Cuando ya uno recorre la medianía de su vida donde los recuerdos permanecen vivos en la memoria aunque se vislumbren cubiertos de ese barniz que da el propio tiempo para resguardarlos del olvido. Cuando uno poco a poco se va haciendo mayor donde la niñez y la juventud e incluso el principio de la madurez se ve con otros ojos, cuando ya te has dado la oportunidad de conocerte tal cual eres, de perdonarte e incluso llegar a quererte, cuando ya soy simplemente yo, con nombre y apellido, y no hace falta ninguna coletilla para llegar a situarme, cuando todo eso pasa es cuando puedes permitirte el lujo de escribir lo que pienso y me sale del corazón simplemente porque me apetece, lo siento y quiero.
Cuando me hablan de la madrugada pienso en ese espacio de tiempo donde la noche es más noche, donde los gatos son más pardos, donde el descanso es justo y también necesario, donde el divertimento pasa factura al otro día, donde incluso puedo pasar horas y horas escribiendo aquella idea que brota en mi cabeza a modo de inspiración o incluso donde el tiempo se detiene conversando en una de esas buenas tertulias acompañado de buen brandy y mejor puro. Sí, eso es en lo que pienso a bote pronto cuando me hablan de la madrugada.
En cambio si me nombran "La Madrugá" todo es diferente porque en mi mente solo aparece una serie de imágenes que siempre son las mismas aunque nunca iguales.
Para mí "La Madrugá" es Jesús con la Cruz a cuestas caminando en soledad hacia el Monte Calvario donde terminará de expirar para salvarnos a todos.
Y ese Jesús con la Cruz tiene cara de Viejo porque lo noto demasiado cansado, sufrido, triste porque casi todos lo han abandonado a la peor de las suertes. ¡Qué innoble es el corazón humano porque cuando pintan bastos para nuestros intereses lo abandonamos al mayor de los escarnios para que se haga nuestra torcida voluntad! ¿Tanto tienes, tanto vales? Cristo siendo Todo no valía nada para los que aspiran a los primeros puestos. Jesús, el Nazareno, fue crucificado y sigue siendo crucificado por todos nosotros.
Ese Jesús Nazareno que camino solo en la inmensa soledad por la calle de la Amargura teniendo los insultos y la mofa como el único sonido que envolvía esas aciagas horas de profundo dolor. Pienso Señor si lo que en verdad te dolía más eran las heridas producidas por el martirio o las palabras, el paso atrás, la mentira, el odio, la cobardía del propio rencor de los que en tantas ocasiones le salvaste la vida. Las heridas del alma duelen mucho más que las del mismo cuerpo.
Y Jesús, el Nazareno, camina decidido hacia la Cruz mientras Su Bendita Madre lo acompaña detrás en medio del desgarrador dolor en sus Dolores.
Jesús y María caminan mientras el Pueblo contempla como es dirigirse hacia el sacrificio impuesto por los de siempre con dignidad y Amor, mucho Amor.
Pero en la imagen de mis recuerdos el Pueblo no vocifera, ni insulta, ni hiere sino que reza, llora y canta saetas llenas de pasión a Cristo y Su Madre en un momento tan significativo de Su Pasión.
Qué nadie ose en tocar a este Viejo Nazareno ni a su Madre Lola porque sus hijos que lo acompañan en las luengas filas así como a su alrededor son capaces de dar sus vidas por quien se las dio.
Para mí "La Madrugá" es Jesús Nazareno y Su Madre Dolores.
También tiene un color: ¡El morado! Así como otro que distingue y realza el anterior: El amarillo de los cíngulos y del color de un escudo que no es otro que la Cruz de Jerusalén.
Para mí "La Madrugá" de mi vida es el Nazareno que es ese Cristo Viejo y Señor de La Isla.
Túnica elegante por sencilla, túnica de nazareno y penitente, túnica de hermanos en un mismo Señor, en una misma Fe, en una misma Iglesia.
Cuando tuve el privilegio de caminar tras los pasos de Jesús en Tierra Santa pude llevar durante una rato largo la cruz sobre mis hombres por la sinuosa y enrevesada Vía Dolorosa. Muchos me preguntan: ¿Pesaba? Pues a lo mejor sí pero yo no la sentí porque mi corazón ardía en la zarza ardiente del Amor de Cristo que había permitido que este indigno hijo fuese por unos minutos sin término un Nazareno que rezaba por tantos Afligidos para que le llegara la Misericordia. Lo volvería hacer con los ojos cerrados a pesar de tener la espalda y las cervicales algo más que "tocadas" porque llevar la cruz por donde la llevó Jesús, el Nazareno, es uno de los momentos que todo cristiano, todo aspirante a ser discípulo suyo debe vivir, sufrir y también gozar.
Paradójicamente no soy hermano aunque por razones obvias la considero también Mi Hermandad.
Muchos y queridos amigos los son y en concreto uno de ellos es mi hermano en la fe y en tantas cosas como Pepe Moreno Fraile, uno de los impulsores de que Jesús Nazareno sea Regidor Perpetuo y Exaltador, más bien diría Pregonero, en el acto que se celebró ante la mirada de miles de personas en el Atrio del Ayuntamiento allá a finales de junio de 2010 y al que agradezco que nombrara a mi abuelo, así como José Llerena Baizán, mi querido Pepín.
La Hermandad del Nazareno es una corporación viva y eso se nota en todo lo que hace. Es una Hermandad que hace Hermandad por donde quiere que va donde los hermanos los son sin ningún tipo de distinción.
Y esa es la Hermandad que he conocido siempre y que realizan a diario personas tan queridas por mí como son Bonifacio Ruiz de Mier González, Francisco Vela Vidal, Miguel Ángel Cruceira y tantos otros que hacen con sus vidas y testimonios que no se pierdan los orígenes de lo que debe ser una Hermandad en este periodo del siglo XXI donde pienso que muchas Cofradías deben volver a sus orígenes para no perder las señas de identidad tan propias de un apostolado tan importante, tan carismático, como el cofrade porque si no lo hacemos así y dejamos que los influjos de una sociedad cada vez más alejada de Dios, de la fe, de nuestra fe, iremos progresivamente perdiendo nuestra indiosincracia hasta llegar a convertirnos en "algo" cultural demasiado distante a la religiosidad popular que tan importante, diría que imprescindible, es para nuestra Madre la Iglesia.
He tenido varias conversaciones con mis queridos hermanos y buenos amigos Bonifacio y Paco Vela pues en mi mente ronda la idea hace ya meses de entrar a formar parte en la larga lista de hermanos de la Hermandad del Nazareno y que también es la de mi Familia de generación en generación y quiera el Buen Dios que pronto se materialice este deseo.
Siempre que hay un cabildo de elecciones y más cuando hay más de una lista pienso y creo que la Hermandad sale fortalecida pues los hermanos eligen a las personas que consideran idóneas para regir la Corporación que los une.
Ayer se votó para elegir nueva Junta de Gobierno de la Hermandad del Nazareno creando más expectación e interés que si fuesen elecciones a la presidencia de la Nación. Eso solo pasa con Hermandades con mayúsculas que son importantes e influyentes además de depositaria de un caudal de fe devocional de todo un pueblo como es nuestro querido San Fernando la eterna Isla de León.
Se votó y sus hermanos eligieron por amplia mayoría a la candidatura de mi querido y buen amigo, hermano, Miguel Ángel Cruceira al cual conozco de toda la vida al ser los dos cañaíllas y también por mi pertenencia así como dedicación en labores pastorales durante una época muy importante en mi vida a la Hermandad de los Afligidos así como a la Parroquia del Santo Cristo.
Anoche, siendo ya de madrugada, tenía un mensaje en el cual un medio me informaba de la victoria de la candidatura encabezada por Miguel Ángel y en la que estaba integrados dos personas muy queridas por mi como son Bonifacio Ruiz de Mier González y Paco Vela.
Lo siento yo a estas alturas de la vida soy parcial pues veo la imparcialidad como una utopía engañosa y debo reconocer públicamente que me alegré de la victoria en las urnas así como el apoyo de los hermanos a la candidatura del actual Hermano Mayor porque pienso que lo han hecho bien, que han demostrado que trabajan por la Iglesia y por este carisma tan necesario como importante por medio de la Hermandad porque hay fondo, espiritual, devocional, de fe, y también formas. Porque saben estar sabiendo estar.
Con estas palabras no estoy diciendo que los miembros de la otra candidatura no lo hubieran hecho al menos igual porque entre otras cosas no los conozco y pienso que siendo hermanos del Nazareno trabajarán por su Hermandad estén o no en el gobierno de la misma.
Parafraseando a San Pablo pienso que nosotros no somos de ese o de aquél sino solamente de Cristo que en este caso tan particular se refleja en la preciosa y devota imagen de Jesús Nazareno junto a Su Madre Dolores.
Hoy más que nunca nadie es de Miguel, Antonio, Carlos o Pedro sino solamente de Jesús ese Nazareno Viejo que sigue caminando con su Cruz por la eterna Vía Dolorosa y que se entregó su vida por todos nosotros para salvarnos y darnos un Amor tan puro, tan inmenso, tan arrasador que si somos capaces de cobijarnos en él, hacerlo nuestro y saborearlo habremos alcanzado la plenitud en esta vida.
Recibid todos mis queridos hermanos un fraternal abrazo junto a mis oraciones,
Jesús Rodríguez Arias
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