lunes, 27 de diciembre de 2021

* RECIÉN NACIDO

Este artículo es fruto de la inspiración mientras visionaba el vídeo que ha editado el Padre Sergio Moreno Ruiz, Párroco Villaluenga del Rosario, Grazalema y Benaocaz con el que nos felicitaba la Navidad. Fue contemplar la carita de Jesús recién nacido y despertarse en mí esa luz que es en sí la divina inspiración pues siempre nos imaginamos al Niño como lo presentan las imágenes, las pinturas, pero no como fue en realidad...

Recién nacido el Niño y el año 2022 que si Dios lo quiere entrará en nuestras vidas a las doce de la madrugada del viernes al sábado.

Pero eso será dentro de cuatro días...

Jesús Rodríguez Arias


RECIÉN NACIDO

Me gustaría que cerrarais los ojos y pensarais en la carita de un recién nacido. Retened por un momento esa instantánea pues esa y no otra es la cara de Jesús que volvió a nacer el pasado sábado en el Portal de Belén.

Ojos medio cerrados, con más o menos pelo, y la expresión de todo cuanto le ocurre es una sorpresa para Él. Solo el calor, también el olor, de la Madre lo tranquiliza. Esa Madre que no es otra que María y que simboliza también a las nuestras. José lo mira con ojos absortos pues aun sabiendo que es el Hijo de Dios también es un pequeño e indefenso recién nacido que está a su cuidado.

Me pregunto como un bebé puede hacer estallar el miedo de los poderosos que intentan eliminarlo y hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. Herodes, que detentaba su poder a base de sangre y miedo, ordenó matar a todos los niños menores de dos años de Belén y alrededores porque así creía que acabaría también con Jesús cosa que no pudo hacer ya que el ángel del Señor se apareció en sueños al bueno de José para advertirle de esta macabra intención mientras les conminaba a huir a Egipto. Ese martirio es lo que la Iglesia conmemora cada 28 de diciembre con la Fiesta de los Santos Inocentes.

Inocentes como esos niños a los que no se les da ni siquiera la oportunidad de nacer ya que son abortados. Millones de fetos son destrozados cada año por el miedo y la incertidumbre que se generan en muchas madres, por la desinformación sobre otras opciones que signifiquen no acabar con la vida de un ser humano o porque el poder va en contra de cuanto signifique vida y lo que interesa es la paulatina instauración de la cultura de la muerte. Inocentes como esos ancianos y enfermos que ya mueren por eutanasia.

Y también recién nacido será el año nuevo cuando las campanas terminen de tocar a las doce de la medianoche y todavía tengamos dentro de la boca la última uva de las doce que tragaremos deprisa y corriendo. Me imagino, como está la situación, que nosotros la volveremos a vivir en nuestro balcón de La Atalaya toda vez que nuestra casa en Villaluenga del Rosario está a dos pasos del campanario de la Iglesia de San Miguel Arcángel.

Se va un dos mil veintiuno para no olvidar por culpa del coronavirus. El año de las vacunas, de abrir las puertas a una sociedad encerrada y con tremebunda fatiga pandémica que ha hecho que en muchos casos se hayan saltado las lógicas medidas de propia precaución tanto por las instituciones oficiales como del ciudadano normal y corriente.

Comienza el 2022 con demasiados miedos, incertidumbres y contagios por culpa de la variante “ómicron” del Coronavirus. Vienen nuevos tiempos de restricciones y de quedarse lo más posible en casa. Vienen tiempos con demasiadas dudas y pocas certezas que hacen preocupar a la sociedad en general y a las hermandades y cofradías en particular porque ven con cierta angustia como las procesiones de Semana Santa pueden verse dinamitadas por tercer año consecutivo.

Sin lugar a duda la imagen de Jesús en la Cruz no gusta en demasía a quienes mueven los hilos de este emputecido mundo no tanto por la expresión plástica sino por lo que en verdad significa. Siempre ha habido algún que otro Herodes en todos los tiempos.

Me quedo con la imagen de ese entrañable bebé que sigue en el portal de Belén recibiendo la admiración y el cariño de quienes lo quieren de verdad. Me quedo con los villancicos populares, con el fervor hecho devoción hacia la Sagrada Familia y todo lo que esta representa. Me quedo con los Reyes Magos pues a mí Papa Noel, y todo lo que en torno a él se monta, me parece una horterada. Me quedo con la Fe, Esperanza y Caridad que simboliza el recién nacido que con la vacua magia de la Navidad que nos quieren vender por todos lados.

Y recuerda que cuando miras la cara de un bebé, de cualquier recién nacido, está viendo al mismo Jesús.

Os deseo un próspero año dos mil veintidós lleno de salud.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 20 de diciembre de 2021

* LA NAVIDAD DE CURRO

 

Lunes veinte de este mes de diciembre y estamos a escasos días de una nueva Navidad.

Desde que la pandemia convive con nosotros el reunirse las familias como antaño se antoja complicado y más con la que está cayendo con los contagios de la sexta ola. Los perjudicados, como siempre, los que están solos y nuestros mayores...

Y como el viernes es Nochebuena escribo mi ya tradicional Cuento de Navidad que se publica en mi semanal tribuna de Andalucía Información - Información San Fernando. Un cuento que es un relato de una historia que a su vez es muy real.

Os dejo con "la Navidad de Curro" y con el os deseo todo lo mejor en estas preciosas fiestas en las que conmemoramos el Nacimiento del Niño Dios.

Jesús Rodríguez Arias


LA NAVIDAD DE CURRO

Curro bien sabía que estaba viviendo una segunda oportunidad. Hace poco de más de cuatro meses que está en casa, al calor del hogar y la familia que Dios le ha dado, recuperándose de las “heridas” después de afrontar con éxito una dura guerra contra el Coronavirus.

Él no cayó en los tiempos malos del confinamiento tampoco se contagió por ninguna temeraria imprudencia. Curro quedó atrapado en las garras del virus por las circunstancias de la vida ya que Fina, su mujer, es profesora y en el instituto donde trabaja hubo una serie de contagios. Menos mal que Carmen y Pepe, sus hijos, no enfermaron ya que estudian uno en Sevilla y otra en Granada sus carreras.

Fina, mujer fuerte donde las haya, sufrió los síntomas más característicos como la fiebre, tos, falta de gusto y olfato, un atroz cansancio, pero al estar vacunada lo pasó en casa. Tanto Fina como Curro vivían en habitaciones separadas con los medicamentos y poco más. Menos mal que Sara, la hermana de Fina, todos los días acercaba a la puerta de la casa alimentos y todo lo que buenamente pudieran necesitar. Estaban conectados al mundo mediante los móviles y gracias a esas nuevas tecnologías podían hablar a diario con sus hijos, a los que se les notaba muy preocupados a pesar de mantener la sonrisa siempre, sus hermanos y padres. Precisamente Carmelo, padre de Fina, y Mamen, madre de Curro, eran los que más Fe y Esperanza les transmitían.

Parecía que la cosa estaba encaminada y pasados los días de rigor podrían volver hacer vida normal. Pero lo que no se esperaba Curro que un día empezara a ahogarse, a no poder casi respirar, a soportar una tos que parecía que los pulmones se les iban a salir por la boca. Fue Fina la que llamó a salud responde y de inmediato avisó a los servicios de emergencias. Sara abrió la puerta al equipo médico y este tras comprobar la situación se lo llevaron urgentemente al hospital ya que sufría de una neumonía que requería hospitalización.

Gracias a Dios no tuvo que ingresar en la UCI. Lo que si notó es la imponente soledad que se enfrenta un enfermo por Coronavirus en un centro hospitalario, y no porque los sanitarios que lo atendían, todos pertrechados para no tener ningún contacto físico con el paciente, no estuvieran atentos a él sino la soledad de una habitación que parecía salida de una temible película de ciencia ficción. Los días que permaneció ingresado pudo comprobar lo que sufre un enfermo por este maldito virus en una lucha constante de médicos, sanitarios y paciente, para lograr sobrevivir.

Salió del hospital totalmente recuperado a los dos meses de ingresar. Meses en la cama de un hospital y con el sufrimiento tanto físico como psicológico desgasta más de lo que podamos pensar. Salió airoso gracias a que estaba vacunado, de eso no le cabía la menor duda.

Curro, desde que llegó a su hogar, se encontró con la cara alegre de Fina que lo besaba con la dulzura que solo es capaz de transmitir su mujer, sus hijos muy emocionados, sus hermanos, madre, suegro, cuñados, amigos, estos últimos por videoconferencia.

Cuatro meses lleva luchando para recuperarse de las secuelas físicas y psicológicas de tantos días en la cama de un hospital. El virus marca y su recuerdo queda para siempre. Está bien en líneas generales, aunque su ánimo de vez en cuando cae en picado, pero ahí está su mujer para levantarlo como ha hecho siempre.

Hoy es Nochebuena y tanto Fina como los niños van a cenar en casa. En otros tiempos lo hubiera hecho con la familia, pero ahora es impensable. Curro no tiene ganas de fiestas, pero sabe qué si no hubiera sido por Jesús, que vuelve a nacer de nuevo en el portal, por su bendita Madre María y por el bueno de San José, él hubiera estado criando malvas.

Van a cenar y Curro brindará como cada año hace. Brindará por su familia, por tantos contagiados que luchan en sus casas o en los hospitales, por los que se fueron y por los sanitarios que siguen dando lo mejor de sí para salvar la vida a los demás.

Con mi tradicional cuento quiero desearos a todos una Feliz Navidad.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 13 de diciembre de 2021

* EL ESPEJO

 

El espejo: Antes eras el reflejo de mi vanidad ahora en cambio lo eres de la realidad...

Hoy escribo mi semanal tribuna de todos los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando mirando sin mirar al espejo.


Jesús Rodríguez Arias




EL ESPEJO


Antes eras el reflejo de vanidad ahora en cambio te has convertido en veraz fedatario de mi realidad.

Antes me ponía ante ti para vestirme, hacer bien el nudo de la corbata y que estuviera en su justa altura, para comprobar que los colores elegidos combinaban, para peinarme o arreglarme al detalle la barba que tiene más peluseo de lo que la gente se imagina.

Ahora hace tiempo que casi no nos vemos y no porque tú te hayas cegado ni estás en otro lugar, todo lo contrario, sino porque he sido yo el que he cambiado, no sé si para mejor o peor, pero la verdad sea dicha que es que hoy en día me asomo poco a la ventana que tú me abres. Sólo nos vemos y casi de refilón cuando doy leves retoques a mí cada vez descuidada barba, para peinarme y poco más.

Al vivir donde reside la pureza de lo auténtico como es Villaluenga del Rosario hace falta muy pocas añadiduras pues cuando te envuelves e integras en su idiosincrasia te muestras tal cual eres. Aquí no hacen falta ni conservantes y colorantes. Te acostumbras a vestir lo más cómodo y abrigado posible, en otoño-invierno se sobrentiende, pues lo haces en un pueblo de montaña, te acostumbras a calzar zapatos que se adhieran bien al suelo, te acostumbras a utilizar más un polar que una rebeca u otra cosa. Aquí te arreglas cuando tienes que arreglarte que suelen ser los domingos y fiestas de guardar, cuando se celebra algo o cuando viajas a cualquier lugar esté más lejano o cercano.

Eso sí, bien sabes, que cuando me arreglo para asistir a algún acto, puedo contar con los dedos de una mano a los que he ido en este último año y medio, me pongo ante ti para anudarme, como a mí me gusta, la corbata, que los gemelos asomen lo justo entre puño de la camisa y la chaqueta, el largo del pantalón respecto a los zapatos… Lo que uno aprende en la cuna es para siempre y mi madre siempre me enseñó a vestir bien ya sea con chaqueta y corbata o con polar y botas de senderismo.

Pero tú ahí permaneces sin día ni hora esperando que alguno de nosotros se asome no tanto para vernos sino para saludarte. Podrás ser más nuevo o antiguo, haber estado siempre en casa o todo lo contrario, porque tú labor siempre será la misma que es la de hacer vernos quienes representamos ser porque para más interioridades hay que mirarte con otros ojos.

Sí, mirar con otros ojos cuando me pongo frente al espejo impone y creo que en esta etapa de la vida es lo que quiero. Hoy lunes trece de diciembre, día de Santa Lucía, ya luzco los cincuenta y dos años que tuve la dicha de estrenar el pasado sábado y la verdad llevo algún tiempo observando la vida desde los ojos de la madurez. Mirar sin estridencias sabiéndome que todo cambia con el tiempo, comprobando que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos, que la amistad no dura para siempre, que los que lo hacen no son amigos sino hermanos del alma, que el tanto tiene tanto vale existe, que los objetivos del mundo no tienen por qué ser los míos. Que si un día ansié primeros puestos y relevancia social ahora no los quiero ni en pintura. Que soy el que soy gracias a toda una intensa existencia vital en la cual he luchado cuando he tenido que luchar, he dormido menos de lo que debiera, he perdonado a quienes algún día me hicieron daño, he nadado sin guardar la ropa y cuando he tirado la piedra no he escondido la mano con todo lo que eso conlleva.

Hace poco menos de dos años que puse punto final a una etapa de mi vida. Desde que cerré la puerta todo es muy distinto, los años me van pesando y los siento  en los huesos, las canas se hacen más presentes. Ahora solo sé que no sé nada, que necesito seguir aprendiendo, que amo quién amo, quiero a quienes quiero, y lo demás se lo dejo a los demás.

La vida es según los ojos con los que la mires y yo lo hago desde la gratitud.

Jesús Rodríguez Arias

martes, 7 de diciembre de 2021

* ANUNCIANDO LA NAVIDAD

Es el martes 7 de diciembre ese día entre medio de un largo puente que el que lo haya podido disfrutar entero se habrá puesto las botas porque habrá podido descansar, desconectar, visitar, y conocer mucho porque tiempo no le ha faltado.

Hoy mi semanal tribuna en Andalucía Información-Información San Fernando tiene mucho de diciembre y sus colores que a su vez son sentires y devociones...

El azul y blanco de la Inmaculada Concepción, el verde de la Esperanza, y el rojo que alumbra el Sagrario en cada Iglesia del mundo...

Y todos esos colores anuncian la Navidad.

Jesús Rodríguez Arias



ANUNCIANDO LA NAVIDAD

Me gusta diciembre y decir lo contrario sería mentir. Me gusta diciembre con sus colores, sabores, por la forma de sentir y aunque muchos digan que es hipocresía, también porque la gente cambia de carácter y se desea lo mejor.

Me gusta diciembre porque tiene muchos matices de colores que anuncian que la Esperanza del mundo está por llegar. Los colores concepcionistas del día de la Inmaculada, el verde de la Esperanza, los alegres que iluminan nuestros pueblos y ciudades, los del portal que ponemos en casa o el rojo que permanece imperturbable en cada Sagrario.

La Inmaculada Concepción que se vive con intensidad aquí y también en cualquier lugar de este globalizado mundo. Cada día se aprende algo nuevo y me entusiasma el amor que a María se le tiene por todos lados. Tengo un amigo en Florida, Estados Unidos, que tiene un corazón cien por cien concepcionista y cada año prepara su particular altar con una preciosa imagen de la Inmaculada.

Cada ocho de diciembre se marca en mi corazón a modo de vivencias. Recuerdos que permanecen invariables por más años que pasen en torno a la Iglesia del Santo Cristo de San Fernando ya que en tan mariano día la bendita imagen de la Virgen de la Amargura, de mi siempre querida Hermandad de Los Estudiantes, permanece expuesta en veneración de fieles y devotos.

También por que la Inmaculada Concepción es la Patrona de la Real y Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios Españoles de San Juan Bautista a la que me honro en pertenecer.

Diciembre es el mes de la Navidad que es el Nacimiento de Jesús y que en definitiva es la Esperanza de ayer, hoy y siempre. Nace de María siempre Virgen, Nace para vivir entre nosotros, anunciar la Buena Nueva. Nace para morir para salvarnos a todos por medio de la Resurrección.

Y cada año en el mariano Santuario de María Auxiliadora de Jerez de la Frontera mi querida Hermandad de la Redención organiza el Anuncio de la Navidad. Tengo el inmenso honor de haber sido el presentador de la que fue anunciadora del año dos mil dieciocho, mi querida amiga y hermana Ana María Gutiérrez Rodríguez. Gracias a este acto tan íntimamente navideño conocí una cofradía que cada Jueves Santo hace historia en la Semana Santa jerezana y la que se ha convertido en mi Hermandad, con hache mayúscula, por derecho propio.

Este año se celebrará el X Anuncio de la Navidad que estará a cargo de Doña Susana Esther Merino Llamas, miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Transporte y hermana de la jerezana Hermandad del Rocío. Mujer y cofrade muy experimentada en los atriles tanto en Jerez, Cádiz y San Fernando destacando las dos Oraciones Poéticas ofrecidas en la hermandad del Transporte, el Pregón de los trescientos años de María Santísima de la Piedad, Oración Poética y el Pregón de la Navidad en El Calvario, Pregón de la Navidad de la hermandad del Cristo en la Ermita de San Telmo…

La presentación correrá a cargo, por decisión de la propia anunciadora, de Don Juan Manuel Pina Morillo que es a su vez un destacado hermano de la Redención Salesiana y del Cristo de la Expiración habiendo ostentado el cargo de tesorero en la anterior permanente del consejo de la Unión de Hermandades de Jerez de la Frontera que estuvo presidido por Dionisio Díaz.

Si buena y prestigiosa es la cofrade que anunciará la Navidad el próximo viernes diez de diciembre no menos es mi querido y buen hermano Juan Manuel Pina Morillo pues en el redundan lo que debe primar en un cristiano-cofrade como es un buen talante conciliador, persona de Fe y Eucaristía, que cree que en la juventud está el futuro y en los mayores la necesaria experiencia. Juan Manuel Pina es un hombre elegante y educado en el fondo y en las formas amen de un servidor de la Santa Madre Iglesia como tal al que quiero, respeto y admiro por igual.

Sí, diciembre tiene sus propios colores: El azul y blanco de la Inmaculada Concepción, el verde de la Esperanza, y el rojo que alumbra el Tabernáculo porque en el Sagrario, no lo olvidemos nunca, nos nace cada día Jesús como en aquel establo en Belén de Judea.

Jesús Rodríguez Arias


Azul y blanco Inmaculado: Amargura

Verde Esperanza

Cartel X Anuncio de la Navidad de la Redención Salesiana