Primera lectura
Lectura del Profeta Malaquías 4, 1-2a
Mirad que llega el día,
ardiente como un horno:
malvados y perversos serán la paja,
y los quemaré el día que ha de venir
–dice el Señor de las Huestes–,
y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre
los iluminará un sol de justicia
que lleva la salud en las alas.
Salmo
Sal 97, 5-6 7-8. 9 R. El Señor llega para regir la tierra con justicia.
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan,
aplaudan los ríos, aclamen los montes,
al Señor que llega para regir la tierra. R.
Regirá el orbe con justicia,
y los pueblos con rectitud. R.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12
Hermanos:
Ya sabéis cómo tenéis que imitar mi ejemplo:
No viví entre vosotros sin trabajar,
nadie me dio de balde el pan que comí,
sino que trabajé y me cansé día y noche,
a fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviera derecho para hacerlo,
pero quise daros un ejemplo que imitar.
Cuando viví con vosotros os lo dije:
el que no trabaja, que no coma.
Porque me he enterado de que algunos
viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada.
Pues a esos les digo y les recomiendo,
por el Señor Jesucristo,
que trabajen con tranquilidad
para ganarse el pan.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
–Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.
Ellos le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo va a ser éso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?
El contestó:
–Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre diciendo: «Yo soy» o bien «el momento está cerca»; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.
Luego les dijo:
–Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
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