Santiago (Viernes, 02-08-2013, Gaudium Press) Más de cinco mil fieles arribaron al mediodía de ayer a la Plaza de Armas de Santiago de Chile para ser partícipes de la Misa de Desagravio convocada por el Arzobispo, monseñor Ricardo Ezzati, tras los hechos de violencia ocurridos durante la Solemnidad de Santiago Apóstol la semana pasada, donde un grupo de manifestantes violentos ingresó a la Catedral metropolitana, causando múltiples destrozos
Mons. Ezzati abre las puertas de la Catedral |
"Señor Jesús, te pedimos que al abrir las puertas de nuestro templo se abran también para tu pueblo", dijo el prelado al golpear con su báculo el portón de entrada de la Catedral Metropolitana que se mantuvo cerrada al público durante cinco días a fin de poder reparar los daños causados y limpiar el lugar sagrado.
La eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati y concelebrada por el Nuncio de Su Santidad, monseñor Ivo Scapolo, obispos auxiliares, vicarios, y gran parte del clero arquidiocesano.
El oficio religioso contó asimismo con la presencia de autoridades civiles, entre ellos, la Ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez y el Intendente de Santiago, Juan Antonio Peribonio, autoridades militares, organizaciones sociales, comunidades, movimientos apostólicos y colegios, quienes con alegría acompañaron todo el ritual de reapertura de la Catedral.
"Levantemos también nosotros el corazón, no tengamos miedo"
En su homilía monseñor Ezzati, agradeció las numerosas muestras de solidaridad hacia la Iglesia de Santiago. En un hecho pintoresco, el prelado agradeció también a un "grupo de señoras que han querido enviar una torta para endulzar las horas amargas", dijo.
Asimismo expresó su gratitud a la comunidad de fe de la arquidiócesis que se mantuvo unida junto a los sacerdotes y agregó "gracias y esperanzas, porque el martirio ha sido siempre fruto de nuevos cristianos".
"Esta es nuestra fe en la victoria pascual de Cristo Jesús, la fe de quien sabe que quien conduce a la Iglesia es el Señor. Con el Papa Francisco levantemos también nosotros el corazón, no tengamos miedo, salgamos a todas las periferias geográficas y humanas del gran Santiago, para todos seamos un signo de la cercanía de Dios, que es un Dios que quiere a nuestra Iglesia de Santiago", expresó el arzobispo.
Tras la homilía y como un signo de vida, dos mujeres embarazadas vistieron el altar poniéndole el mantel, las flores y los cirios. Posteriormente sacerdotes, seminaristas, jóvenes, adultos y militares, se dirigieron a custodiar los altares profanados provistos de la luz de Cristo.
Al finalizar el Obispo Castrense, monseñor Juan Barros, realizó una oración especial frente al altar de los Héroes de la Concepción, acompañado por todos los obispos y vicarios, momento en que el Ejército de Chile depositó una ofrenda floral.
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