lunes, 12 de junio de 2023

* LA VIDA SIGUE IGUAL

 

Porque al final, cuando amanece y abres la ventana compruebas que la vida sigue igual...

Jesús Rodríguez Arias


LA VIDA SIGUE IGUAL



“Unos que nacen otros morirán/ Unos que ríen otros llorarán/ Aguas sin cauce ríos sin mar/Penas y glorias guerras y paz”.

“Pocos amigos que son de verdad/ Cuanto te halagan si triunfando estás/ Y si fracasas bien comprenderás/ Los buenos quedan los demás se van”.

Esta mítica canción de Julio Iglesias que fue el primer sencillo del mítico cantante en el año 1969 expone de manera fácil y rotunda la realidad de la vida porque si nos ponemos a pensar pase lo que pase, con más o menos cambios, la vida sigue igual.

En diciembre del año en el que se estrenó esta canción fue cuando nací por lo cual puedo decir que la misma me ha acompañado toda la vida. He conocido, aunque no tenga ningún recuerdo el final del franquismo, he vivido, de eso tengo escenas grabadas, la modélica Transición Española, y los primeros años de la ilusionante democracia donde todos los partidos, con sus ideas, iban de la mano para conseguir que la normalidad volviera a España. He conocido a todos los presidentes que han gobernado España desde entonces: Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

He presenciado como España ha ido cambiando durante estas décadas y no a mejor. La globalización ha hecho mella en nuestra nación haciendo que se esté cuestionando e incluso perdiendo nuestra natural idiosincrasia. Nuestras tradiciones, nuestras creencias, nuestra inmensa gastronomía, nuestra cultura e incluso nuestra historia, intentan revisarlas, eliminando aquellas partes que no gustan según el interés de cada cual. En las grandes ciudades se puede pensar que es más fácil esta manipulación, aunque la piedra de toque de los que apuestan por la globalidad con todas sus consecuencias está en los pueblos.

En los pueblos esta opción es más complicada pues los lugareños defienden a capa y espada sus tradiciones, devociones, cultura, raíces e historia, pasando la misma de padre a hijos, de generación en generación. No olvidemos que la riqueza de nuestra nación en todos los ámbitos que antes he descrito se encuentra depositada en nuestros pueblos. Ellos, como en Fuenteovejuna, extraordinaria obra teatral de Lope de Vega, se erigen en defensores de lo que es España ante la globalización y la mundanidad a las que nos quieren someter desde hace ya mucho tiempo.

Los países cambian, la gente también, pero lo que es la vida, nuestro particular día a día en verdad sigue igual. Hemos superado una pandemia como fue la del Coronavirus, hemos estado encerrado en casa durante tres meses, hemos tenido miedo a la enfermedad y la muerte, hemos sido víctimas de los estertores de un virus maligno ya que millones lo han padecido sufriendo sus secuelas, decenas de miles han muerto, muchos de ellos familiares y amigos nuestros. Creíamos que habíamos cambiado, pensábamos que habíamos ganado en valores, que nos habíamos humanizado un poco más. El tiempo ha demostrado que no es así, que pocos son los que piensan en los demás, que casi todos seguimos pensando en nosotros mismos. Ya casi nadie se acuerda del COVID, solamente lo hacen quienes lo han padecido.

Personalmente he de reconocer que el transitar de la vida me ha ido cambiando y ahora soy feliz dedicándome a escribir y  pensar, cosa que se ha convertido en un ejercicio de riesgo, y como decía anoche Hetepheres me he convertido en un anacoreta que vive en su mundo, que tiene los amigos que tiene, verdaderos hermanos del alma, muchos conocidos, que me sostengo en los pilares de la Fe, en el Honor, en la Esperanza y la Caridad, en intentar se mejor persona cada día aunque muchas veces no lo consiga, en ser fiel a Dios y a Hetepheres por encima de todo mientras lo demás se lo dejo a los demás. La vida en sí es mucho más sencilla de lo que nosotros creemos o pensamos.

Porque al final, cuando amanece y abres la ventana compruebas lo siguiente:

“Siempre hay por quién vivir por quién amar/ Siempre hay por qué vivir porqué luchar/ Al final las obras quedan las gentes se van/otras que vienen las continuarán/ La vida sigue igual”.

Jesús Rodríguez Arias

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