Dice el refrán que el que avisa no es traidor y luego a las personas les molesta que les digan “ya lo sabía” o “mira que te lo avisé”, pero ahora se vuelven a dar las condiciones de que la personas de “bien” empiecen a levantar la voz porque se le están volviendo a ver las orejas al lobo. No hay día que en las noticias internacionales, no aparezca alguna de una profanación de algún cementerio judío en Europa, además de las noticias lamentablemente habituales de la matanza de cristianos en alguno de las zonas controladas por los intolerantes musulmanes. El domingo nos comimos la noticia del asesinato de un judío en Dinamarca y del nuevo intento de masacre similar a la de Paris, ayer nos desayunamos con la matanza de un grupo de cristianos coptos egipcios y también con la profanación del cementerio en Francia, en la zona de Alsacia. Pero son noticias que como nos pillan lejos en realidad, y aquí en Cádiz estamos con los carnavales, al igual que en otras muchas zonas de España, que tienen también otras noticias, pues casi que pasan desapercibidas o como no nos tocan directamente, pues pasamos por encima de ellas. Y esto me recuerda siempre a la poesía adjudicada a Bertolt Brecht
Primero se llevaron a los comunistas, pero a mí no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era, después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó; ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde. Bertolt Brecht, poeta y dramaturgo alemán (1898-1956)
Pero la realidad que esta poesía adjudicada a Bertolt, tiene su origen pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892–1984), y es parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946 y dice asi:
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
Realmente sea quien sea su autor, no es algo que ahora mismo venga a reivindicar, más bien reivindico las verdades como puños o templos, depende de la ideología de cada uno que esas palabras proclaman.
Estamos actualmente en una sociedad, que quitando algunos miembros de ella, la mayoría se mueve en el “sálvese quien pueda” y olvidando hasta eso de que las mujeres y los niños primero, y prima también en la educación de los niños y jóvenes lo de “que me lo den todo hecho”. Recuerdo una anécdota de una compañera de mi hijo en el colegio, que como ella vive en una casa de esas que llamaríamos “casoplón” de dos plantas, con jardín todo alrededor, piscina, etc etc, piensa que todo el mundo vive igual, no debe de haber salido mucho de la urbanización donde vivimos, independientemente de haber ido de viaje a Eurodisney, claro, que ya eso es ver mundo, aunque el mundo sea de fantasía, y si sale de su barrio, debe de llevar las lunas tintadas de su coche, porque es incomprensible. Muchos padres con la falsa teoría de que “para que van a hacer sufrir a los niños tan pequeños”, cuando la realidad es que los tienen ajenos a un mundo al que tarde o temprano se van a tener que enfrentar, y al igual que los enseñamos a ser independiente, andar y comer solos para fomentar su autonomía, sería bueno fomentar su autonomía mental, pero buenos, también conozco casos de madre que duchaban a sus hijos y estos tenían 12 años y eran niños físicamente sin ningún impedimento, con lo que fomentar el desarrollo mental, me da que no estaba entre sus pautas educativas prioritarias.
Retomando el tema, si una madre no deja a su hijo o hija autonomía mental para que no sufra y la mantenemos en ese Mundo de Yuppi y Don Pimpón, como vamos a pretender que al final no sean carne de poesía de Bertolt Brecht u homilía de Martin Niemöller, serán seres que piensan que viviendo en su burbuja, en la que tan a gusto los educaron, nunca les va a pasar nada de lo que fuera de su burbuja está sucediendo. La naturaleza es sabia y a los 9 meses se encarga de que paramos a nuestros hijos, pero somos tan…tan….anti-naturales que queremos mantenerlos en un falso vientre materno de seguridad y de desconocimiento hasta que sean adultos, algo contraproducente a todas luces visto hoy en día, primero porque te das de bruces con la realidad y puedes ser un daño colateral de algo que no esperabas ni conocías y segundo…la vida da muchas vueltas y no puedes evitar que ella al final te encuentre.
El no conocer no nos hace que desarrollemos el sentimiento de la empatía, el cual creo que es fundamental para el desarrollo de las sociedades actuales, si nos sabemos poner en la piel del otro, no haríamos muchas de las cosas que actualmente causan daño, pero claro, si no conocemos la realidad del otro difícilmente nos vamos a colocar en su piel. Muchas personas piensan que les da igual lo que pase en otra parte del mundo porque su burbuja es segura. Y es algo increíble sobre todo en la sociedad española que ha sido machacada con atentados tanto propios como ajenos y nos indignamos cuando a españoles en otras partes del mundo, aunque no sea algo habitual, pero lo acabara siendo, nos insultan y maltratan por el hecho de ser españoles, entonces ¿por qué no hay más voces que denuncien lo que está ocurriendo en Europa y en otras partes del Mundo?, estamos repitiendo la historia, y no sé si fue Napoleón (al que le atribuyen la frase) u otro personaje más o menos famoso el que dijo que “el pueblo que no conoce su historia tiende a repetirla”, fuera quien fuera, era un visionario, pero el ser humano tiene tendencia, por naturaleza a olvidar el dolor y el sufrimiento, es algo genético, pero la memoria histórica no deberíamos de olvidarla, porque estamos educando a nuestros hijos casi en la obligación de repetir los errores que los abuelos y bisabuelos cometieron.
Es cierto que siempre hay grandes excepciones y que si rascamos un poco en la vida cotidiana de nuestros barrios encontraremos mucha solidaridad y mucha ayuda entre las familias y amigos de personas que lo están pasando mal en estos momentos, y que muchas personas ante un trace de dificultad por enfermedad o por situación económica se ponen en marcha y ayudan en todo lo que está en su mano y hay personas de esas que las tengo muy próximas y que están echando los higadillos para que muchos otros salgan adelante. Pero siempre te topas con la “tonta” del barrio que te suelta comentarios como “oye, ¿tu que quedarías en casa con una paga de 400 euros?” y tú le sueltas con toda la mala baba del mundo, “si claro, con el sueldo de tu marido (funcionario de alto nivel), lo mismo hasta me lo pensaba, pero no creo” (casualmente, esa misma persona es la que en su familia piensan que todos los habitantes del Puerto vivimos en casas de dos plantas con piscina, que verdad que Dios los cría y ellos se juntan. Supongo que sería una impertinencia mental momentánea, pero me da que con comentarios como esos tanto de una parte de la familia como de la otra, se hace uno a la idea de cómo se está educando a una buena parte de nuestra juventud, en la idea, de que algún día vendrán por el vecino, pero a mí no me va a pasar nada porque yo soy “guay” y el vecino en cambio, es negro, judío, sindicalista, homosexual…pero yo soy perfecta…o perfecto…y a mí eso no me va a pasar. Pues como diríamos…”que Di-s te coja confesada o confesado”…pero lo más patético, que aquellas personas que se dejan los hígados en el día a día, serán los que quedarán para el final a la hora de abandonar el barco, y en cambio los de la burbuja, serán los que tengan pasaportes de refugiados y dinero y serán los primeros que se larguen…como las ratas abandonaran el barco el primero…bueno y el capitán italiano tan mundialmente conocido, que fue otra rata mas. Pero como dirían en mi familia “mujer refranera, mujer puñetera”…”que no escupan mucho al cielo, que lo mismo les da en un ojo”…
Mara Herrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario