Parece que Ignacio ha tenido una charla con Dios y le ha dicho que este año, por ser el primero en no estar en su adorada Isla, el tiempo debe relucir luminoso, claro, ardiente como todos los corazones que anhelamos hoy estar junto a Su Madre de Gracia Esperanza, de Su Bendito Hijo que sigue Orando en el Huerto, con su extraordinaria mujer, hijas, Familia, hermanos del alma, amigos...
Sí, hoy el día se ha levantado eminentemente primaveral, algunas nubes que lo entristecen porque nuestro querido hermano en la eternidad ya no está con nosotros. ¡Y qué se le echa de menos!
Sinceramente pienso que la Semana Santa de San Fernando está dedicada, por derecho propio, a Ignacio Bustamante Morejón. No podría ser de otra manera y si así no hubiera sido estaríamos presenciando una de las más graves injusticias que limitaría muy en mucho al sentido de caridad cristiana que todo bautizado, es decir, todo cofrade debería tener. Gracias a Dios Ignacio está teniendo el preparado de recuerdo de las Hermandades y Cofradías y el espontáneo abrazo de cientos de miles de isleños que lo querían de verdad.
Iba ayer tras mi Titulares de mi Hermandad de los Afligidos, rezaba el Rosario que me ardía en la mano de tanta fe, tantas vivencias como llevamos juntos pues no me separo de él nunca, percibía que la Hermandad estaba realizando una extraordinaria protestación de fe pública por las calles de San Fernando, caminar despacio, seguro, majestuoso del Trono en el que se erigían Jesús de los Afligidos y Su Bendita Madre de la Amargura.
Algo presentía en mi corazón que iba a pasar cuando el paso llegara a la casa de Ignacio Bustamante. ¡Bendito sea Dios en los Cielos y la Tierra! En la puerta de su casa el paso giró totalmente y paró, paró delante de los seres más queridos por este buen cañaílla, cofrade, esposo, padre, hermano y amigo. Paró en seco porque Jesús se encontraba con su Familia para decirles que estuvieran tranquilos que Ignacio ya está con Él, que es uno de sus discípulos más aventajado y que siempre está queriendo hacer cosas en la Isla Celestial que desde el pasado mes de julio se convertido la Gloria. Que la Mano que se apoya todos los días en Su Bendita Madre también lo ayudó en los duros momentos que tuvo que vivir aquí en la Tierra y que no os preocupéis porque goza de Salud Plena y Eterna al lado de Su Madre que es Gracia y Esperanza Nuestra. Fue breve la conversación aunque Dios utiliza muchas palabras en pocas para decir todo.
Ayer mi querida Familia no me quise acercar, aunque iba en la Penitencia, porque quería salvaguardar ese dolor que unido a la emoción que todos sentíamos y que era el vuestro. Cuando nos veamos os daré el abrazo sincero lleno de amor que os profeso y que sabéis que sois recipiendarios.
Esta tarde del Martes Santo La Isla se teñirá de Gracia y Esperanza por entera, se teñirá de María que es toda Caridad y Buen Fin, se teñirá de negro y blanco, cardenal y hueso, blanco y verde eternos. Esta tarde mi Isla tendrá aromas marinero por los cuatro costados y las salinas estarán revueltas porque Jesús de nuevo ora en el Huerto de los Olivos donde más tarde asistiremos al Prendimiento que desencadenará Su dolorosa Pasión y que será nuestra única Salvación. Esta tarde entre el Parque, las siete revueltas se mezclará con aromas de Pastora porque es el día por excelencia de mi hermano en la eternidad, de un enamorado de su Isla, de España, del mundo que puso Dios para todos nosotros.
Mi querido Ignacio:
Hoy es tu día hermano, hoy es un día de recuerdos imborrables donde todos los que te queremos te recordamos entre la amargura y el dolor de tu pérdida y la alegría de saberte resucitado junto a Cristo Jesús por el que perdías los sentidos.
Ya no veré tampoco más tu figura los Miércoles Santos cuando te escapabas a Jerez para ver "El Prendi", o paseando con su dulce y fuerte esposa por las calles de esta bendita Isla de León que hasta se parecía desde el cielo a Venecia. ¿Te acuerdas?
Hoy en San Fernando habrá muchas lágrimas contenidas y otras que no se podrán contener como ayer cuando Jesús de los Afligidos fue a ver a tu querida Familia, como hoy, como siempre...
Hermano, ruega por Pepa, tus eternas Gracias, que son tus hijas, por tus hermanos, Familia, hermanos del alma, amigos, por cuanto quisiste y te quisieron, por esta bendita Ciudad a la que serviste todos los días de tu vida como Funcionario del Ayuntamiento y a sus gobernantes. Tú puedes hacerlo hermano, está en el sitio, en el lugar que Dios tenía preparado para ti.
Señor Jesús Orando en el Huerto, María Santísima de Gracia y Esperanza: ¡Rogad por nosotros!
Jesús Rodríguez Arias
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