lunes, 22 de enero de 2024

NAZARENO

 

Recuerdo que ya la negrura de la noche se había hecho presente en Loma Somera, el pequeño y querido pueblo del Real Valle de Valderredible en Cantabria en el que estábamos pasando temporada, cuando vi en mi móvil anunciar una noticia en la que aparecía la preciosa cara del Nazareno...

Os lo cuento en mi semanal tribuna de todos los lunes en San Fernando Información.

Mi felicitación a la nueva Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús Nazareno de San Fernando que ha tomado posesión en días pasados.

Jesús Rodríguez Arias





NAZARENO


Serían las nueve de la noche del pasado martes 2 de enero, día en el que tradicionalmente se celebraba la festividad del Dulce Nombre de Jesús, actualmente se hace el 3, cuando vi una fotografía de mi admirada amiga Aurora Marín en la que aparecía la imagen de Jesús Nazareno, el Viejo de La Isla, que volvía a exponerse al culto en su Iglesia de San Pedro y San Pablo de San Fernando tras los meses que ha permanecido en el taller del Pedro Manzano para someterse a una necesaria restauración.

Según informó Aurora Marín en la noticia publicada en la edición digital de San Fernando Información el templo estaba abarrotado, todos querían acompañar a Jesús, el Nazareno de La Isla, en el rito de reposición al culto. Me quedo con las caras y miradas emocionadas de los feligreses, de los devotos, que son legión en San Fernando, al ver con sus propios ojos que el Amor de sus amores volvía a estar en la Iglesia Mayor.

Tanto el Hermano Mayor y junta de gobierno, tanto el propio restaurador Pedro Manzano, tanto Paco Ruiz Brenes junta su esposa Lola, así como al prestigioso bordador isleño José Muñoz Moreno se les veía exultantes de alegría y honda emoción por el final de un trabajo tan bien hecho y que tanto ha gustado a todos.

El restaurar una imagen siempre cuesta ya que además de toda la burocracia que esto supone se tiene que contar con los sentimientos de tantas personas que han depositado su Fe en la misma y por otro el que lo presupuestado salga adelante gracias a que hay personas que donan parte de sus ahorros sin pedir nada a cambio. Me quito el sombrero con los que ofrecen lo que tienen para que una imagen que congrega tanta devoción sea primorosamente restaurada. Mi admiración para todos aquellos que han colaborado para Jesús Nazareno luzca como en la actualidad.

Cuando vi su cara se me quedó grabada en la memoria y la identifico, de forma personal, con la que será la imagen a la que ofrezca mis oraciones y penitencias en la próxima Cuaresma que comenzará el 14 de febrero y también de la Semana Santa de este año 2024. Nazareno de La Isla que es la devoción de mis mayores, de mi familia, y de un lugar tan único y extraordinario como lo es esta bicentenaria ciudad de San Fernando.

En la bella faz de Jesús pierdo la mirada y recuerdo a todos aquellos hermanos que ya están con Él en la celestial y nazarena Casa de Hermandad. Solamente citaré a cuatro de ellos con vuestro permiso: A mi abuelo Antonio Rodríguez González, que fue hermano mayor de 1938 a 1940, a mi padre y a mí hermano Juan José, los dos tenían el mismo nombre, y por supuesto a mi querido hermano en la eternidad José Valentín Moreno Fraile cuya hermandad del Nazareno no lo olvida.

Ya está Jesús junto a su Madre Lola y con todos sus devotos.

Cuando se publique este artículo La Isla tendrá cartel oficial de la Semana Santa para este año obra de Don David Pardal Lorite que habrá sido presentado por Don Emilio M. Prieto Maehokama, hijo de mi querido y añorado Emilio Prieto Pagnas con el me unía verdadera amistad al cual tengo muy presente a diario en pensamiento y oraciones.

Seguro que tanto el cartel oficial como todos los que se editen con posterioridad serán dignos voceros de una Semana Santa tan única como la nuestra aunque me vais a permitir que mi personal imagen de la presente Cuaresma y Semana Santa sea la de Jesús Nazareno, esa que fotografió Aurora Marín y que  caló en lo más hondo del alma cuando la contemplé en Loma Somera (Cantabria) donde me encontraba viviendo en la paz más absoluta, escuchando el cercano Arroyuco mientras los cencerros de los hispanos bretones rompían el silencio y mi buen amigo Zoquete ladraba en la lejanía.

Mi enhorabuena a mi querida Hermandad de Jesús Nazareno, a todos los hermanos, a los mecenas, por sus donaciones, que han permitido una extraordinaria restauración de tan devocional imagen por parte de Don Pedro Manzano.

Jesús Rodríguez Arias

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