Tras el canto del pregón de Navidad y la liturgia de la Palabra, D. Rafael exhortó en su homilía a vivir en la alegría, pues Dios mismo se había hecho hombre por amor a todo el género humano. También recordó el Sr. Obispo que, aunque haya quien quiera cambiar la realidad de la historia, hay un antes y un después del nacimiento de Cristo, Mesías y Verbo hecho carne. Este hecho histórico – comentó- no es un mero recuerdo de su encarnación, sino una actualización que se hace presente y real en cada uno de nosotros.
Al acabar la Eucaristía y tras la Bendición final, se procedió, por parte de los presentes, a la adoración del Niño Jesús. Mientras, se cantaron, para acompañar, algunos villancicos populares.
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