lunes, 9 de septiembre de 2024

REENCUENTROS

 



Septiembre es mes de reencuentros...

Y para mí lo ha sido desde siempre.

Os lo explico en mi semanal tribuna de todos los lunes en San Fernando Información - Andalucía Información.

Jesús Rodríguez Arias


REENCUENTROS

En septiembre el sol comienza a amarillear y aun habiendo días de calor ya nos va presentando las credenciales a un nuevo otoño que está por llegar. Septiembre para mí es campo, primeras lluvias oliendo a tierra mojada, las rebecas de hilo, chaquetas de lino, chales que comienzan a salir de nuevo de los armarios tras soportar las tórridas temperaturas de este último verano.

Septiembre nos va adentrando en melancólica melodía pues es antesala de requiebros otoñales que tienen colores cobrizos. La mar se queda con los de siempre que pasean orillándola, en el campo y la montaña se van alternando días de calor con otros más frescos.

Después del verano la vida vuelve a ser igual y es que para muchos este mes es sinónimo de reencuentro también para nosotros. En el septiembre de mi presente sigue siendo el mes de reencuentros ya que desde la pasada semana estamos de nuevo en ese pequeño pueblo de la Cantabria interior, en el Real Valle de Valderredible, llamado Loma Somera que es un lugar idóneo para perderse y volverse a encontrar.

Este año no nos han recibido, como los dos anteriores, Luna ni Mastina que se fueron a proteger celestiales lugares. Nos hemos reencontrado con un lugar primorosamente cuidado, donde habita la tranquilidad, donde disfrutar de un aire más puro que el aire que respiramos a diario. Donde las piedras de sus casas alternan colores según las horas del día, donde los tejados uniformes forman un mar de tejas también inigualables, donde la fuente sigue echando agua y el arroyuco se extiende por todo el pueblo ofreciéndonos matices llenos de melancólica belleza.

Los caballos hispanos bretones recorren y pacen en los “praos” ofreciendo una imagen que es naturaleza en estado puro y libertad.

Las flores hermosean, y de qué manera, las casas como la de Carmen y Jesús, nuestros queridos vecinos, que al caer la tarde las cuidan con primor. La de Fidel también luce preciosa. Mas adelante la bonita casa de Fernando y Marifé, la de Charo y Rogelio mientras la Carrera del Monte nos adentra en lo más profundo del paraje natural ofreciéndonos imágenes que permanecerán para siempre en la retina de la memoria.

Conchi, Loli, sus primas, recorren los caminos, aquí llamados pistas, mientras cogen moras con las que hacen después deliciosas mermeladas.

Ya hemos saludado a Segundo, quién nos remolcara a principios de enero hasta las afueras de pueblo cuando estaba todo nevado. Hombre recio y bueno del que aprendemos mucho.

Ya nos hemos reencontrado con nuestros queridos y buenos amigos María del Carmen y Juanma, con el que hemos mantenido contacto todo el año. La distancia no es tal cuando hay voluntad de mantener una amistad, de seguir ligado a un rincón. Ochocientos ochenta y cinco kilómetros no son nada si se pone voluntad. Goyo nos saluda con cariño mientras la casa de Víctor y Ana, última del pueblo si vas camino de la Iglesia de San Vicente Mártir, permanece augusta como la gran casona que es.

Se me quedan muchos nombres en el tintero, lo sé, pero me es imposible aglutinar tanto cariño en tan solo setecientas palabras. Poco a poco iremos viendo amigos como José Luis y María del Carmen de Navamuel, Albano y Velilla de Villanueva de la Nía, Felipe y Laura en Santa María de Valverde, María Amor allá en Ruerrero o Don Julián por San Andrés de Valdelomar.

Este año echaremos en falta a un querido amigo, que ya recorre celestiales montes, como es José Antonio Corada que fue uno de los primeros en abrirnos los brazos de este Real Valle de Valderredible.

Los que bien me conocen saben que desde hace más de diez años hablo siempre en presente pues el futuro siempre está por llegar. Mi hoy es Loma Somera, es Valderredible, es esta Cantabria que tanto nos apasiona. Bien comprendo que mi admirado Alfonso Ussía haya querido quedarse para siempre en La Montaña, en esta noble región.

Soy de La Isla, lo seré más allá de la muerte, de Jerez, de todos los lugares en los que he vivido, de Andalucía, España y por eso también de esta Cantabria interior que tanto me enamora…

Jesús Rodríguez Arias

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