Tres hermanos de Medinaceli, tres hermanos de honor de una gran Hermandad y Archicofradía que cada Lunes Santo envuelve a La Isla de Piedad y Fe.
Y Pepe Coto, Antonio Garnarez y Juan Guerrero son tres hermanos de honor por méritos propios.
Mi tribuna del Lunes Santo a ellos va dedicada.
Jesús Rodríguez Arias
TRES HERMANOS
Que merecen el título de Honor y cuyo nombramiento fue aprobado por aclamación del Cabildo Extraordinario que la Real, Venerable Seráfica y Trinitaria Esclavitud y Antigua Archicofradía del Santísimo Sacramento, de la Inmaculada Concepción y Ánimas Benditas y Fervorosa Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima de la Trinidad (Medinaceli) celebró el mes de febrero.
Tres hermanos que son al cien por cien de Medinaceli como José Coto Rodríguez, Antonio Francisco Garnarez Acosta y Juan I. Guerrero Pérez. Este acuerdo ha sido trasladado al órgano competente del obispado de la diócesis de Cádiz y Ceuta con el fin de que emita el visto bueno oficial.
Y es que no podía ser de otra manera ya que Pepe Coto, Antonio Garnarez y Juan Guerrero son santo y seña de Medinaceli más allá de los límites geográficos de La Isla de León. Hombres entregados a un carisma único, consecuentes y coherente con la Fe que nos une, hermanos de gran categoría que lo único que han hecho durante sus vidas es servir a su Hermandad y con esta a la Santa Madre Iglesia. Hermanos que viven la misión que tienen encomendada desde el altruismo y un espíritu de sacrificio encomiable y sumamente difícil de igualar en los tiempos que corren. Hermanos que saben lo que es la otra cara de la sociedad pues viven de cerca la desnudez de lo que es en verdad la caridad cristiana gracias a la Fundación ProLibertas. Hermanos que lo mismo lo ves con pliegos de décimos y talonarios de Lotería de Navidad y del Niño, vendiéndoselos a ingente cantidad de amigos y conocidos, recogiendo donativos, repartiendo huchas, trabajando donde haga falta para sacar los cuartos tan necesarios para el día a día de una cofradía de la categoría de Medinaceli. Hermanos que este Lunes Santo su mayor honor será acompañar a Jesús Cautivo y Rescatado, así como a la Madre de la Trinidad.
Con los tres me une una luenga amistad de muchos años amén de ser hermanos en la misma cofradía. A los tres los considero parte indispensable de mi vida y aunque ya no nos veamos con la asiduidad de antes, no hablemos periódicamente, ellos saben que me tienen siempre al igual que yo a ellos. Eso significa ser amigos, ser hermanos.
El tiempo pasa, la vida transcurre y la sociedad cambia por momentos. La pandemia además de muchas bajas también se ha llevado por delante lo que pensábamos era intocable. Ahora se teme todo un poco más, se intenta no quedar demasiado, vivir, como en la clausura, de puertas para adentro, de interrelacionarnos en vez de comunicarnos de forma personal. El Covid-19 aparte de un mundo temeroso y enfermizo nos ha hecho ser más individualistas, más alejados de todo y de todos. Eso hace más complicado que muchos vivan la Hermandad como debe ser vivida: Desde la entrega más absoluta, desde la fidelidad que se tiene con Dios y la Madre Iglesia.
Por eso es inmensamente necesario este nombramiento de Hermanos de Honor a estos buenos y queridos hermanos, porque ellos son ejemplo de vivir para y por la Hermandad. Cofrades de esta categoría ya van quedando pocos y no solo en San Fernando, cofrades entregados sin importar quién esté dirigiendo en ese momento su querida cofradía.
Sí, pienso que tanto Pepe Coto, Antonio Garnarez y Juan Guerrero son hermanos que sirviendo sin límite de tiempo y edad a la Hermandad también lo hacen con cada uno de los que la componemos y eso siempre es de agradecer.
Vosotros sabéis, por razones lógicas, lo importante que es para mí el artículo que escribo cada Lunes Santo y esta vez he querido dedicarlo a tres queridos cofrades con los que coincido en tan señero día, tres buenas personas, tres ejemplos a seguir, no solo en este particular apostolado. Tres Hermanos que gracias a su constante entrega también lo son de Honor.
Os deseo una santa semana vivida desde la profundidad espiritual que nos otorga la Fe. Vamos a vivir unos días únicos y muy especiales, vamos a dejarnos emocionar con los sentimientos a flor de piel. Vamos a vivirla como si fuera la última, vamos a gozarla y disfrutarla como lo que es: Nuestra Semana Santa.
Jesús Rodríguez Arias
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