EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». (Evangelio del día). Aunque aquí se refiere a "morir" o entregarse para dar fruto, también se podría ver como renuncia de la voluntad (sólo en el sentido de confianza en Dios) y abandonarse en el Señor (pero no como desamparo, ni dejación de nuestra persona). Con este "morir", Jesús también nos invita a rechazar el pecado, el vicio y todo aquello que no construye al hombre. Pero no se trata sólo de morir, sino de quedar "enterrado". El grano de trigo cae en tierra, pero solo si es enterrado es cuando muere (y da frutos). Este "enterrado" puede ser la clave para no quedar "infecundo". Nadie quiere quedar infecundo porque todos queremos que nuestra vida fructifique, ¿qué sentido tiene una vida anodina, vegetal, inmadura, deslucida? Por ello, debemos aprender a "enterrarnos". ¿Y qué podría significar enterrarse? No es ocultarse como las avestruces, sino recubrirse de esa "tierra" que hace fructificar. Recubrirse de virtudes, de valores, de buenas obras.,,. Por ello tenemos que aprender a desasirnos de todo aquello que se "nos pega" en la vida y que nos impide crecer. Pidamos hoy al Señor la capacidad de "enterrarnos", recubriéndonos de todo aquello bueno que se desprende de su voluntad. Santa María de Caná, ruega por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario