Parte segunda de las cinco en las que basé Mi Pregón a la Esperanza pronunciado ante la Santísima Virgen de la Esperanza en la Iglesia Vaticana y Castrense de San Francisco de Asís de San Fernando hace poco más de dos meses.
Esperanza en el Amor es vivir el Amor con Esperanza.
Espero os guste y sobre todo que os ayude.
Recibid un fraternal abrazo,
Jesús Rodríguez Arias
Foto: José Moreno Fraile (Andalucía Información)
ESPERANZA EN EL AMOR
Hermanos:
Ambicionad los
carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor. Ya podría yo hablar
las lenguas de los hombres y de los ángeles; que si no tengo amor, no soy más
que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el
don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener
una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.
Podía repartir en
limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada
me sirve.
El amor es
comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se
engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal;
no se alegra de las injusticias, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites,
cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El Amor, como la
Esperanza, nunca pasa.
En esta Carta del
Apóstol San Pablo a los Corintios (1Co 12, 31-13, 8a) está explicado con
palabras sencillas la grandeza del Amor que abarca a creyentes e incluso los
que no lo son pues todos son depositarios del Amor hecho Esperanza.
Lo malo es que
abstraídos como estamos con las “cosas” del mundo que no nos damos cuenta o
simplemente lo obviamos sin pensar que Dios es Amor, que Jesús se entregó para
ser sacrificado hasta morir destrozaito expirando en la Cruz, que resucitó para
nuestra salvación y cada día a cada instante se hace presente en la Eucaristía
por Amor.
Amor de Madre que es Madre en el Amor.
Amor de Madre al Hijo
de sus entrañas que en menos de una semana volverá a nacer en esta Isla rodeada
de sal, de mar y que es cuna de la Armada y también lo hará en la Villaluenga
de mi alma, en los corazones abiertos al Amor hecho Esperanza de un mundo que
necesita acoger al Niño y hacer suya su Palabra.
Dice el Evangelio que
no hay Amor más grande que el que entrega su vida por un amigo, y es verdad
pero no conozco Amor más entregado que el de una Madre para con su hijo.
Y es que del Amor, en
su más grandiosa expresión, podríamos estar hablando horas y horas que no
tenemos pues en él radica todos los secretos de la Felicidad. Lo malo es que
cuando escuchamos esta Carta de San Pablo a los Corintios, que suelen ser en
las bodas, ni atendemos a la lectura y menos a la profundidad del mensaje tan
brutal que atesora. Pero si queremos conocer lo que en verdad es Amor que nos
une a todos, creyentes y no, debemos leer y meditar esta epístola que
escribiera el santo Apóstol
Todo lo que nos pasa:
Chismorreos, críticas, mal ambiente, enfados, disgustos, menosprecios,
humillaciones, cuando nos dejamos de hablar, nos reímos de aquél al que no
podemos ver ni en pintura solo significa una cosa: ¡Que nuestros corazones
están carentes de Amor!
Después no
critiquemos al mundo por las guerras, las crisis, las enfermedades, el tráfico
de personas, la compra y venta de la moralidad..., no, no hagamos de nuestra
capa un sayo pues si no somos capaces de Amar en las distancias cortas no
pretendamos que ese Amor redunde en la Humanidad.
Y nuestra falta de
Amor es lo que nos lleva a que el Perdón no exista en nuestras vidas.

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