EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.» (Evangelio del día). San Mateo hace referencia, en esta lectura, al Juicio final, y nos coloca frente al dilema de nuestra vida: ¿Que he hecho bien y que he hecho mal?. –Pobres cabras que siempre tienen la peor parte, pero tiene su significado–. Lo que distingue a las cabras de las ovejas es la docilidad, mansedumbre, humildad, dulzura... Todo lo que Mateo indica, en el capítulo 11, al referirse a Jesús. Además añade, lo referente a la caridad y misericordia. Es verdad que, como las cabras, "tiramos mucho al monte" porque para hacer caridad y tener misericordia se requiere entrega y compasión y, todo esto, requiere esfuerzo y trabajo, asimismo se precisa la cualidad de las ovejas. Jesús advierte que la aptitud de egoísmo solo conduce a vivir carentes de gozo, y no sólo en el cielo, sino aquí y ahora. Ser manso no significa ser débil, sino actuar con bondad, ternura y fineza. Y "ser oveja" es ser cristiano y reconocer a Cristo como pastor: «Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios» (Oficio de Lecturas). La labor nos espera y, al menos por hoy, hagámosla. Santa María de Caná, ruega por nosotros. Una posdata de un párrafo de la primera Lectura que me ha llamado la atención: «No andarás con cuentos de aquí para allá». Pues a tomar nota.
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