lunes, 21 de febrero de 2022

* CUANDO ERA CHIQUILLO

 

Las palas, cual brazos mecánicos, destrozaban un lugar tan idílico como La Casería.  Intentaba observar desde la distancia con estupor esta acción perpetrada con más inri el día de los enamorados.

Entonces cerré los ojos y mi mente escapó al San Fernando de siempre, a La Isla de cuando era chiquillo...

Y de eso precisamente va mi semanal tribuna de todos los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias


CUANDO ERA CHIQUILLO


Contemplaba con profundo pesar como las casetas de pescadores de La Casería eran derribadas cuando mi mente se alejó de ese lugar tan idílico hasta ahora para recorrer esos senderos que nos devuelven a la niñez y primera juventud.

Cuando era un chiquillo mi mundo se circunscribía a los límites geográficos de las Callejuelas donde disfrutaba jugando con mis amigos de entonces, observaba el trajín de los ultramarinos que lo mismo vendían mortadela, pan, lejía o papel higiénico… Me deleitaba disfrutar de los mayores que en verano se sentaban en las puertas de sus casas o saboreaba con el olfato esos pucheros buenos cuyo aroma salía por la ventana…

Aprendí a andar en el Convento del Carmen ya que mi familia era muy de la Patrona de San Fernando y gustaba de ayudar en lo que podía a la comunidad de frailes carmelitas. Soy carmelitano de pila y por aquél entonces aparte de con agua también lo hacían con la sal de La Isla. Nos ponían una pizquita en los labios y ya eras, también ante Dios, cañaílla hasta más allá de la muerte.

Los niños del Carmen de por aquél entonces teníamos como “enemigos” irreconciliables a los de Comedias y el sobrepasar la frontera entre uno y otro barrio podía ser un acto de heroicidad. Eran rencillas momentáneas porque después éramos buenos amigos.

Soy un niño del Carmen cuyo gran amigo, verdadero hermano, lo es de Comedias. Sí, os estoy hablando de D. Manuel Bouza Montilla, Cheri para familia e íntimos, al cual fiaría mi propia vida sabiendo que estaría a buen recaudo. También lo es mi hermana en la fe, Gema Rodríguez Estévez, niña de la Plaza, aunque el Mercado nos cogiera algo lejos.

Ahora, cuando navego en la madurez de la vida, echo mucho de menos esos años que no volverán como esa Isla tampoco lo hará ya que la sociedad en sí ha cambiado, la ciudad también porque no es ni por asomo el San Fernando de mi infancia y juventud. Una localidad con aires capitalinos, con una gran categoría social, que mantenía su nivel de riqueza y progreso gracias a la Armada, Infantería de Marina y el Ejército en Camposoto. Ciudad militar que vivía precisamente de estos con una Bazán floreciente, la Carraca a pleno pulmón, así como la Constructora. Un San Fernando que ha ido desapareciendo con el paso de los años cuyo declive continuó cuando algunas mentes “pensantes” creyeron que sin los militares esta ciudad sería más y la realidad es que ha sido mucho menos.

La Alameda no es ni por asomo lo que fue, la Calle Real peatonalizada, de la Plaza del Rey para qué hablar, la de la Iglesia más de lo mismo y hasta el Castillo de San Romualdo no se parece en nada al de antaño, aunque por entonces estuviera en manos privadas.

Hasta la Semana Santa ha cambiado, en mucho ha progresado bien pero también se ha eliminado algunos elementos que nos eran propios y nos diferenciaban del resto.  Existía un respeto, un silencio, una marcialidad, que nos distinguía de otras localidades. Las Hermandades y Cofradías de entonces estaban conformadas por cofrades que se dejaban la vida en este apostolado y que rehuían de toda influencia política e incluso institucional.

Cuando fui un poco más mayor me gustaba perderme paseando por Caño Herrera, por Puente Hierro, San Carlos o La Casería. Allí perdía la mirada en la mar y en esas pintorescas y originales casetas, así como la Cantina del Titi – El Bartolo. Estas edificaciones daban un color, un sabor especial, a una coquetona playita y al mar que las orillaba. Hoy, como la Isla de mis ayeres, eso tampoco existe y me produce inmensa tristeza porque más allá de cuestiones legales o políticas lo que se ha conseguido es zaherir los más puros sentimientos de los isleños, cañaíllas, algunos bautizados con agua y sal.

Cuando era chiquillo creía que La Isla era mi mundo y ahora que cada vez peino más canas sé que San Fernando es parte indispensable de mi vida por más lejos que pueda estar.

Por eso me he erigido en defensor de algo tan romántico como es La Isla de siempre. Esa que no volverá por mucho que queramos.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 14 de febrero de 2022

* SAN VALENTÍN

 

Justamente este pasado domingo 13 de febrero he podido ver de nuevo y degustar la película "El día de los enamorados" donde se cuentan historias en torno a San Valentín, historias donde se busca, persigue, y se encuentra el Amor.

Sesenta y dos años después el mundo ha cambiado y la sociedad también...

Y de San Valentín va mi tribuna de todos los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando que se publica en este 14 de febrero de 2022.

Jesús Rodríguez Arias


SAN VALENTÍN



“Hoy es el día de los enamorados, juntemos tu sonrisa y mi canción. Que ha de unirse por un beso nuestros labios con amor. Tendrás por siempre mi corazón.

San Valentín, yo no te olvido porque su amor en esta fiesta he conseguido. Y por eso he de pedir que siempre vele por los dos y nos proteja, San Valentín.”

Con letras, sacadas del corazón de esta conocida canción para los que ya peinamos canas, y que nos retrotraen a esas familiares tardes en torno al aparato de televisión en blanco y negro donde gustábamos de disfrutar de una preciosa película donde los sueños se hacían realidad. “El día de los enamorados” se titulaba y se filmó en 1959 bajo la dirección de Fernando Palacios y guion de Pedro Masó, Rafael J. Salvia, Antonio Vich y con música de Augusto Algueró con un reparto de lujo en esas fechas: Tony Leblanc, George Rigaud, Ángel Aranda Loritz, Concha Velasco, Mabel Karr, Manuel Monroy, María Mahor, Antonio Casal y José María Tasso.

Qué diferencia lo que nos ofrecen estas imágenes con lo que ha derivado la fiesta en sí y también la sociedad.

Aunque en la película también los enamorados se regalan, pero la idea principal es que triunfe el amor. Ahora San Valentín es eminentemente comercial donde uno y otra se tienen que estrujar el coco para ver que regalar a la pareja y que dicho obsequio esté a la altura de las circunstancias.

Estas fechas son inventos de la sociedad de consumo para recordarnos y movilizarnos que tenemos que gastar dinero no vaya a molestarse la pareja, en este caso, como hijos y demás familiares en otras preconcebidas festividades. Juegan con nuestros sentimientos y con los de los demás pues si no comulgas con estas artificiales ruedas de molino puede que incluso haya enfados, dimes y diretes, entre tus propios seres queridos. Decir lo contrario tergiversaría la realidad.

Personalmente yo siempre he renegado de estas fechas prefijadas para regalar porque sí. A mí personalmente me gusta obsequiar en cualquier fecha del año y no tanto en las establecidas. Pero regalar no solo algo que se compra con la cartera o tarjeta de crédito, sino que a lo mejor es compartir tu tiempo con los demás, con esos seres queridos que se encuentran solos, compartir una copa, unas cuantas viandas, y una enriquecedora tertulia en tu propia casa no tiene precio. Atender acompañando a tu pareja por ejemplo girando visita a esas grandes superficies de bricolaje. Regalar no es simplemente comprar sino darse y donarse uno mismo al ser querido y del que estás enamorado.

El pasado martes 1 de febrero tuvimos que bajar a Jerez a una serie de gestiones. Mientras Hetepheres hacía unos recados yo me fui a una floristería y le compré una rosa. La dejé en el coche y me fui a darle encuentro. Cuando la vio me miró sorprendida porque ese día en concreto no “celebrábamos” nada. Le dije: ¡Feliz día de los enamorados!  Y es que el estarlo no es cosa de un solo día sino de toda la vida.

Hablar de enamorados supone estarlo de alguien no de algo… Pues si le preguntas a un político, aparte de estar o no enamorado de fulanito/a, me imagino que también lo estará de su cargo, sueldo, posición social y escaño. Si es de un sindicalista me imagino que su sueño será el estar liberado. El de un escritor es escribir, el del pintor dibujar en el blanco lienzo lindos trazos, el del músico, componer, el de un verdadero enamorado de España: Su bandera…

Ahora, en esta época concreta del desconcertante siglo que nos alumbra, existen mil y una relaciones interpersonales que para descubrirlas y saber algo de lo que se cuece en nuestra sociedad os animo a ver algún día el programa “First Date” pues encuentras de todo y más. Relaciones que he de admitir que en mi vida podré entender, pero debéis comprender que yo soy algo clásico en cuanto a gustos y demás.

Hay quién se enamora de otras, otros y otres e incluso de ellos mismos. Algún caso ha habido de boda con uno mismo divorcio incluido. El egocentrismo llevado al límite.

Es el día de los enamorados y mañana también.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 7 de febrero de 2022

* DOS PENITENTES

 

Mi particular visión del cartel de la Semana Santa de San Fernando para este año 2022 obra de mi querido amigo y hermano en la Fe, Sergio Gutiérrez Blanco.

Jesús Rodríguez Arias


DOS PENITENTES




Representan la Fe en estado puro, la de nuestros padres y abuelos, la de La Isla, la que ha pasado de generación en generación. Esa Fe auténtica y devocional que hace que en cada Semana Santa nos revistamos con nuestros hábitos para acompañar a Jesús y María por las calles en nuestro particular vía crucis.

Dos penitentes de negras túnicas que se reflejan sobre blanco muro. Dolor y pureza al alcance de la vista y sentidos. Dos nazarenos que se dirigen ausentes de todo y de todos hacia la sede canónica donde sus Titulares los esperan. Dos penitentes que en este caso concreto son hermanos de Expiración que se encaminan hasta San Francisco llenitos de Esperanza…

Esa es la fotografía que ilustra el cartel de la Semana Santa de San Fernando que fue presentado en la tarde-noche del lunes 17 de enero por el cofrade D. Juan Ferrer Campaña. Una inmensa fotografía de mi buen hermano Sergio Gutiérrez Blanco ilustra el vocero oficial lleno de matices y significado.

Puede extrañar que el mismo no haya sido presentado en la pasada Feria Internacional del Turismo (FITUR) como era lo acostumbrado. El por qué de esta desafortunada decisión habrá que preguntárselo a los mandatarios municipales que son los únicos que pueden responder a esta cuestión, aunque a estas alturas el mal ya está hecho.

A Sergio Gutiérrez Blanco lo conozco más allá donde se pierden mis recuerdos…Sergio creció bebiendo la pureza de La Isla y vivió la Fe por medio de un apostolado como es el cofrade perteneciendo a hermandades señeras de la Muy Leal y Constitucional, Invicta, Heroica, Americanista y Parlamentaria Ciudad de San Fernando.

Pienso que a todo el mundo Dios otorga un don, un talento, y está en uno el descubrirlo y ponerlo en uso. En disfrutarlo por un lado y sufrirlo por igual. Todos somos depositarios de un don específico y este forma parte del quehacer diario. Ya no tantos son coronados con el don de las Artes ya que para esto se debe tener una sensibilidad a flor de piel y un gusto por la Belleza que lo abarca todo. Escritores, entre ellos mis admirados poetas, músicos, pintores, los dotados por el bel canto, diseñadores, editores de audiovisuales y por supuesto fotógrafos que son capaces de captar la insondable belleza y profundidad de una imagen captada en un solo instante.

Y la plasmación de un instante se puede decir que es la imagen del cartel de la Semana Santa de San Fernando para este año 2022. Elegante diseño para un vocero austero, como corresponde a los tiempos que vivimos, solo roto por el solemne escudo del Consejo de Hermandades y Cofradías amén de la horterada del logo municipal estridente color incluido. Menos mal que este último matiz queda diluido en la belleza de una imagen tan cofrade que visualmente manifiesta un claro mensaje apologético.

Dos penitentes, que pueden ser padre, madre, hijo, hija, hermanos o familia pues en entre los dos hay un vínculo de confianza e incluso de protección. El nazareno más pequeño se agarra al más grande sabiéndose seguro que los dos dirigen sus pasos al encuentro del Silencio de Jesús y la Esperanza de María. Las sombras que se reflejan en el blanco muro de la curva de Capitanía demuestran bien a las claras lo que es la Fe, la confianza, y la búsqueda constante de Dios para que nos proteja como lo que es: Nuestro Padre.

Una imagen donde no hay distinción de sexo, pero si religión, la católica, además de la Fe que es transmitida de abuelos a padres, de padres a hijos, de generación en generación. Anuncia una esperada Semana Santa inédita y controvertida para muchos que quieren acabar con nuestras tradiciones y sobre todo con nuestras devociones, con la religiosidad popular, con todo lo que tenga que ver con la Madre Iglesia y con Cristo Nuestro Señor. Todo está bien visto menos el saber que de nuevo se pueda contemplar las imágenes de Jesús y de María por las calles y plazas.

Solo por eso doy las gracias a mi buen amigo y hermano en la Fe, Sergio Gutiérrez Blanco al que doy mi más cálida enhorabuena al igual que a la permanente del consejo por su elección.

Jesús Rodríguez Arias