lunes, 11 de septiembre de 2023

* PEDRO ARGUDO MIRO

 




Este lunes mi semanal tribuna tiene especial dedicatoria...

Jesús Rodríguez Arias








PEDRO ARGUDO MIRO



Mi tío Antonio Naranjo era un prestigioso médico estomatólogo militar que tenía consulta la calle isleña Colón, encima de la heladería “La Valenciana – Ibense”, que es donde vivía junto a mi tía y mis primos.

Metódico, perfeccionista, amante de la música clásica, imponía su liturgia a la hora de atender a los pacientes a los que llegaba a tranquilizar pues no conozco a nadie que no haya tenido miedo alguna vez a los dentistas.

Sirva este artículo también como homenaje a mi tío Antonio, que está ya gozando de la gloria, así como a todos los que ejercieron esta noble profesión en épocas pretéritas.

Reconozco haber tenido miedo y mucho a ir a la consulta de un dentista. No hay nada peor que un dolor de muelas. Cuanto te toca el nervio se convierte en una sensación de padecimiento agónico que nada lo llega a quitar del todo. La medicación puede adormecer, pero nos queda un resquemor constante que se extiende por todo el cuerpo y se encaja en la cabeza.

Pienso que, por eso mismo, por vernos tan indefensos por el molesto dolor de muelas hace que tengamos verdadero pánico a los profesionales sanitarios que se ocupan no solo de aliviar sino de curar y cuidar nuestra salud bucodental.

Reconozco que todos mis miedos terminaron cuando comencé a ser tratado por mi querido y admirado amigo el doctor Don Pedro Argudo Miro en cuya clínica dental sita en Jerez de la Frontera llegué hace algunos años sudando de puro pánico y ahora cuando voy a verlo entro como si lo hiciera en una extensión de mi propia casa.

Y es que, por su forma de ser, su extrema educación, jovialidad, el trato cercano, cariñoso, humano, por intentar por todos los medios materiales y humanos el poder curar y sanar nuestras, en muchas ocasiones, descuidadas bocas, te hace sentir bien.

Auxilian en su labor al doctor Pedro Argudo dos profesionales como la copa de un pino como son Mercedes y Zaida.

Desde la estética de la propia clínica, la amabilidad y las sonrisas con las que te reciben, desde la cercanía, hace que la espera previa sea liviana. Entrar en la temida sala donde se encuentra la unidad dental impone, aunque con el equipo que coordina y dirige el doctor Argudo Miro todo es mucho más fácil.

A mí me han practicado desde una limpieza, algún que otro empaste, hasta sacar piezas e incluso la cirugía que conlleva los implantes. He tenido la suerte de que hace tres años me impusieran siete y este pasado verano cuatro. Sé lo que son horas recostado en el tan temido sillón dental con la boca abierta, mientras el doctor Pedro Argudo practica escrupulosamente una cuidada y minuciosa cirugía auxiliado por Mercedes o Zaida en su defecto.

El miedo que antaño tenía ahora no lo siento y eso es porque la persona encargada de cuidar mi salud bucal es un gran médico, un extraordinario profesional que se acompaña de las mejores, una persona que se preocupa antes, durante y después, que te llama, que se interesa, que no le importa nada con tal de ver que vas a sanar.

Personalmente lo recomiendo al cien por cien por todo cuanto antes he expuesto. Con estas palabras que le he querido dedicar desde esa clase de lejanía que ofrece la sabia objetividad, lejanía física que no de sentimientos en cuanto a la buena amistad que nos une.

No todas las personas que te cuidan y curan, en cualquier ámbito de la vida, llegan a ser amigos. La verdadera gracia de Dios es cuando te pones en mano de un gran profesional y con el paso del tiempo se convierte en buen amigo y eso es lo que tengo el privilegio de compartir con Pedro Argudo Miro, una buena amistad. Llegué a él gracias a Hetepheres pues era desde hacía tiempo el profesional encargado por velar por la buena salud bucodental de la familia.

Pedro Argudo guarda celosamente su intimidad, su familia, e incluso sus amigos y eso le hace ser más grande porque sabe cuidar a los suyos a la vez que lo hace con la salud de los demás.

Jesús Rodríguez Arias

No hay comentarios:

Publicar un comentario