miércoles, 21 de diciembre de 2016

DIEGO MARTÍNEZ SALAS; POR CÁNDIDO GUTIÉRREZ NIETO

Hoy no traigo uno de los habituales artículos de Diego Martínez Salas que publicara en su día en "Raíces de Grazalema", hoy publico unas palabras que escribiera una de las personas que más lo quiso, admiró, sigue queriendo y admirando como es Cándido Gutiérrez Nieto.

Hoy quiero rendir mi particular homenaje a su  memoria con estas palabras que estremecen el alma dedicadas a un hombre bueno que amó la vida, su tierra, su Familia y a Dios hasta el último de sus días.

Y lo hago porque estamos cerca de que nos nazca el Niño Jesús que este año estará un poco más abrigado y también más contento pues tendrá junto a Él a un pastorcillo llamado Diego que seguro que le cuenta historias, casos, cosas de su pueblo de Grazalema y de sus gentes.

Con mi cariño y afecto a su viuda, sus hijos, madre, Familia, amigos así como a todo el pueblo de Grazalema.

Tenemos que dar tantas gracias a Dios por habernos permitido conocer a un hombre como Diego Martínez Salas...

Recibid un abrazo con sabor a eternidad,

Jesús Rodríguez Arias





 en 

3 de marzo
Hoy se ha marchado a escribir otra historia, la más importante de todas, quien fue el alma y esencia de esta página. El bueno de Diego Martínez Salas, impaciente e inquieto, como siempre, se ha trasladado al espacio de las sombras pero no de la ausencia. Nos ha dado la peor noticia de todas. Pero en trances como este hay que quedarse con la sonrisa y el amor desplegado por este magnífico grazalemeño. Enamorado de todo lo nuestro, investigador, escritor de aventuras de aquellos grazalemeños aventureros, de la Semana Santa, los templos y los misioneros; de testimonios de otros que nos dieron la esencia y la magia de soñar con aquellos sueños. Diego nos ha regalado tantas horas, tanta vida, tantas horas de asombro y curiosidad desplegada que lo han atado aquí, a nosotros para siempre y siempre estará con esa sonrisa abierta y afable del hombre que ha sido, generoso y bueno. Esa sonrisa de gratitud que nos produce la conciencia de saber que el destino nos haya regalado con su estancia entre nosotros, en estas "Raices de Grazalema",:su anhelo, su vitalidad y su amor desmedido por los grazalemeños de siempre con los que ya está en el cielo. Donde a buen seguro seguirá confrontando hechos y testimonios, averiguando datos y pesquisas. Diego es desde antes y desde ahora un grazalemeño de lujo que queda eternamente en nuestro corazón grande de un pueblo que, imitando su sonrisa, siempre le sonreirá eternamente agradecido. Un beso fuerte, hermano. Gracias por darnos de forma tan generosa y excelente tantos motivos para creer en la vida y el goce de vivir amando.

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