martes, 23 de mayo de 2023

* EL SEÑOR CAYO

Andan los tiempos más revueltos si eso es posible gracias a las próximas elecciones municipales y en gran número de las autonomías. Continuos son los dimes y diretes entre todos. Todo el mundo opina, que está muy bien, pero eso hace que sean más los que le contesten, algunos muy groseramente, porque intentan imponer sus ideas y planteamientos.

Me niego a entrar en ese juego y aunque opine desde mi libertad de expresión cada día observo el devenir de la vida alejado del foco del ruido. 

Cada día siento que me parezco más al Señor Cayo...

Nos volvemos a reencontrar el lunes cinco de junio después de las elecciones municipales. Gracias por vuestro interés siempre.

Jesús Rodríguez Arias


EL SEÑOR CAYO

A una semana vista de un nuevo cónclave electoral me viene a la mente la trama del libro “El disputado voto del Señor Cayo” cuyo autor fue Miguel Delibes y publicado en 1978. A un pueblo llegan jóvenes haciendo campaña para sus respectivos partidos e intentar convencer con sus ideas al Sr. Cayo, que es la típica persona educada en valores, lleno de una ancestral sabiduría que infunde un hondo sentido de humanismo a su persona.

Jóvenes que con sus planteamientos provisionales y oportunistas son un choque ante una vida donde la palabra tiene el valor de contrato firmado frente a otra donde sobran mensajes y faltan compromisos.

De los dos grupos de jóvenes con tendencias políticas distintas se puede observar cómo quieren imponer sus planteamientos a este noble señor que habita en su particular mundo, en su perdido pueblo. Mientras unos lo intentan conseguir por medio de la fuerza los otros lo desprecian porque desconocen su realidad. El disputado voto del Sr. Cayo fue llevada al cine de la mano del director burgalés Antonio Giménez Rico con notable éxito.

He leído, en varias ocasiones, y visionado también la película que reconozco que aportó en mí hace años unos conocimientos y una forma de contemplar la propia existencia como también la política que hoy en día parece envolverlo todo. El Señor Cayo no se creía las soflamas de unos y otros que querían hacerle entender que toda su vida estaba equivocada, que lo que valía sin lugar a la duda eran las promesas aun siendo muchas de ellas imposibles de realizar.

Os confieso que cada año que pasa me voy convirtiendo en un verdadero agnóstico de cuanto rodea a la política y el hecho de analizarla de dentro para fuera, pues somos viejos conocidos, me hace redundar mucho más en la no creencia que pervive en mí.

En unas elecciones como las municipales todo adquiere un sentido distinto pues son más cercana y por tanto personal. Existen muchas diferencias entre los pueblos y las ciudades en este ámbito. En la ciudad el político es un gestor, un ejecutivo, que no tiene por qué estar las veinticuatro horas que tiene el día pisando la calle. En cambio, en los pueblos todo es completamente distinto ya que son gestores más cercanos pues ejercen sus responsabilidades en distancias mucho más cortas.

Es necesario observar la vida desde la necesaria lejanía que hace veas todo un poco más claro. Me gusta sentarme a contemplar las diferencias palpables que existen entre una campaña con pegadas de carteles incluidas en pueblos y ciudades. En las últimas existen equipos perfectamente organizados que van empapelando los lugares asignados, entregando propaganda, acompañando a los candidatos, o realizando el siempre tedioso trabajo de campo en las respectivas sedes. En los pueblos lo de la campaña se toma de otra manera y si estos son pequeños en vecindad es muy característico que en el partido gobernante casi todos sus miembros sean de la propia localidad mientras los que están en la oposición, que suelen ser personas de fuera más o menos conocidas, el candidato o candidata suele traerse literalmente bajo el brazo la cartelería y demás “merchandising” para repartirlo ellos mismos por las calles. Esto que en sí es muy auténtico también me traslada a la célebre obra literaria del insigne escritor vallisoletano Miguel Delibes.

La vida es demasiado corta e intensa para permitirnos el perder tiempo y amigos por temas como la política porque como en el fútbol nadie está dispuesto a dar su brazo a torcer. Necesitamos alejarnos de tanta polémica, dimes y diretes, de estar siempre con el corazón encogido ante tantas malas noticias. Estamos en una sociedad que sufre un exceso de información donde todo puede no ser cierto.

Este domingo que cada cual vote según su conciencia a quién crea oportuno. Yo ya lo he hecho por correos y así me dedico a la presentación de Corazón Verde el sábado 27 de mayo en Chipiona organizado por el Nuevo Ateneo de esta localidad y que estará a cargo del ilustre periodista de Publicaciones del Sur y buen hermano Ángel Revaliente Domínguez.

Ánimo a los que tengáis que trabajar este domingo.

Jesús Rodríguez Arias


 


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