Con la que está cayendo la gente parece estar aburría...
Dimes y diretes, crípticos mensajes con intención de joder, perdón, molestar al personal...
Enciendes la tele, la radio o abres algún periódico y te encuentras a la mansalva de políticos haciendo sus componendas para seguir en el "candelabro"..
Y mientras las redes sociales arden porque ya hace tiempo perdieron el norte y en vez de un lugar de encuentro y comunicación es un espacio de desencuentro...
Ante esto lo tengo fácil. Apago el móvil y el ordenador mientras enciendo la televisión para ver una cándida película de Navidad que haga, aunque sea de forma irreal, creer en el género humano tan alejado de los valores, de la bonhomía, de la bondad...
De eso escribo en mi semanal tribuna en Andalucía Información.
Jesús Rodríguez Arias
PELÍCULAS DE NAVIDAD
Me he levantado canturreando el villancico “blanca Navidad” y no es porque estemos a semanas de revivir de nuevo el Nacimiento del Niño Dios sino que antes de acostarme una idea revoloteaba en mi cabeza en forma de tímida inspiración.
Os confesaré que aun estando informado de cuanto pasa en España y en el mundo intento alejarme de esa vorágine, de esa guerra sin cuartel, que se ha convertido la política donde los actores principales representan sus papeles con total “credibilidad” y los espectadores, es decir nosotros, nos enfrascamos en batallas cainitas que ponen fin, en el peor de los casos, a amistades de años así como enrarece la relación con nuestros semejantes que era ciertamente buena hasta que nos entregamos a participar en el gran circo que se muestra tras las pantallas, en las hojas de los periódicos ya sean en papel o virtual o por las redes sociales.
Pienso que los españoles de a pie, que somos tú, yo y el resto, estamos hartos de tanta intoxicación, de tanta manipulación, de tantas malas noticias, de estar enfadados con nosotros mismos y también con el resto. La vida es mucho más sencilla, más amable, más normal y corriente que como nos las quieren pintar. Por eso cuando estoy sobrecargado busco relajarme con una imagen de la vida, también del mundo, que aun siendo un poco exagerada existe de verdad. Por eso de un tiempo para acá aparte de leer, escuchar música, pasear, conversar, rezar, escribir, lo que hago es visualizar cómodamente películas de Navidad.
En las películas de Navidad, las americanas, siempre hay una trama amable que te indica que durante estas fechas todo te puede ocurrir, los sueños se pueden cumplir, familias a lo mejor algo alejadas por mil problemas ponen de su parte para encontrarse, el amor nunca encontrado, perdido o destrozado se hace visible y se puede llegar a reconstruir, las personas, los vecinos, dejan apartadas su diferencias y todas luchan por su pueblo o por el lugar donde estén para que la Navidad sea Navidad. Son películas que sabes que van a acabar bien, que no tienen cabida dramas incorregibles, que la bondad natural del ser humano existe, donde todos están unidos en hacer el bien.
Sí, son las películas de Navidad un estudio sociológico que deberíamos prestar más atención ya que estas nos muestran unos valores que existen en nuestras vidas pero nosotros por nuestras prisas e intereses los hemos ido aparcando y así nos va. ¿Ya quién tiene tiempo para escuchar a su semejante sin prisas ni mirar reloj? ¿Quién tiene tiempo para ofrecer a su prójimo una palabra de auxilio, apoyo o consejo? ¿Quién es el que sirve a la comunidad desde la generosidad y el altruismo para engrandecer su pueblo o ciudad? ¿Quién pone sus dones para que nuestras tradiciones y devociones no se pierdan según pasan los años?
Mucho criticamos a los anglosajones su forma de vivir la Navidad pero nos hemos preguntado: ¿Cómo vivimos la nuestra? ¿Nos preparamos? ¿Está nuestro corazón acondicionado para ser portal del Niño? ¿Somos capaces de hacer el Bien sin mirar a quién?
Ahora todos estamos indignados porque no vamos a poder celebrar la Navidad como toda la vida aunque sepamos que este virus está destrozando todo. Sé que es difícil no cenar o almorzar con toda la familia, sé es difícil no nos podamos ver, sentir, tocar, llorar o reír porque tenemos que guardar las normas y lo más es hablarnos vía telemática. Muchos dicen que este año no hay Navidad, algunos incluso desearían que esto fuera cierto, pero siento llevaros la contraria porque va a celebrarse como todos los años, con condiciones distintas, Ya que Jesús Niño nos volverá a nacer en la madrugada del 25 de diciembre para traernos a este mundo, que ni siquiera quiere luces que iluminen y alegren nuestros días, Amor, Paz, Fe y Esperanza, de las que estamos tan escasitos.
Por eso intento envolver mi día a día con los buenos sentimientos que marcan las películas de Navidad mientras el mundo se emputece cada día más viciado de tan malas noticias que nos llenan de resentimiento.
“Oh, blanca Navidad, sueños/ que todo es blanco alrededor/ blanca Noche Buena/ mi mensajera/ de Paz y de buen Amor.”
Jesús Rodríguez Arias