastora.
José María es un apasionado del
mundo de la tauromaquia de ahí que siempre esté con su buen amigo Ignacio
Bonmati al que quiere, respeta y admira sentimientos estos que son, como habéis
podido observar, totalmente correspondidos.
Defensor del Toro Cuerda como
expresión de las tradiciones más puras de nuestro pueblo y de España como tal.
Se puede decir que la caza es otra
de sus pasiones que disfruta cuando se encuentra en esa soledad ante la
inmensidad de la naturaleza y donde solamente están ese venao y él.
También lo puedes ver participar de
las todas la fiestas, feria y festividades. No es raro verlo acompañar a la
Reina o Damas Villaluenga del Rosario el día de su proclamación que se encuadra
en el primer día de las Fiestas y Feria que a primero de septiembre se celebran
en nuestro bendito pueblo.
Y cómo buen joven también le gusta
estar con sus amigos, pasarlo bien, divertirse y siempre manteniendo ese
respeto, esa virtuosa educación, esa voluntad por agradar y ayudar a todos.
Sí, pienso que José María Gutiérrez
González es un hombre joven del que te puedes fiar porque siempre estará a tu
lado en los buenos y sobre todo en los malos momentos que es en definitiva
cuando la amistad, la verdadera que no admite subterfugios, se hace tangible.
De casta le viene al galgo cuando
sabemos que sus padres son Antonio Gutiérrez y Francisca, conocida por todos
por Paca, González que junto a su hermano Andrés conforman lo que es su
Familia.
Pero su Familia abarca más que sus
padres y hermano porque también lo son sus tíos paternos: Andrés, Mateo, José
María y María así como lo maternos: Mari, Paco, José María y Esteban.
No es raro el ver a José María
acompañar en incontables ocasiones a su tío materno José María en las labores
del campo y con el cual pasa mucho tiempo.
Sus abuelos maternos: José María y
Francisca, conocida por Paca, o paternos que son Andrés y Catalina.
¿Por qué he querido nombrarlos a
todos? Pues para dar constancia de que de tan buenas raíces ha salido un
frondoso árbol que es para muchos su cobijo.
Algunas veces, medio en serio medio
en broma, le decía que tenía que escribir de él a lo que me contestaba que ni
se me ocurriera y otras, creyendo que a lo mejor hablaba en broma, me espetaba:
“¡Lo estoy esperando!”.
Y este particular regalo se ha
hecho esperar porque tenía que llegar en el momento adecuado que no lo pone
nadie más que Dios que sabe jugar mejor que nadie con los “tiempos”.
Este artículo es cual es
simplemente un esbozo pues ni por asomo llega a constatar la grandeza personal
de José María Gutiérrez González ya que eso es simplemente imposible porque la
Bondad, el Respeto, el Honor, la Sencillez, la verdadera Amistad, la Entrega,
el Servir a todos, los Silencios..., no se pueden explicar con simples
palabras.
Lo único que sé a mis cuarenta y
seis años de vida que es muy difícil conseguir unanimidades y José María lo ha
conseguido pues no conozco a nadie que en ningún momento me haya puesto un
“pero” de él. Todos hablan bien, todos se emocionan cuando recuerdan todo lo
bueno que ha ido aportando a sus vidas sin pedir nunca nada a cambio.
¡Ese es José María Gutiérrez González!
El otro día me enviaba otro correo,
que es el heredero de la romántica vía epistolar, mi querido Ignacio Bonmati
Bohórquez el cual terminaba su mensaje con estas palabras que lo que hacen es
ratificar cuanto aquí se ha dicho, se ha expuesto tan torpemente por mi parte
porque me he visto superado de la grandeza personal y humana de José María.
“Quiero agradecerte esto Jesús
porque de verdad que para mí José María es una persona muy especial. Es mi
hermano, mi amigo y un tío muy grande. Gracias de corazón por qué se lo merece,
las cosas que he vivido y sigo viviendo con él son esas que te hacen ver las
cosas bonitas de la vida”.
Es un regalo de la Santísima Virgen
del Rosario el poder encontrar un amigo, un hermano, de estas características
porque siempre saben estar contigo y hacerte ver la cara amable de la propia
vida.
La fotografía que preside este
regalo hecho artículo me ha proporcionado Ignacio, como otras que ilustran el
mismo, y se ven a dos amigos detrás del burladero. Uno el torero, el maestro,
el que tiene que salir a la plaza para que jugándose la vida convierta ese
espacio de tiempo en puro arte. Junto a él su amigo y hombre de confianza con
una mirada que traspasa y que puedo llegar a asegurar que siente más tristeza y
más alegría que el propio torero pues el artista, el maestro de la tauromaquia
es su gran amigo, su hermano del alma Ignacio Bonmati.
Quiero expresamente regalar a José
María, su Familia, sus amigos y expresamente a Ignacio una de las “Fábulas
camperas” del padre Leonardo Castellani, que se llama “Amistad”. Pienso que
esta fábula del campo argentino describe de la mejor manera a este buen y
querido amigo.
“Un hombre tenía tres amigos.
Uno le regaló dinero. Era un buen
amigo.
El
otro, una vez le puso la mano sobre el hombro y le dijo:
- Si te matan, yo me haré matar por
ti.
- ¿Por mi o conmigo?, le dijo.
- Contigo. (Y no mentía).
El
tercer amigo cuando iba a verlo se ponía alegre. Él también se ponía alegre. Y estaban
alegres todo el tiempo. Este último era su mejor amigo."
Y
este es para Ignacio, para tantos y también para mí José María Gutiérrez
González al cual hoy he tenido el honor de participar en este especial que es,
no lo olvides nunca, tributo de los que te quieren, quieres y siempre estás a su
lado.
Mi
enhorabuena a sus padres Antonio y Paca, su hermano, tíos, abuelos y todos
cuantos le quieren porque no todos los días tenemos el privilegio de tener tan
cerca a un hombre, a un joven, con tantos valores y que en su día a día
contribuye para hacer grande la pequeñez.
Conociéndote,
querido José María, sé que estas palabras, que este regalo, te dejará un poco
fuera de lugar, lo sé porque reconozco que vives en la humildad, la sencillez
aunque ya era hora de que alguien pusiera por escrito los sentimientos de
tantos hacia ti. Disfruta de estos días de fiesta que se avecinan en nuestro
bendito pueblo de Villaluenga del Rosario y que sepas que te debo una copa
invitación que hago extensiva a mi querido y siempre admirado Ignacio Bonmati
Bohórquez al cual le agradezco todo y sobre todo enseñarme lo que es la
verdadera Amistad.
Con
un fraternal abrazo,
Jesús
Rodríguez Arias
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