Fotos San Fernando Cofrade
Demasiado dolor, demasiado llanto y demasiada Esperanza que es la Gracia que otorga el Señor cuando todo lo que queremos o nos rodea se desvanece, cuando no encontramos respuestas a las preguntas que salen de las almas desgarradas y heridas.
Ayer pude percibir esto de forma nítida y clara. En el Funeral que la Ciudad de San Fernando tributó a las vícitimas mortales del accidente ferroviario de Santiago de Compostela acaecido la pasada semana.
Ayer Ignacio, Antonio, Rosa, Francisco y Esperanza se hicieron presentes, más si cabe, en isleño Auditorio del Parque Almirante Laulhé y al igual que estos queridos amigos y hermanos que ya habitan junto con el Padre en la Gloria Eterna, también lo hizo Pepa Álvarez, mujer de Ignacio, así como por todas las demás víctimas de este, cada vez, más incomprensible accidente.
Estaban junto a las familias, queridas familias, todas las fuerzas vivas de la ciudad. Precisamente esas fuerzas vivas honraban, al igual que el resto del pueblo de esta bendita Isla, a los que ya Viven plena y eternamente.
Predominaba el negro de luto, luto para el ánimo ante la ausencia que ha producido la marcha de estos buenos y entrañables amigos aunque el color que se instalaba en el corazón era el verde, verde huerto como me decía en innumerables ocasiones Ignacio Bustamante, color de la Esperanza y de la Gracia Redentora de Nuestro Señor Jesucristo y Su Madre María.
El Consejo de Hermandades y Cofradías, con su presidente José Manuel Rivera Barrera a la cabeza, representaciones de todas las Hermandades de la Ciudad, miembros de las Fuerzas Armadas, distintos representantes de las Instituciones a nivel nacional, autonómico y local destacando la Corporación Municipal con su Alcalde a la cabeza así como otros dignos representantes de otras instituciones que arraigadas a esta Ciudad.
Mención aparte para la querida y admirada Hermandad de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto. Deseo trasladarles mi profundo pesar por la pérdida tan importante que han sufrido con el fallecimiento del que ha sido y será su “alma mater”: Mi querido hermano en la eternidad, Ignacio Bustamante Morejón. Ayer vuestro testimonio fue el silencio, la oración y el luto riguroso siendo un verdadero ejemplo de hermanos en la fe. Que la Bendita Virgen María de la Gracia y Esperanza Nuestra os ayude a sobrellevar tanto dolor.
Quiero destacar en un apartado concreto a la actitud llena de sensibilidad, paternal, cercana, cariñosa, dispuesta con todos los miembros de las familias de estos queridos hijos que se han ido al Cielo junto al Padre, del Alcalde de San Fernando, D. José Loaiza García. Es de agradecer, y como isleño de nacimiento lo hago públicamente con nombre y apellidos, que estuviera cerca de las víctimas la pasada semana en Santiago de Compostela porque su presencia hizo mucho bien a las mismas y también a todo el pueblo de San Fernando que retenía la respiración ante los acontecimientos que estaba viviendo. Y lo digo yo, Jesús Rodríguez Arias, que nunca me he escondido y siempre he firmado cuanto he dicho. En los aciagos días 25 y 26 de Julio me he sentido orgulloso de que mi Alcalde, el máximo representante de La Isla estuviera ayudando y consolando en primera persona en la querida ciudad de Santiago de Compostela. El corazón de todos los cañaillas estaban representados en tierras gallegas por el máximo representante de la Ciudad y eso dice mucho.
También es de agradecer y destacar la presencia de nuestro querido Obispo Monseñor D. Rafael Zornoza Boy que estuvo más que cercano, cariñoso, consolador con los familiares directos de Ignacio, Antonio, Rosa, Francisco y Esperanza así como el Clero que concelebró la Misa Funeral ayer tarde. Homilía extraordinaria, de la que se ha escrito bastante en los Medios de Comunicación, de una profundidad inmensa hecha y dicha con palabras cercanas para que todos la entendiéramos. ¡Gracias te doy Padre por habernos dado tan buen Pastor en esta Diócesis de Cádiz y Ceuta! Escuchar a D. Rafael Zornoza es un privilegio para el espíritu y ayer el dolor fue menos meditando tan consoladoras palabras que se decían de corazón a corazón.
La Isla abarrotó el Auditorio del Parque, lo hizo como ella sabe hacerlo con unos buenos hijos que nos han dejado o están sufriendo: Con profundo respeto. Silencio sepulcral, difícil de conseguir cuando más de un millar de almas se congregan en un mismo sitio, y dolor contenido porque este bendito pueblo llora todavía la muerte de cinco hijos muy queridos y admirados.
Funeral de la categoría que se merecían los cinco isleños que se marcharon a la Casa del Padre Eterno y Misericordioso, preparado con esmero y donde se vieron la sombra de las personas que han estado dedicadas en cuerpo y alma para que todo se sucediese como lo hizo.
Mi sincera felicitación al Servicio de Protocolo del Ayuntamiento de San Fernando con Antonio Guillén como máximo exponente y también al de Diputación Provincial, con Antonio Sancho a la cabeza que también estuvo coordinando dicho acto religioso. Mi sincera felicitación a la Corporación Municipal, con su Alcalde a la cabeza, así como a todos los trabajadores del Ayuntamiento de San Fernando, Institución que desarrolló sus funciones profesionales mi querido y siempre añorado Ignacio Bustamante, por el primor que puso en las tareas encomendadas para que todo saliese como era debido.
¡Hasta el viento desapareció para que nada enturbiara esta Misa Funeral llena de recuerdos y ni el calor se notó porque lás lágrimas de tristeza y esperanza inundaban nuestras almas!
Ayer en el plano personal fue un día difícil en lo humano y de regocijo en lo espiritual. Difícil porque se notaba con mayor hondura las ausencias y de alegría espiritual porque pude ver, con mis propios ojos, la Mano Redentora de Dios en las caras de todos los familiares de Ignacio, Antonio, Rosa, Francisco y Esperanza. Todos tristes, todos llenos del sosiego y la tranquilidad de espíritu que solo puede dar nuestro Bendito Padre.
Dios nos ama, nunca olvidemos eso, y nos envió a su Unigénito para salvarnos a todos de la corrupción y podredumbre que nos rodeaba. Con Su Pasión, Muerte y Resurrección dio un verdadero sentido sobrenatural a nuestras vidas y también a la muerte. Ayer lo pude comprobar porque todos vivian estos momentos en Jesús y con Jesús.
Día de reencuentros con muchos y queridos amigos de todo ámbito y lugar, destacando a buenos hermanos cofrades que hacía mucho tiempo que no veía.
Cuando el Funeral hubo terminado, todos se fueron a testimoniar su pesar a los queridos familiares presentes. Nosotros, en cambio, aprovechamos para entrar dentro del cercano Pabellón y saludar a nuestro querido D. Rafael Zornoza el cual, como siempre, estuvo cercano, cálido y cariñoso. Tener a D. Rafael de Obispo de Cádiz y Ceuta es una bendición para todos y sobre todo para los jóvenes que lo quieren con locura. Tenerlo como amigo personal es todo un honor. Él sabe que siempre puede contar con nosotros al igual que D. Rafael sabe donde estamos para lo que desee y necesite.
Saludamos también a D. Fernando Campos, Vicario General de Pastoral, el cual hizo mención a los “blogs” que llevo adelante y me animó a seguir adelante en esta misión y este apostolado así como con otros buenos sacerdotes que concelebraron la Misa Funeral, entre los que estaba el Padre D. Rafael Pinto Vega.
Nos dio mucha alegría el ver y charlar con José Manuel Camacho Somoza, Diácono Permanente, y su mujer, nuestra querida y buena amiga Paqui. Este noble y ejemplar matrimonio son las personas más fieles a este blog, con los que siempre podemos contar y siempre nos están alentado para todo cuanto hacemos. ¡Gracias de corazón, mis queridos amigos!
También saludamos y felicitamos, muy especialmente, a los miembros de la Coral “El Logar de la Puente” que con sus bellas voces hizo que lo trascendente y sublime se hiciera tangible. A la Coral con su director a la cabeza: ¡Muchas felicidades y gracias de corazón!
Y mención aparte, porque así lo merece, fue el saludar y fundirnos en un fuerte abrazo lleno de cariño y verdadera amistad, de esa que no pasa aunque pasen los años, con la Familia Bustamante. Queridos amigos, querida Familia: Sois extraordinarios, buenas personas y mejores creyentes en Cristo Resucitado, vuestro hermano Ignacio estará más orgulloso que nunca de vosotros porque habéis demostrado, con sangre y lágrimas, que sois una GRAN FAMILIA.
Y también saludamos a miembros de las familias de Antonio, Rosa, Francisco y Esperanza a los cuales les transmitimos nuestro dolor lleno de esperanza.
El tiempo se me escapó entre los dedos de la mano porque no pasó sino que se paró para rezar, meditar y llorar la pérdida de los que ya no están con nosotros, para aliviar la pena, la tristeza de todos los que sanan sus heridas de alma y cuerpo. Ayer el día duró menos porque las dos horas del Funeral las manillas de nuestros relojes se detuvieron, no quisieron avanzar, porque querían retener, aunque fuera en recuerdos y memoria, entre nosotros a Ignacio, Antonio, Rosa, Francisco y Esperanza que desde hace una semana disfrutan de la Vida Eterna, que no olvidemos es la meta y fin de todo los cristianos, todos los que amamos a Cristo Jesús.
Ayer vivimos una tarde con dos colores predominantes: El negro del luto y el verde de la Esperanza.
Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.
Jesús Rodríguez Arias
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