El presidente francés, François Hollande, da un paso más en su deseo de descristianizar el país. Ayer, el mandatario galo anunció que se enseñará lo que él denomina “moral laica” desde la educación elemental hasta que se termine la enseñanza obligatoria. Esta media ya la había avanzado su ministro de Educación, Vincent Peillon. El ministro aseguró que ya se ha nombrado un comité preparatorio para determinar “la concepción de la laicidad que hemos de difundir”, precisando en todo caso que “la laicidad va más allá de la simple tolerancia, de la indiferencia y de la neutralidad”, implicando “valores que deben ser inculcados”.
“Hay una moral común que se impone a la diversidad de las confesiones religiosas, que no debe herir ninguna conciencia, ningún compromiso privado, ni de carácter religioso ni de carácter político”, aseguraba el ministro en una entrevista a Le Journal du Dimanche.
Una Educación para la Ciudadanía a la francesa que elimina por completo los valores cristianos de las escuelas. La asignatura de Moral se suprimió en 1968 y, ahora, el líder socialista pretende recuperarla.
Pero esta no es la única medida social al estilo Zapatero adoptada por Hollande, quien prometió reconocer como matrimonio las uniones del mismo sexo en 2013. Una medida contra la que ya se ha pronunciado la Iglesia católica gala, que el pasado 15 de agosto, fiesta de la Virgen de La Asunción, elegida como fiesta nacional por Napoleón I, propuso a todas las diócesis una oración en las misas para pedir que los niños “dejen de ser objetos de deseo y de conflicto de los adultos y puedan beneficiarse plenamente del amor de un padre y de una madre”, como señaló en su día el cardenal de París, André Vingt-Trois.
Con estas medidas, el socialista pretende frenar la caída de popularidad que está sufriendo desde su llegada al poder. De hecho, el presidente ha sufrido una caída récord. Más del 50% de los franceses rechazan su gestión al frente del país. En el momento de ser elegido, el mandatario tenía el respaldo del 60% de los franceses. Y es que las promesas incumplidas de Hollande han provocado la decepción de su electorado. Por esta razón, el presidente está optando por políticas sociales agresivas que unan al socialismo.
El ex presidente Nicolas Sarkozy no descendió en ninguna encuesta por debajo del 50% de aprobación hasta ocho meses antes de las elecciones del mes de mayo.
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