lunes, 23 de marzo de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio». (Evangelio del día). En este caso, la mujer fue sorprendida en un acto contra la ley y, con derecho, podría ser acusada, pero ¡qué nos gusta juzgar! y, más aún ¡acusar! La respuesta de Jesús, y sin dejar de cumplir la ley, nos deja perplejos: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». Con esto, Jesús, no está fomentando la violenta, sino que nos trata a todos por igual, y, además, nos descubre nuestros "adulterios particulares". Volviendo al principio, en acusar no queda todo, sino que condenamos y hacemos cumplir la sentencia. Con lo cuál lo que hacemos es empeorarlo, ya que añadimos más "injusticia" a la "injusticia", porque nos creemos que tenemos derecho de hacerlo. Y, aquí, ¡NADIE está libre de pecado! Y, lo que más me sorprende es que cada uno tenemos nuestra "propia justicia" y queremos que el otro, que no lo ve así, aplique "nuestra justicia" (la mía, no la de él). Así, ¿cómo nos vamos a entender? También, con otro matiz, nos empecinamos en hacer lo que nos viene en ganas y no nos avenimos a otras razones que justifica que no lo podemos hacer. En el fondo, queremos hacer lo que nos da la gana, sin medir las consecuencias y si que proceda, pero, nosotros nos obcecamos en hacerlo, ¡"por encima de la campana de Santa María"! Creo que nos podemos ver reflejados, "el que esté libre de pecado....". Pues que Dios nos asista y nos ayude a tener "buen juicio" y a dejar de "enjuiciar". Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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