domingo, 1 de abril de 2012

SEMANA DE PASIÓN


  • Cultura | La Gaceta

    ÉPOCA

    Semana de Pasión

    01 ABR 2012 | CRISTINA MARTÍN
    Todo el país celebra esta tradición y con las particularidades de cada región las imágenes procesionan por las calles ante la mirada de miles de personas.

  • Una de las tradiciones con mayor arraigo en España que cada año reúne en las calles a miles de personas, creyentes y no creyentes, para contemplar distintas procesiones que conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. La Semana Santa se vive de forma diferente en cada lugar. Enrique Guevara, secretario del Consejo de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Madrid, que investiga sobre la Semana Santa y ha escrito varios libros relacionados con ella, comenta que en España pueden diferenciarse cuatro tendencias. La austeridad castellana y su excelente imaginería, la exuberancia andaluza relacionada con el sol, el colorido de Levante y la atrevida puesta en escena de sus procesiones “unida a los desfiles de moros y cristianos”, y por último, el sonido del tambor en Aragón.
    Castilla, silencio y austeridad
    En Zamora “las procesiones son serias, en silencio y con esculturas realizadas por artistas de la zona como Ramón Álvarez, Mariano Benlliure o Florentino Trapero”, afirmaJosefina Yugueros, presidenta de la Cofradía Nuestra Madre de las Angustias, que en 2012 celebra sus 600 años de historia desde que la fundara San Vicente Ferrer, cuya imagen también procesionará este año por las calles. El Jueves y el Viernes Santo salen las cofradías más antiguas de la ciudad, entre ellas la de la Santa Vera Cruz, la más antigua de España.

    Valladolid “se caracteriza por la grandiosidad de la imaginería, obra de Gregorio Fernández, Juan de Juni o Francisco del Rincón, entre otros”, declara José Miguel Román Vaquero, presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid. El Viernes Santo tiene lugar el Sermón de las Siete Palabras y la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor. Antes del Sermón se realiza un pregón a caballo por las calles anunciando “este hecho histórico en la Semana Santa española”, como lo define Román Vaquero. Al mediodía en la plaza Mayor un sacerdote reflexiona sobre las siete palabras que Cristo pronunció en la Cruz, delante de los respectivos pasos que las ilustran. La Procesión General tiene lugar por la tarde y está protagonizada por 32 pasos, “que abarcan desde la Sagrada Cena a la Soledad de la Virgen; es un verdadero museo de imaginería”, asegura Román Vaquero. Lo más significativo es la sobriedad y el silencio con el que se desarrollan las 34 procesiones, la gente ve pasar los 54 pasos con respeto y serenidad. Román Vaquero señala también la procesión de la Borriquilla que se celebra hoy Domingo de Ramos y El Encuentro.
    Andalucía y su fervor
    En Úbeda existen 19 cofradías y “la tercera parte de la población pertenece a alguna”, comenta Rafael Merelo, que forma parte de seis. “Se mezclan características de Levante en la procesión general y el colorido de las túnicas, con una mayor austeridad y seriedad en la organización propia de Castilla y las bandas de música y el costal de Andalucía”, refiere Merelo. El Viernes Santo se vive con emoción la salida, a las 7 de la mañana, de Nuestro Padre Jesús Nazareno y se escucha en silencio el Miserere. También es destacable la salida de la Virgen de la Soledad a las 19.15 horas, que tiene que subir corriendo la cuesta de la Merced. “Son las dos cofradías más antiguas y eso se nota porque son diferentes”, añade. También destaca el papel de los niños con túnicas y los bebés penitentes, las Trompetas del Lamento, la banda de romanos perteneciente a la Cofradía de la Humildad, que procura sonar como lo harían los romanos con los cornios y clarines, o el entorno monumental de la ciudad que es el telón de fondo de los pasos.
    En la madrugá sevillana procesionan las cofradías más antiguas: la Esperanza Macarena, laEsperanza de Triana, la de Los Gitanos, la del Gran Poder, la del Silencio y la del Calvario. En ellas contrasta la música y los piropos de las tres primeras con el silencio del resto, siendo diferentes maneras de expresar el sentimiento. Hay 90 cofradías, “todas tienen que pasar por la Carrera Oficial, que va desde la plaza de la Campana a la catedral”, explica el sacerdote salesiano Joaquín Torres, sevillano de nacimiento, hermano de la Soledad de San Lorenzo y pregonero de la Semana Santa de Ciudad Real este año. “Se habla de la Esperanza Macarena como la Dolorosa que ríe su pena”, añade, porque, según sea mirada, se ven sus lágrimas o su sonrisa.
    La cofradía más antigua es la de Los Negritos, creada en 1393 por el cardenal arzobispo don Gonzalo de Mena y Roelas. En el siglo XV en un hospital las monjas atendían a personas de raza negra que llegaban, siendo este el principio de la hermandad. A raíz de esto los negros empezaron a rendir culto al Cristo de la Fundición y a la Virgen de los Ángeles. “En 1729 llegó a Sevilla Salvador de la Cruz, que se vendió como esclavo para sacar la hermandad adelante”, afirma Tomás Tuku, hermano de Los Negritos. Esta cofradía se dividió en dos por discrepancias entre los negros que se mezclaban con blancos y los que no lo hacían, formando así dos cofradías, la de Los Negritos y la de Los Mulatos, que ahora se llama El Calvario. Tuku apunta que con la Semana Santa sevillana se vuelca mucha gente, atrae turismo y además hay todo un negocio a su alrededor: hostelería, bordados, túnicas, caramelos, velas o incienso, por ejemplo.
    El colorido de Levante
    Hoy, Domingo de Ramos, Elche adquiere protagonismo: desde finales del siglo XIV cientos de personas portan palmas blancas elaboradas artesanalmente. Para su obtención las palmeras son sometidas a un tratamiento antiguo que consiste en encaperuzarlas, privándolas del contacto con los rayos del sol, por lo que no realizan la función clorofílica y pierden su color verde, volviéndose de un blanco amarillento, se trenzan y se transforman en vistosas figuras. “La ciudad tiene un millón de palmeras y cada año se tapan cerca de 50.000 para esta tradición artesana”, expone Salvador Mas, propietario de la empresa Palma Mas, que desde hace más de 60 años las reparte a toda España. “Todas las cofradías se relacionan con los gremios”, explica Francisco Serrano, presidente de la Cofradía del Huerto. “Los panaderos sacan el Ecce Homo; los camiseros, al Samaritano; los de la construcción, La Columna y palmereros y agricultores, el paso de la Oración en el Huerto”, añade. En Murcia y Cartagena son característicos los desfiles ordenados, rítmicos y acompasados.
    Suena el tambor de Aragón
    En los actos de la Semana Santa de Calanda participa casi todo el pueblo. “Hay momentos de tambor en los que la gente toca este instrumento en grupos de cuadrilla y la parte religiosa, donde las cofradías acompañan sus pasos con tambores y cornetas”, cuenta José Miguel Asensio, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Calanda. Lo más conocido es el romper la hora del Viernes Santo al mediodía en señal de duelo por la muerte de Cristo, pero también es destacable el Vía Crucis. Una tradición que tiene su origen en una leyenda. Los pastores iban al campo con un tambor colgado al cuello y si veían atacar a los árabes, lo golpeaban para avisar del peligro al pueblo.
    Madrid, mezcla de matices
    La capital se nutre en sus procesiones de la influencia castellana y la andaluza. La Cofradía de Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena, la de Los Estudiantes y la de Los Gitanos son réplicas de sus homónimas del Sur. Mientras que la Cofradía del Santo Entierro, la de Nuestra Señora de los Siete Dolores y la del Divino Cautivo, que sale en una carroza con ruedas, son más castellanas. Aunque el gran protagonista de la Semana Santa madrileña es Jesús de Medinaceli, que congrega en su salida a más de un millón de personas que le esperan con emoción.
    Tradición de siglos
    Esta festividad religiosa tiene su origen en los autos de fe que se realizaban para evangelizar, antes de que la imaginería fuese aceptada en la reforma católica del siglo XVI como medio para llegar al pueblo. También guarda relación con los gremios artesanos, grupos de personas que practicaban el mismo oficio y escogían una imagen de un santo para cobijarse bajo su protección, sacándolo en procesión. Hoy tiene un gran valor religioso, pero también hay que señalar su importancia histórica, social y cultural. Además de que es un importante motor de turismo.

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