lunes, 5 de febrero de 2024

* SILENCIO

 

Te invito a pasear por los senderos del silencio...

Jesús Rodríguez Arias


SILENCIO

Sinónimos o afines de silencio según la RAE: Mutismo, afasia, afonía, paz, sosiego, tranquilidad, calma, reposo, omisión, ocultación, secreto, misterio, reserva, disimulo, sigilo, prudencia, discreción, circunspección…

De la clase del silencio que hoy os quiero hablar no entra tanto dentro de la afasia o la afonía sino en los demás sinónimos antes descritos porque todos ellos es lo que provoca la voluntaria exposición al silencio.

Estamos en un mundo en la que la sociedad vive aseteada por tantos ruidos externos como internos. Tanta información como manejamos, la inmediatez en todo cuanto percibimos, las redes sociales que sirven para unir como desunir, los medios de comunicación que informan según la línea editorial que cada uno tenga, internet que bien usado es capaz de lo mejor pero si se utiliza para torcidos fines puede ser destructivo, el escuchar a todos sin los necesarios filtros hacen que tomes partida por causas que la mayoría de las veces ni nos van ni nos vienen y un largo etcétera donde cada cual podrá añadir lo que quiera.

De ese ruido ambiente es más fácil alejarse, aunque nos cueste Dios y ayuda conseguir abstraernos de las cosas del mundo, pero con tiempo y voluntad se consigue. Más complicado es alcanzar el silencio interior que es el que nos lleva a la paz, sosiego, tranquilidad, reposo, circunspección porque para llegar hasta este fin es necesario enfrentarte a todos nuestros miedos que nos acogotan y hacen huidizos de nuestro propio ser.

Ya hemos conseguido abstraernos de la mundanidad que nos aleja de todo pensamiento, meditación, espiritualidad. Ahora hace falta conseguir con la ayuda de Dios sentir y disfrutar del silencio interior. Esto no es moco de pavo, creo que se tiene que haber alcanzado un grado de madurez en la vida y en la Fe para intentar llegar a conseguirlo.

Es verte reflejado en un imaginario espejo en la desnudez más absoluta pues ante tus ojos se refleja toda tu vida, lo que hiciste y dejaste de hacer, las veces que has caído y las que te has logrado levantar, lo que sientes y en verdad anhelas, a quienes quieres y tu comportamiento con los mismos, cuando la brutalidad de la vida te destrozó y con los mimbres que disponías tuviste que salir hacia adelante.  No es tanto el equilibrar tu debe y haber en el pasado como en el presente sino asumir que en verdad eres es un hijo pródigo que necesita ir al encuentro del Padre.

Esto que he intentado detallar no es para nada fácil sino todo lo contrario. Se consigue con mucho dolor porque a todos nos cuesta admitir nuestra verdadera realidad. Antes de llegar a sentir y vivir en ese silencio interior y existencial tendremos que haber sufrido sentimientos de soledad, abandono, inmensa tristeza, desarraigo, alejamiento de todo y de todos. No es un camino de rosas que tenga tiempo definido para llegar a la meta porque todos somos diferentes y necesitamos nuestro espacio para conseguirlo.

Pero llega un día, cuando Dios lo quiere, que sientes que ese silencio interior impregna todo tu ser, se sientes feliz y en paz contigo mismo aun sabiendo que en el pasado no hayas hecho las cosas demasiado bien. Eres capaz de querer a los demás porque con este necesario y sufrido ejercicio de introspección personal has conseguido perdonarte y valorarte. No se puede dar a los otros lo que uno no tiene para consigo mismo.

Tengo que reconocer que los más de cuatro meses que hemos vivido en Loma Somera, pueblo de muy pocos vecinos en el Real Valle de Valderredible (Cantabria), me han servido no solo para alejarme de lo mundano sino también de poder realizar un necesario reseteo interior que me ha llevado a disfrutar ahora mismo de lo que es el silencio interior y aunque mis propios ruidos, entiéndase como la respiración, dar el paso, los continuos pensamientos, van conmigo no son dañinos pues forman parte de mi experiencia vital.

Ahora vivo en paz, en el deseado sosiego que me lleva gozar de la tranquilidad de conciencia y la reposada calma. Ahora tengo claro lo que quiero en la vida, ahora sé que todo está en manos de Dios.

Jesús Rodríguez Arias

 

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