lunes, 1 de julio de 2024

TELA MARINERA

 


 

El calor, el verano, hace que se escriba de forma más distendida...

Mi semanal tribuna de los lunes en San Fernando Información hoy va de muñecos de trapo, del comportamiento humano, lo que intentan por todos los medios hacernos ver como irrefutable verdad y después... ¡¡Qué sabe nadie!!

Con este artículo me despido hasta el lunes 22 de julio donde nos volveremos a reencontrar.

Un abrazo fuerte,

Jesús Rodríguez Arias


TELA MARINERA

Permitidme que comience julio, mes veraniego y vacacional, con un artículo que pretende por un lado nos relaje y también que nos haga pensar que tipo de sociedad, entre unos y otros, estamos creando.

El otro día leí, con bastante interés, la historia de una mujer brasileña, influencer por más señas, que en tiempo de confinamiento pandémico pide a su madre, que vivía en otra casa, le hiciera un muñeco de trapo para bailar con ella en los directos que hacía en redes sociales desde su hogar.

Lo que no se esperaba ella, ni nadie, es que se enamorara del mismo a primera vista y desde entonces comenzara una “relación” que ha terminado en boda, así como con descendencia ya que ha tenido retoños que también son muñecos, muy parecidos al “padre”. Esta peculiar pareja se “desposaron” en una fiesta que dieron en su lugar de residencia, con asistencia de todo el pueblo, cosa que no es de extrañar, en un evento con más de doscientos cincuenta invitados.

A pesar de que él es minusválido, le faltan los pies, ha salido muy promiscuo ya que ha sido pillado siendo infiel a su entregada esposa habiendo “constancia” de sus entradas y salidas de un motel, no está claro el género de con quienes engañó a su mujer pudiendo ser de trapo, espuma foam o quién sabe si también de carne y hueso.

Lo que sí es verdad es que la historia de esta, cuando menos, extraña “familia” tiene enganchados a muchos que siguen el día a día de unos personajes que bien podrían vivir en una colchonería.

El intento de secuestro del primer hijo de la pareja, con final feliz, o el nacimiento de dos muñequitas completan las andanzas una historia que tiene miles de seguidores, que algunos de ellos lo verán como normal y otros todo lo contrario.

Algunos han creído, con cierta lógica, que más que querer tener creciente fama como influencer pudiera derivarse a un caso de salud mental de la susodicha mientras esta cuenta aquí y allá que se enamoró hasta las trancas de un muñeco de trapo al que considera su marido, que le perdonó sus infidelidades, que hasta la fecha tiene tres muñequitos a los que quiere como hijos, que a pesar de no tener pies la acompaña a todos lados, y “que es mejor que un hombre de carne y hueso porque «acepta lo que yo digo”. Palabras textuales.

Cómo historia puede ser incluso simpática, aunque vamos a adentrarnos más en el fondo de la cuestión ya que los que quieren transformar todo intentan hacernos ver como algo normal lo que es de por sí extraño e irreal. Aquí no hablo de las enfermedades mentales que esta mujer pueda padecer sino de lo que se está mostrando al mundo y este lo está aceptando como si nada.

Esto como todo lo que está sucediendo en nuestra pútrida sociedad es a mi modo de pensar una profanación de lo que es la ley natural haciéndonos ver que lo grotesco sea considerado como normal y corriente cuando dista mucho de serlo.

Muchos dirán que, si esta chica es feliz con su muñeco de trapo pues muy bien, como aquellos que tienen como parejas a muñecos/as de silicona, quienes han entablado relación con una grúa de obras o quienes practican la sologamia que es casarse con uno mismo entre muchísimos casos más.

La felicidad tiene que madurar también en la cordura. No se puede ser feliz porque sí pues tiene que haber una o varias razones que la sustenten. Nos están creando un mundo donde lo de ser felices impere, donde lo malo, la enfermedad, la tristeza, la muerte, no existe. Un mundo sin Dios que parafraseando a Chesterton cuando dijo aquello de “quien no cree en Dios cree en cualquier cosa” y a la vista está.

No sé, ya que me coge mayor, que mundo le vamos a dejar a las futuras generaciones. Bueno, sí lo puedo llegar a imaginar: Un mundo “feliz”, absurdo y sin demasiadas aspiraciones.

Del 11 al 16 de julio La Isla estará de Feria. Disfrutadla. Nosotros nos reencontramos en esta tribuna el lunes 22 de julio.

Jesús Rodríguez Arias

No hay comentarios:

Publicar un comentario