En tiempos recios, como los que estamos viviendo, necesitamos más que nunca la Redención que nos ofrece Cristo Jesús.
Y de la Redención va semanal tribuna de los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando.
Jesús Rodríguez Arias
REDENCIÓN
Jesús nos liberó, rescató y salvó por medio de la Redención hace dos mil veintidós años y nos salva a cada instante.
Redención es la que encontramos cuando celebramos la Eucaristía pues en ella comulgamos el mismo Cuerpo de Cristo. Creo que no somos conscientes del privilegio que es el poder tener al mismo Dios dentro de nuestro ser. Redención es la que sentimos cuando vamos a rezar ante el Sagrario en el que habita Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
La Cuaresma en sí es el camino hacia la Redención y más esta que estamos dejando atrás una de las peores etapas de nuestras vidas, también de la humanidad, por culpa de la pandemia del Coronavirus.
Cuaresma repleta, gracias a Dios, de cultos, vida en las respectivas casas de hermandad, de reparto de túnicas, de ilusionante organización de todo lo relativo a las salidas penitenciales o estaciones de penitencia. También de pregones, presentaciones, conciertos y el Pregón de la Semana Santa que tendrá lugar el próximo domingo tres de abril. El Real Teatro de las Cortes volverá a abrir sus puertas para albergar este importante acto después de dos años. Se da la circunstancia de que en dos mil veinte sí tuvimos pregón, aunque fue escrito y no declamado. La mejor herencia póstuma que nos dejó el recordado cofrade isleño Daniel Nieto Vázquez que ya descansa en la Misericordia del Señor y la Piedad de María.
Desde esta tribuna quiero desear todo lo mejor a nuestro pregonero, a mi querido hermano en Jesús Cautivo y Rescatado, D. José Luis Cordero Baro. Él mejor que nadie para abrir las puertas de La Isla cofrade a la Semana Santa.
Redención es también vivir en Hermandad, tener a Cristo y María como principio y fin de esta. Hermandad conformada por hermanos que viven desde la devota pasión este precioso carisma dentro de la Madre Iglesia.
Hay quienes entienden que hacer “hermandad” es tener actos de convivencias, con buen condumio por medio, y eso es más una peña de amiguetes que otra cosa. Nunca seremos hermanos en el Señor sin tener a Cristo inoculado en nuestro ser, haciendo de nuestras vidas un apostolado constante, sabiendo que vivir en la Redención de Jesús pueda suponer que incluso intenten acallarnos con el ostracismo más absoluto.
Redención para mí es Caridad, Afligidos y Amargura, Medinaceli y Trinidad, Prendimiento y Buen Fin, Expiración y Esperanza, Vera+Cruz y Soledad, Sentencia y Esperanza por siempre Macarena, Sagrada Pasión de Cristo, Padre Jesús y Dolores en su Soledad. Salesiana, Madre de la Iglesia y Auxiliadora del Pueblo de Dios.
Redención es sentir el salvífico Amor de Cristo que nos rescata y libera de las garras de la muerte y el pecado. Redención es Jesús y Jesús es mi Redención.
Termino con la oración con la que concluí la presentación del cartel de la Semana Santa de mi querida Hermandad de la Redención Salesiana el domingo veinte de marzo en el Santuario de María Auxiliadora de Jerez de la Frontera.
“Malditos los labios que un beso traicionó, maldita la mano que una bofetá te pegó, malditos los látigos que tu piel quebró, malditas las espinas que la infamia te coronó, maldita la cobardía que a la muerte te entregó, maldita el agua que lavó el deshonor, malditos los que te hirieron con palabras, chanzas, insultos, salivazos, de los que hasta hace muy poco te llamaban el Mesías, el Señor, malditos los bravos centuriones sin corazón, maldita la impiedad, el poder por el poder y maldito sea por siempre el cobarde rencor. Y bendito Tu eres, mi Dios y Señor, Jesús, el Amor de mi vida, que nos regala Tu Redención. Vino al mundo, no lo quisimos, el mismo hijo de Dios. Se hizo hombre para ser nuestro Salvador y le pagamos con odio y demasiado rencor porque preferimos morir en el pecado que vivir en el Amor. Preferimos ser hombres del mundo que solo nos interesa las cosas del mundo y nos olvidamos la senda que nos lleva a la resurrección. Bendita María Tu eres entre todas las mujeres y bendito es el Fruto de Tu vientre Jesús, nuestro Redentor. Madre de Dios y de la Iglesia: Auxílianos. Y ayúdanos a ser verdaderos hermanos en Jesús de la Redención”.
Jesús Rodríguez Arias